artículo del infatigable Roncero.
Hay Liga y como no ya tiene el gol del año.
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¡A por ellos! El sueño está más cerca. Y pueden dar fe de ello Ángel, su joven esposa y su pequeño Huguito, un bebé de sólo nueve meses que ayer vio desde la grada el apoteósico triunfo de los once espartanos de Capello. El viernes se subieron a un avión desde Almería. Volaban sin entradas, pero con la ilusión de poder ver el partido como fuera. Horas antes se les cruzó un alma generosa al rescate y así vieron cumplido su anhelo. Cuando marcó Sergio Ramos, Ángel lloró emocionado, su bebé también (pero de alegría) y la madre del niño entendió para los restos que ser del Madrid es lo mejor que le podrá pasar en la vida a su pequeño. Lo sucedido anoche me recuerda a una escena de la conmovedora Buscando la felicidad. Will Smith, arruinado y tirado junto a su hijo en un servicio del Metro de Nueva York para poder dormir, le dice: "Tranquilo, pequeño. Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Si quieres algo, ve por ello". Eso está haciendo este Madrid liderado por Casillas y Ramos. Y eso está haciendo la Cofradía del Clavo Ardiendo, el movimiento social más activo de este país desde que el fútbol es fútbol. Hay Liga. ¡Tiembla Barça!
Gol del año. No seré yo el que discuta el golazo de Messi al Getafe. Pero no me negarán que el de Van Nistelrooy ha sido la mejor diana de la temporada. Fue un gol de E-Q-U-I-P-O. Los jugadores se aplicaron el Juntos Podemos con el balón en los pies y fabricaron un tanto solidario y al primer toque sólo al alcance de los tipos con grandeza. Van Nistelrooy homenajeó a su compatriota Van Basten, que en la final de la Eurocopa de 1988 firmó otra volea mágica ante Dassaev en la final ante la URSS. Ruud, 24 veces gol, 24 veces gracias. ¡¡¡Matador!!!
Bien, Moro. El Valencia se despidió de la Liga con honor. Lógico en un equipo adiestrado por Quique, técnico con talento y talante, y con un once que cuenta con ocho españoles, la envidia de la casa. Villa, con el estómago revuelto, no fue el diablo por el que Abramovich está dispuesto a vender uno de sus yates para llevárselo a Stamford Bridge. Pero al rescate estaba Morientes. El Moro. Goleador indomable que ante el Madrid siempre muestra su mejor perfil. No debió irse nunca de aquí. Pese a sus 30 años, el valencianismo tiene nueve para rato...
Big David. Beckham es un diamante que volará de la joyería del Bernabéu por culpa del triste gusto futbolístico del talibán Capello. Pero fue saltar al campo el Sir inglés y cambiar todo. Cada pase suyo era un homenaje al buen gusto. Así fabricó el envío que Tarzán Ramos convirtió en el gol de la fe, de la dignidad de un equipo desatado hacia la consecución del gran sueño: ganar la Liga. Ramos ya ha cumplido la primera parte de su quiniela. Madrid-Valencia: 1. Sólo falta que esta noche el Villarreal tumbe al líder. Amigos, la Cofradía hierve. ¡Hay Liga!
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Cuando mañana estemos otra vez 5 puntos arriba que dirán, Adios a la Liga.