inniyah escribió:Y poco más que decir... estoy de acuerdo con Fhermin en lo de ADAPTARSE el uno al otro. Cambiar a una persona nunca se debería hacer y mucho menos cambiar uno mismo por la otra persona. Yo lo sé por experiencia y por desgracia… menos mal que los palos que da la vida a veces te enseñan cosas para no caer en la misma piedra (pero sólo a veces).
Exacto. Me refería a eso. Sé de muy buena tinta que las personas no cambian en su forma de ser y muy dificilmente en costumbres. Lo más importante es encontrar a alguien que siendo como es, se adapte a tus gustos. Pero, dentro de eso, cuando empieza a haber confianza empiezan a surgir diferencias que no consisten en cambiar, si no en hablarlas para que la otra persona se de cuenta que a ti no te gustan y él haga por cambiar o intentar no hacerlo tanto delante tuya. Creo que eso no es intentar cambiar a una persona, si no decir lo que no te gusta para que respeten tu voluntad. Y, si la otra persona está de acuerdo, lo hará encantado por agradar a su pareja.
Tampoco hablo de quejarse por absolutamente todo, si no de hablar esas pequeñas diferencias. Como siempre he dicho, lo importante es que en la base se esté de acuerdo, porque luego los detalles se pueden pulir más o menos, pero la base es lo inamovible de la persona.
Haciendo un simil, sería como construir una casa. Si los cimientos son fuertes, la casa aguantará. Sin embargo, si los cimientos son débiles, por muchos cuadros, cortinas o suelos bonitos que pongas, la casas se vendrá abajo con decoración bonita incluída. Para mí los cimientos son las cosas importantes de la vida y la pareja (futuro, trabajo, respeto, libertad, hijos, etc...) y la decoración los detalles (ser desordenado, reirse de x forma, ser escrupuloso...)