Antes de irme a descansar la mente, y como mera información confirmo la existencia de dicha cueva.
Todo ello viene a cierta excursión que se realizó en mi etapa escolar, y que tuvo lugar en cierta pedanía de Gerona, denominada por los lugareños Salt, de donde curiosamente es natural el buen samaritano Kafetino. En dicha - y no por dichosa, no se vayan a pensar - aldea, tienen recursos naturales en cantidades notables. Como habrán podido averiguar si son perspicaces no es petróleo, ni siquiera níquel, sino como el propio nombre en una extraña variante dialectal del español indica, minas de Sal.
Allende de la entrada seguí yo al buen guía, que con parsimonia y dedicación nos deleitó enseñándonos las maravillas que puede formar Gaia dentro de las montañas de Era, entre ellas una preciosa sala llamada - por su majestuosidad - : La Ópera. Además de estalactitas que si vieran, hubiesen contemplado al Cid, a Godofredo, a Wamba y las más sabias - por viejas - a Jesús de Nazaret.
Finalmente, con cierta animosidad, y no poca melancolía, nos encontramos con aquellas duchas que tiempo ha, sirvieron para aclimatar los cuerpos de nuestros valerosos mineros.
PD: Para que luego digan que el Español no es un idioma que se presta a la belleza. El periodista Enric Juliana, me ha marcado, y ha marcado escuela a la hora de escribir.