A las buenas, he sido yo la que ha pedido el desarchivado, desarchivación o desarchivamiento de este hilo para unirme al club. Lo primero que hay que hacer es proponer un cambio de nombre, debería de llamarse CEB, o club de eolianos babeantes
Mi niña se llama Esperanza, mañana cumplirá nueve meses, es el bebé que menos duerme del mundo, y tiene una gran personalidad desde que nació. Llevamos nueve meses de lactancia, y hasta hace un mes no quiso saber nada de biberón (jamás ha querido chupetes). Cuando le dábamos líquidos tenía que ser con cuchara, y a los siete meses prefería beber de tacitas de aprendizaje o incluso directamente del vaso antes que de biberón.
Quería preguntaros si alguno conoce y ha puesto en práctica, o lo ha visto con niños cercanos, los métodos de lectura temprana. Si no sabéis de qué hablo probad a buscar en youtube "Doman" y veréis a miniaturas que no saben ni hablar leyendo tarjetitas con palabras sueltas.
Y también quería preguntaros por el lenguaje de señas. Si no me falla la memoria en la película "Los padres de él" Robert de Niro lo empleaba con su nieto, pero fuera de esto no he visto a nadie en acción. Y eso me extraña, porque comunicarse con señas es algo bastante natural, a los niños muy pequeños se les enseña a decir adiós con la mano, a señalar... ¿Por qué no continuar por ahí?
HIRO2000 escribió:Precisamente hoy que el médico nos ha confirmado que mi hijo Nacor, tiene varicela. Menos mal que tanto mi mujer como yo la hemos pasado ya. Me da una penita verlo con las pompitasesas de mierda!!! le han salido al pobrecito hasta en la churrilla... ojalá la pudiese pasar yo de nuevo en lugar de mi niño! Bueno, intentaremos que lo pase de la mejor forma posible.
Ya os contaré cómo sigue. Saludos.
Míralo por el lado bueno, es mucho mejor pillarla de pequeño que pillarla de mayor, aunque por supuesto siempre da penita verlos enfermos. Espero que le resulte llevadera la cosa.
Mi niña tiene nueve meses y sólo ha estado enferma una vez, yo creo que fue un virus que pillé yo que me dio síntomas catarrales y a ella le dio gastroenteritis. Pero fue curioso, mientras que yo me sentía hecha un trapo, ella estaba bien. De hecho le dio la cara vomitando, y mientras yo la limpiaba a ella, me limpiaba a mí, el suelo y el sofá (qué desastre) a las doce de la noche, ella me miraba y se reía como la que ha hecho una travesura. Yo creo que a veces, incluso diría que casi siempre, nosotros sufrimos más de la cuenta, que su percepción de esas situaciones es distinta de la nuestra.