Un equipo de fútbol puede ganar o intentar ganar la Liga, que es una competición profesional con sus reglas y sus trofeos, pero que no representan al conjunto de los españoles. Pero debe abstenerse de competir en el Campeonato de España. Sobre todo si, como ha ocurrido con
el Barça y el Athletic de Bilbao las últimas veces en que han llegado a la final, sus seguidores han aprovechado la lógica solemnidad del acto para dar una exhibición de odio al resto de los españoles.Otra vez llegan estos clubes a la final. Y otra vez ya se anuncia que las aficiones van a aprovechar la final de Copa para
mostrar ese odio a los demás silbando el Himno Nacional y abucheando a S. M. el Rey.
El resto de los españoles no tenemos por qué aguantar esas ofensas . Tenemos que tomar ejemplo del presidente de la República Francesa. Sarkozy lo dejó bien claro: si en un partido de fútbol se silba la Marsellesa, el partido se suspende y se juega días después a puerta cerrada. Con ese aviso se acabaron las bromas.
Ya es hora de que nos tomemos en serio lo que es serio . Esto tendrían que tenerlo muy claro los aficionados de esos equipos. Participar en el Campeonato de España es libre pero si se participa y se llega a la final no se puede despreciar al conjunto de los españoles que somos los que patrocinamos esa competición.
El Rey y el Himno no valen por ser el Rey y el Himno, sino porque
nos representan a todos. No tenemos por qué aguantar desprecios de nadie. Y menos, cuando lo único que queremos es premiar a los mejores en el Campeonato de España, en el que han competido y se han inscrito libremente.