A mí antes el manga en general me encantaba, pero de unos años a esta parte (bastantes) me da una fatiga considerable. Estoy hablando de cuando tenía 10~15 años y veía y me emocionaba con series como Dragon Ball, Arale, Doraemon, Kenshin, Musculman, Fly (Dragon Quest) y otras tantas, y de películas como Akira, Porco Rosso, El Puño de la Estrella del Norte, Los Vientos de Amnesia, Oh! My Godess, La Tumba de las Luciérnagas (joder qué trágica...) y más que ahora no recuerdo. Uno puede achacarlo a la edad y a las circunstancias de cada cual, y razón no le falta, pero hay que reconocer que, por lo menos el anime, ha perdido muchísimo desde que se tira por la vía rápida del ordenador en detrimento de un estilo más tradicional y con mayor calidez y alma. Sólo hace falta comparar el DB de siempre con el despropósito de DB Super. Puaj!
No soy ningún entendido, pero creo que lo que hace Ghibli es de lo poco que rescataría a día de hoy. A veces me da por echar un vistazo a series que recomiendan fervientemente y es que no hay manera. Ni siquiera la de los titanes me llegó a enganchar, y eso que al principio prometía mucho, pero se las ingenian para salirte con chorradas que hacen que pierdas el interés. Eso sí, el dibujo y la animación están muy bien, al igual que One Punch Man. Esta sí la vi entera por el diseño de los monstruos.
No sé, me sigue gustando por el recuerdo que decido conservar de todo aquello, pero ya no me toca la patata como antes, aunque es un mundo tan extenso que no es justo generalizar tan a la ligera. Y en cuanto a los salones, tienen pinta de darte un garbeo por allí y a la media hora querer salir por patas del tedio, no sea cosa que empieces a hacer gestitos kawaii de esos y se te ponga el pelo rosa.
A pesar de todo, el viaje a Japón lo tengo pendiente sí o sí, eso lo tengo clarinete. Lástima que el coste de vida sea tan elevado...