Cuiadadlas y queredlas, hoy he tenido que eutanasiar a mi golden y es un palo tremendo, pero a la vez he sentido mucho alivio al ver como por fin no sufriría mas.
Ha sido una experiencia por la que no quiero volver ha pasar, he tenido que echarle cojones y estar presente, lo he llevado a la clínica y les he pedido que lo hicieran en el maletero, para que entrara ya muerto en la clínica. Creo que el mismo sabía lo que iba a pasar ya que cuando he puesto mi mano en su cuello para aquiriciarlo y estar con el hasta que nos dejara, se tumbó y no volvió la vista, creo que estaba más que preparado.
Espero que el día que yo falte nos veamos y sigamos siendo amigos.