Transcurría el año 1930AC, la crisis del ´29 todavía hacía actuar a algunas personas, imitando a la vaquita, claro que, sin tanta suerte.
Eran tiempos felices, el sol salía por el este, todas las mañanas; el diariero dejaba noticias frescas en la puerta de cada aldea, y lo mismo hacía el lechero, con grandes tazones y mucha nata.
La gente sonreía, caminaban de la mano, cantaban, y disfrutaban de un paraíso aldeal.
La chica de la aldea, despertaba cada mañana, llena de ilusiones.
Hasta que una mañana extrañamente fría, destapó sus piecitos, camino a su rutina diaria... mojaba su rostro, cepillaba sus dientes, se ponía 3kg de maquillaje, lo habitual.
Al regresar a su habitación, mientras cepillaba sus dientes, sintió una pequeña molestia en su rostro, caminó hasta el espejo... perplejidad absoluta!
Fue corriendo a buscar a la vaquita...
-vaquitaaaa!
-muuuuuuuuu qué?
-tengo que enseñarte algo!
-a ver qué vestido compró esta vez...
-mira vaquita!
-qué mire qué?
-Parezco una calabaza!
-Pues, yo no noto nada, pero hueles curiosamente bien.
-En serio, vaquita, llévame a urgencias!
-Vale, calabacín, vamos...
-Cómo me has llamado?
-Pequeñin, pequeñin.
Luego de 2hs 26min andando, ingresaron a urgencias. El doctor entre risas y llantos, suspiró...
-Qué pasa doctor, voy a estar bien?
-Claro, es solo una reacción alérgica a no comer alfajores.
-Por cierto, no me has dicho tu nombre.
-Disculpe, soy halluat, pero puedes decirme hall.
-Y tu apellido?
-Pues, lo he olvidado.
-Vaya telins, hall.
-Doctor, entonces, qué debo hacer?
-Primero saber cómo te llamas, y segundo, no hay nada que pueda yo hacer, pero las abuelas suelen tener buenas recetas para éstos casos. Deberías ir a visitarla!
La chica de la aldea asintió con su cabeza en forma de calabaza, y emprendió un largo camino en busca de su abuela.
Recorrieron infinidad de aldeas, pero en ninguna habían escuchado hablar de su abuela.
Hasta que por fin...
Knock knock! Digaaa? "Soy hall, busco a mi abuela!" -Hall eres tú? -Sííí abuuuuuu, llevo días buscándote!
-Qué te ha pasado hall, tu rostro huele muy bien, pero se ve algo anaranjado... -No sé, abu!
-Has comido alfajores? –No, abu, en Granolina no se consiguen.
-Ayyy hall, no cambias nunca, deberías saber que dos alfajores por semana, es la solución a tus problemas. Aquí tienes la receta, te buscas algún argentino que sepa preparalos, y adiós carucha de calabacín!
-Lo había olvidado! Entre tantas cosas que se me olvidan, puedes creer que no recuerdo mi apellido?
-Jajajaa hall, eres tan distraída que me dan ganas de abrazarte!
-Tu apellido es oween, tontín! Somos ingleses, recuerdas? -Cierto abu, cierto!
Feliz de tener la solución, y haber recordado su apellido, volvió a su aldea, dando saltitos, y cantando... soy hall! hall oween! soy hall! hall oween!
Los habitantes de Granolina, sorprendidos, de ver a la chica de la aldea con tal grado de euforia, decidieron recordar ese día tan curioso, poniendo en sus casas, calabazas, y disfrazándose, igual que la extraña aldeana, solía vestirse.
Así es como todos los años, el 31 de octubre, se celebra el regreso de Hall Oween a la aldea.
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Buenos días