Era una tía tan puta, tan puta, tan puta, que se compró unos zapatos dos números menos para que siempre la estuviesen jodiendo.
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Era una prostituta tan gorda, tan gorda, tan gorda, que trabajaba en dos esquinas a la vez.
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Medidas de Montserrat Caballé:
90-60-90
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- Papá, papá, yo no quiero ir a EEUU
- ¡Calla niño y sigue nadando!
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Dos ancianos sentados en un banco del parque:
- ¿Qué te pasa, Cosme?
- Nada, que anoche no hubo manera de que mi trasto se levantara.
- ¿Has probado con la Viagra?
- Sí, pero apenas dura el efecto. Yo quiero que se me ponga dura.
- ¿Y lo que toman los jovenes? ¿La coca?
- ¿La coca?
- Sí. Se ve que es mano de santo.
- Ahora mismo voy a comprar. Nos vemos.
Se levanta el tal Cosme y se va a una panaderia. Entra y pide la coca más grande que había en el escaparate. El panadero le dice:
- Mire que se le va a poner dura...
- ¡Pues eso quiero! ¡Que se me ponga dura!
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Entra un tío en un bar con una gallina al hombro. Se acerca a la barra y el camarero le dice:
- Buenas, ¿que le pongo?
- A mí, un cóctel con todos los productos de limpieza que tenga y a ésta, señalando la gallina, le pone un ron con cola.
- ¿Está usted seguro?
- Que no pasa nada.
El camarero lo prepara, lo sirve y el cliente, y la gallina se lo beben del tirón.
- Lo mismo, por favor.
Les sirve lo mismo y... de un trago.
- Otro.
El camarero repite la operación y les sirve.
Total, que se meten unos 20 cóctels y cubatas, y cuando van a pedir el 21, el camarero se niega.
- No se preocupe que tengo dinero para pagar.
- La pasta es lo de menos. Después de beberse lo que se han bebido, están frescos como lechugas. ¿A qué se debe?
- Pues que me he encontrado una lámpara mágica, la he frotado y un genio me ha concedido tres deseos. El primero ha sido que nunca me falte dinero. Mire.
Sacaba billetes y billetes de sus bolsillos.
- El segundo, que tuviera un estómago que lo resistiera todo. Y el tercero, le he pedido una polla insaciable, ¡y mire que me ha concedido!