Primera critica de LA BRUJA que abrio el festival en Sitges
"Y si de cine con mayúsculas hablamos, no han podido escoger mejor película para inaugurar oficialmente el festival: la sublime y enervante
LA BRUJA(The Witch) (
),
que narra la historia de una familia de colonos en Estados Unidos que deben enfrentarse al mal primario que habita en el bosque junto a su hogar. Todo lo que se ha dicho de ella en otros festivales es cierto: estamos ante un futuro clásico del género de terror, que no solo provoca una intranquilidad constante y se te mete bajo la piel, sino que también funciona como drama de época en torno a los extremismos religiosos y la destrucción familiar/social por culpa de la ignorancia y de la estigmatización del deseo como si fuese un pecado. De hecho, si este texto no logra hacerle justicia, que es muy probable por la falta de tiempo material para digerir todos sus matices y saborear todas sus sensaciones, id corriendo a buscar lo que otros han dicho de ella.
Es difícil decir si la película es más potente en lo visual o en lo sonoro, porque es una clase magistral en todos los sentidos. Las bellísimas imágenes que conjura Robert Eggers (desde ya, un nombre a seguir por todo cinéfilo que se precie) poseen una capacidad hipnótica, fascinan en su composición y su construcción de atmósferas frías y retorcidas. La cámara se posa sobre objetos y paisajes ordinarios, pero les otorga una cualidad ominosa, de amenaza latente, como si el aire se pudiese cortar con un cuchillo y detrás de esos árboles, esos tablones, ese lugar oscuro, esa figura que no parece moverse o mirar como debería, nos esperase nuestra perdición no solo física, sino también espiritual. Y a ello contribuye de forma esencial el sonido y la música. La banda sonora se aleja de la melodía para entrar en el terreno del acompañamiento sensorial, intentando transmitir el malestar, el miedo y la incomodidad con acordes asonantes que resuenan en las entrañas. Su poder de estimulación nos transporta a un aquelarre donde podemos notar cómo el mal repta en nuestro interior y nos excita a la vez que nos aterroriza. Y el sonido, en perfecta consonancia con partitura rasgada con coros infernales, convierte al entorno donde se mueven los actores en un personaje más: el sonido del viento sobre la hierba y las copas de los árboles, el crujir de las ramas bajo los pies, la densidad del aire cuando el mal acecha, el silencio como preludio del horror, la fisicidad de los personajes y sus emociones latentes...
Temáticamente, el film explora el proceso de corrupción y degradación moral de una familia, ligando el origen de este desmoronamiento no solo a la indudable presencia del mal en el mundo, sino también a una versión retorcida del bien que convierte a las personas en muñecos sujetos a un miedo primario: el miedo a un Dios todopoderoso cuyos designios son desconocidos, que amenaza con el infierno a los pecadores sin dejar margen para el libre albedrío o la comprensión (y mucho menos la realización) de los propios deseos y necesidades. De esta forma, la propia religión y sus estrictos mandatos y liturgias se convierte en el propio germen del mal, un binomio inseparable por cuanto se retroalimentan entre sí. Por su parte, el sexo como sinónimo de liberación (incluso con sus matices incestuosos), manchado por su condición de pecado y fuente inagotable de culpa, se convierte en el motor latente de la trama. Esto permite a Eggers complementar su discurso con una visión de género realmente estimulante, una fábula donde el poder de la mujer se convierte en absoluto cuando aprende a aceptarse a sí misma, pese a lo que ello conlleve para su propia alma.
En resumen, una experiencia desasosegante y malsana que sería muy extraño que no acabe estando entre las 5 mejores películas del festival. Desde luego, será difícil quitarse de la cabeza la imagen del cuervo alimentándose de... no digo más. "
Fuente Cineol
http://www.cineol.net/noticias/9778_Dia ... aquelarresSe confirma que es buenisima como me lo olía.