A mí, Shadow of the Colossus, en un principio me parecía un juego mediocre y ultra-sobrevalorado, pero las cosas son como son, y me lo he hecho éste mismo año y reconozco sin tapujos que me equivocaba, es un juego maravilloso, embaucador y encantador que transmite una sensación de soledad e inmensidad que sólo éste juego me ha hecho percibir. No hay detalles, no sabemos que le ha pasado a Mono, no sabemos quien o qué es Dormin, no sabemos que era Wander antes de embarcarse en la odisea de devolver a la vida a su amada y realmente nada de eso importa cuando tenemos enfrente a una mole que parece tan viva como cualquier otro ser del planeta a pesar de sus colosales (chiste fácil, no me apedreéis...) dimensiones a la que debemos eliminar con tal de que ella vuelva a la vida, sin importar el precio a pagar.
Ico por su parte tiene un encanto diferente, no transmite la sensación de soledad al tener a Yorda a tu lado, aunque tengas que tener un ojo siempre puesto en ella para evitar sorpresas. Por su parte, transmite la sensación de tener que proteger a alguien frágil, alguien que no puede valerse por sí mismo como para escapar de la pesadilla en la que se encuentran inmersos. Igualmente no sabemos nada, ni por qué Ico tiene cuernos, por qué Yorda está encerrada y suspendida a muchos metros en el aire imposibilitando que pueda hacer nada, qué son las sombras y en general por qué está pasando todo, sin embargo y al igual que con la secuela, nada de esto importa más que cumplir el objetivo de salvar a Yorda. Es más, me atrevería a decir que conocer todas las respuestas a las preguntas que plantea la trama de ambos juegos no haría sino hacer decrecer el misterio e interés por ambos títulos, a pesar de que me encantaría conocer más y más cosas de ellos.
Lo dicho, me parece un juego realmente precioso, y es más que probable que, a pesar de carecer de Ps3, cuando salga la remasterización de ambos juegos me haga con ellos, así como con The Last Guardian.
(La leche, que tochaco me ha quedado)