Love 3D Pocos directores en el panorama actual podemos encontrar que sean tan provocadores como Gaspar Noé. Nunca ha tenido el mínimo problema para mostrar todo aquello que ha querido sin tener que cortarse lo más mínimo. Tal vez, podríamos nombrar a Lars Von Trier, que vendría siendo una versión pseudointelectualizada del argentino, y que ya el año pasado estrenó la polémica Nymphomaniac, una película, dividida en dos partes, donde contaba la historia de una ninfómana. Pero volviendo a Gaspar, y si echamos una mirada a toda su filmografía, podemos encontrar que en todos sus trabajos se centra en temas que son tabúes ahora mismo en la industria cinematográfica y desde un enfoque explícito, sin censurar nada. Hablo de la violencia, las drogas y el sexo. En su primer film, Irreversible, el argumento trataba del abuso sexual de una mujer – Mónica Belluci- y la posterior venganza de su novio, interpretado por un Vincent Cassel en estado de gracia. En este caso, el elemento provocativo es el de la violencia presente. En su segundo largometraje, la magnífica Enter the void, decide centrarse en el mundo de la droga y sus consecuencias. Sin tapujos, retrata un ambiente cargante, lleno de luces y piruetas, que llega a ser repulsivo. Ahora con Love, se mete de lleno a contar algo que estaba también presente en sus dos trabajos anteriores pero a lo que no había dado la suficiente importancia, exceptuando los minutos finales de Enter the void, que parecen un aperitivo para lo que sería esta última película. Love es una historia de amor, pero contando todos aquellos detalles que siempre evitan mostrarse en un romance, porque aún causa vergüenza enseñar los actos sexuales en una pareja que está enamorada.
Love comienza con Murphy y Elektra masturbándose el uno al otro en la cama. Acto seguido, el protagonista está durmiendo junto a su esposa, con la que tiene un hijo. Una voz en off nos empieza a susurrar al oído; son sus remordimientos. No está feliz con la vida que tiene. Vive en una pesadilla constante al lado de una mujer a la que repudia; y solo el bebé es el que empuja a no explotar y terminar con todo de una vez. Su móvil suena y vuelve a recordar a la que fue su novia, aquella de la que estaba perdidamente enamorado. Es su madre, que dice que no sabe dónde está y que teme que cometa una locura. Y es que no es nuevo que Elektra tuviera deseos suicidas. Murphy, intenta llamar a todos lo que tuvieron un mínimo contacto con ella, pero sin éxito. Acorralado en su propia casa, como si fuera una cárcel, comienza a recordar cómo fue su relación amorosa. De manera desordenada, la historia de Murphy Elektra se nos presenta ante nuestros ojos. Dos estudiantes extranjeros que se conocen en la ciudad del amor. Distintos en apariencia pero en el fondo muy parecidos. Un romance pasional lleno de discusiones, malentendidos, torturas, drogas y, sobre todo, sexo. Una aventura que al final termina siendo un trío amoroso debido a las fantasías de la pareja de hacer el amor con otra chica. Lo que no esperaban es que esa joven será la que arruine sus vidas.
Gaspar Noé es un director al que le gusta crear puzzles en el aspecto narrativo. Con Irreversible, ya nos lió la cabeza con una historia que iba desde el final hasta el principio. Después, con Enter the void, cogió la línea argumental y la hizo trozos para ir colocándolos de manera desordenada y tener la sensación de vivir un flashback continuo. En Love hace lo mismo y es precisamente este montaje el que le otorga a la trama de una intriga permanente que funciona de forma perfecta para tapar las carencias de la misma. Porque Gaspar nunca se ha interesado por las tramas complejas, y confía demasiado en su técnica para transformar aquello que está mil veces visto en algo diferente. El resultado de esto es que sus películas terminan creando dos bandos; los que las consideran obras de arte y los que las odian por considerarlas banales y pretenciosas. Con Love, ha hecho algo nuevo y es que deja un poco de lado su estilo y decide reflexionar sobre las relaciones de pareja y la imprevisibilidad del destino. Aunque hay que agradecerle su esfuerzo por intentar contar algo profundo, lamentablemente la película no deja de ser una historia superficial y simple, con el añadido de las escenas sexuales, que aportan la novedad y controversia. Aunque se aprecian encuadres originales, la destreza en el uso de la cámara con la que nos tenía acostumbrados, desaparecen prácticamente en esta ocasión. El aliciente, como se ha venido comentando, se encuentra en la explicitud del sexo, el cual no es gratuito en casi ningún momento y que hoy en día no debería sorprender a nadie. Tal vez la industria tendría que pensar que el sexo es algo más inherente al ser humano que la violencia en sí.
El problema que tiene Love es un poco lo que le pasa a Enter the void, que debido a su duración, y a una atmósfera tan cargada, puede llegar a saturar. Casi dos horas y media para lo que pretende contar la película se acaban haciendo larga. Más aun porque en el tramo final, el egocentrismo de Noé se come al artista, y la provocación que estaba siendo justificada por el sentimentalismo –sexualidad sentimental, como dice el protagonista, álter ego del director– termina dando la razón a los críticos. Con el 3D, vuelve a venirnos a la mente la pregunta sobre cuál es su verdadera función, aparte de crear expectación, porque salvo unos planos resulta inútil su uso. Al estilo de Todo saldrá bien, de Wim Wenders. Lo mejor sin duda es uso del cinemasope para crear planos ampliamante detallados al son de la fotografía, cálida y teñida de rojo pasión, y una banda sonora compuesta de música electrónica y partituras de piano
De los actores no se puede poner ninguna queja. El trío protagonista, formado por Karl Glusman, Aomi Muyock y Klara Kristin, aprueba con creces suponiendo que todos, salvo el chico, son debutantes en la gran pantalla. Esto nos lleva a preguntarnos si es que esta elección fue debido a que no había nadie de renombre que quisiera rebajarse a las exigencias del guión. Curioso es el cameo del propio Gaspar encarnando al antiguo amante de Elektra y con el que Murphy tendrá algún que otro desencuentro.
Love se presenta más que como una historia de amor, como un ejercicio que pretende tirar por la borda los viejos tabúes que aun siguen presente en nuestros días. A pesar de ello, resultará raro ver en más películas lo que el director argentino ha plasmado aquí. Tocará seguir esperando.
6/10Molonator69 escribió:
Por otra parte, ya me comentaras que tal Fort Apache. Yo la ultima de Western que vi, fue la Legion Invencible 9/10 y no le casco el 10 por no ser repetitivo.
Al final me vi esta:
Magnífica película sobre el famoso duelo en Ok corral. John Ford no hacía solo películas, las dotaba de vida y traspasaban la pantalla. Incluso los personajes secundarios tienen vida propia aunque salgan en dos escenas contadas.
8/10