Lo prometido es deuda, amigos.
Nume Jones en busca de la crítica perdida escribió:Anoche, mi querida novia y yo mismo, nos dirigimos a cenar a una de las franquicias de Assia in Wok de las que disponemos en Bizkaia, más concretamente al local sito en el complejo "Max Ocio" en Barakaldo, con la intención de disfrutar de una rica e interesante cena asiática.
Acudimos al establecimiento, pues y, como indicaba un cartel, esperamos a que una camarera se prestase a acomodarnos. -¿Fumadores o no fumadores?- preguntó ella solícita. Tras decirle que no eramos fumadores, nos dirigió a una mesa situada fuera del local del restaurante. Es decir, en el hall de Max Ocio. Indico esto porque será el leitmotiv de algunas cosas que sucederán después.
Nos sentamos pues en unos sillones corridos la mar de cómodos a priori pero que, debido a un intento de aprovechar espacio, dejan muy poco sitio para la mesa.
Es un restaurante muy fashion, cool, chillout y todas esas chorradas. De decoración pijales, vamos. Muy minimal y tal. Unas luces cuelgan del techo con molestas tulipas amarilloverdosas que son cargantes al segundo minuto. Todo en tonos verdes, blancos y negros. La carta y los platos son bastante elegantes.
Todas las mesas tenían palillos menos la nuestra. Los robamos de una mesa vacia.
Tras estudiar la carta -cuyos precios estan indicados sin IVA- nos decidimos por "Mini rollitos Thai", "Saté japonés" (brocheta de pollo), "Wok de pollo y coco al curry rojo", Y "Wok de pollo y lima limón". Como se puede apreciar no tienen mucha variedad de carnes; mucho pollo y algo de ternera.
Tuvimos que esperar un buen rato para que nos tomaran nota. Debido a que éramos los únicos comensales en la zona de no fumadores, las camareras se habian olvidado de nosotros y tuvimos tiempo de estudiarnos la carta e, incluso, cocinarla nosotros mismos. Unos 15 minutos de espera.
Hay que ser sincero. Los entremeses estaban deliciosos. Las brochetas llevaban una salsa sugerente y los mini rollitos estaban muy ricos. El problema es que las raciones son ridículamente minúsculas. A mil pelas cada ración, no valen ni para abrir el apetito. De verdad, muy muy pequeñas.
Con la espectación encendida por los ricos sabores pero pequeños tamaños de los primeros platos, esperamos a los platos principales, con la esperanza de que sean más sustanciales. Otros 10 o 15 minútos más tarde llegaron. Y llegaron frios, haciéndonos suponer una vez más que habiamos sido olvidados. Estupendo, camareras 2 nosotros 0. Porcierto, no se llevaron los patos sucios.
Cuando uno pide un plato consistente principalmente en arroz uno se espera que un ingrediente tan barato y fácil de preparar abunde en el plato. Pues no, amigos no. La cantidad de arroz que incluian los jodidos Wok no sería suficiente para llenar un puño de una persona razonablemente pequeña. Eso sí, para que no quedase el plato vacio, estaba convenientemente aplastado para que ocupase la mitad del plato. Mira, el plato sí era grande.
El plato, en general, estaba preparado con descuido. Encontramos innumerables trozos de hueso en el pollo y la verdura estaba sin cortar bien. Los trozos de berenjena eran tan grandes que resultaban molestos para comer. El trozo de pimiento más pequeño era del tamaño de un dedo. Y eso el pimiento verde, porque el rojo ni siquiera estaba cortado del todo. De sabor aceptable nada más.
Ni qué decir tiene que a estas alturas estabamos decepcionados y con un ligero mosqueo que nos zumababa en los oidos. Otros 12 minutos de espera y nos vienen a tomar nota para el postre. Inocente de mi digo -Dos Lassi por favor- y ella -¿me lo señala en la carta?- Se lo señalo y dice, con un desparpajo que me dejó ojiplático -¡Ah! ¡El batido!-
¿El batido? Pues según la carta el Lassi de los cojones es un delicioso sorbete con Yogur indonesio, melocotón oriental, Lichis y una hoja de menta. Un batido, con dos cojones.
El batido estaba rico aunque en un restaurante que cuida tanto la cubertería y el menaje, deslucía mucho que estuviera servido en una copa de vino de lo más corriente. Eso sí, con pajitas negro azabache de los más molonas.
¿El resultado? 30€ tras aplicar un descuento del 15% por trabajar en el centro (mi novia) y una cara de bobos que se veia desde la ISS. Eso sí, te dejan un formulario para que pongas tu crítica. Les pedimos el boli.
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