¡Hola! Me gustaría retomar la sana costumbre que tenía en el foro de Meri de comentar por encima mis lecturas; me venía muy bien para sintetizar conceptos, así que, si me lo permitís, hablaré de lo poco que he leído este año y en lo que estoy enfrascado ahora:
Empiezo con el
Tantra-yoga de Ramiro Calle, un reconocido maestro de yoga. En él nos desgrana la verdadera esencia del tantra, lejos de su visión reduccionista como «yoga sexual», y que surgió en el kaliyuga como respuesta a la creciente incapacidad de las personas de comprometerse a prácticas ascéticas más exigentes. Nos habla, desde un enfoque más práctico que académico, de Śakti, la kuṇḍalinī y el prāṇa, el enfoque tántrico del hatha-yoga y la erótica mística (maithuna). Es el primer libro que leo de este autor, y me ha gustado bastante, pero no sé si me aportará más información que la vertida por Eliade en su ingente obra, o los propios textos clásicos del yoga.
Continúo con
Mil millones de años hasta el fin del mundo de los hermanos Strugatsky, cuya trama sigue a un grupo de científicos que, de manera repentina y misteriosa, enfrentan obstáculos absurdos y amenazas personales cuando intentan avanzar en unas investigaciones que de concretarse podrían suponer un paso de gigante en la evolución humana. Poco a poco irán atando cabos sobre quién o qué está impidiendo que concluyan sus empresas. A destacar la gran traducción de Fernando Otero Macías, que sin duda conoceréis por sus últimos trabajos en las obras de Dostoievski publicadas por Alba.
Le toca el turno a
El Rey de Amarillo: Relatos macabros y terroríficos de Robert William Chambers, al que por fin di carpetazo después de tenerlo más tiempo del que habría deseado encima de la mesa. Lo tuve en mi punto de mira por la influencia que tuvo en Lovecraft, pero en general los relatos no me han despertado mucho interés, o más bien su envoltura normalmente onírica, caótica y deslavazada, salvo honrosas excepciones. ¿Quizá por la traducción?, para mi gusto demasiado literal.
Por último, he leído el relato final de
Dublineses,
Los muertos de Joyce, ubicado en una fiesta de Navidad en Dublín, donde el autor enfrenta a los personajes principales a tribulaciones que llevan acosándolos desde años, uno la desconexión emocional que siente por su país y otra el duelo inconcluso que reverbera desde su adolescencia.
Respecto a lo que estoy leyendo, tengo sobre la mesa los
cuentos completos de Kafka, prologados por su traductor, el enorme José Rafael Hernández Arias (no pocas veces me he hecho con obras sencillamente porque habían pasado por su mano); también
¿Por qué el materialismo es un embuste? de Bernardo Kastrup, un ensayo que busca explicar hasta rozar lo inefable la conciencia desde el punto de vista del idealismo, con el que me inclino. Utiliza una serie de metáforas para elucidar el mecanismo de la mente que se asemejan a las de las Upaniṣad, pero con un enfoque más adaptado a nuestros tiempos. Diría que conoce y comparte la senda del advaita vedānta, pues se corresponde mucha de su terminología. Y para terminar, estoy leyendo en el tren
Una mirada a la oscuridad de Philip K. Dick; todavía no llevo mucho, pero por ahora me está gustando la historia.