Yo he tenido pésimas experiencias con los in-ear hasta el punto de que a la tercera devolución me reintegraron el importe y me regalaron los auriculares. Con los normales sólo tengo queja de que se rompen en demasiado poco tiempo: culpa mía también, que a lo mejor tiro del cable y no del conector, pero se me han roto ya de todas formas.