Que un juego sea revolucionario no significa que haya que ponerle un 10. Porque entonces el Alone in the Dark sería también el mejor juego de la historia. O el Catacomb 3D, primer FPS en 2.5D en el que llevas a una persona y ves tu propia mano al disparar. Y lo mismo pasaría con el Donkey Kong, primer plataformas en donde puedes saltar y que ahora mismo deberíamos estar todos jugando sin parar al ser una obra maestra inigualable.
Dicho esto, creo que Ocarina, en cuanto a revolucionario, se acerca más al Metal Gear Solid (superándolo al tener un nuevo método de control) que a esos juegos que cito.