Aunque los equipos de Humanos no tienen la fuerza individual o habilidades naturales de las que disponen otras razas, tampoco sufren ninguna de sus debilidades. Esto hace extremadamente flexibles a los equipos Humanos, siendo capaces de correr con el balón, pasarlo o ignorarlo y machacar a los contrarios contra el césped.
Los equipos Orcos han jugado a Blood Bowl desde que se inventó el juego, y están entre los mejores de la liga. Son duros y resistentes, demoliendo la línea contraria para crear huecos que exploten sus blitzers.
Los Enanos parecen los jugadores ideales de Blood Bowl: son pequeños, resistentes, bien blindados, ¡y tienen la persistente manía de negarse a morir! Los equipos de Enanos más exitosos siguen la táctica de eliminar a todos los posibles anotadores del otro equipo y derribar al resto. ¡Así no queda nadie para evitar sus touchdowns!
Puede que no sean fuertes y seguro que no son resistentes, ¡pero son increíblemente rápidos! Más de un oponente se ha quedado clavado en los placajes iniciales mientras los veloces jugadores Skaven penetraban por un hueco en la defensa y corrían para conseguir anotar un rápido touchdown.
Los sacerdotes Hombres Lagarto ya enseñaban Blood Bowl miles de años antes de que fuera descubierto por el enano Roze-El. Por tanto, no es sorprendente que los Hombres Lagarto sigan jugando a Blood Bowl hoy en día. Los equipos de Lustria combinan sutilmente la fuerza y la destreza, lo que les permite enfrentarse a equipos potentes como los del Caos e igualar el juego de velocidad de los Skaven.
El plan de juego de un equipo Goblin se basa más en la ilusión que en la habilidad. Los Goblins son buenos receptores porque son pequeños y ágiles, pero por desgracia no dominan el arte del pase. Además, las posibilidades de que plaquen cualquier cosa más grande que un Halfling son remotas, por decir algo. Aun así, esto nunca parece preocupar a los jugadores Goblin y ocasionalmente el uso de un arma secreta puede permitir a un equipo Goblin ganar un partido.
Para los Elfos Silvanos, los pases largos lo son todo, incluso más que para sus primos los Altos Elfos, y todos sus esfuerzos se encaminan a ser expertos en pasar o recibir. Ningún Elfo Silvano que se precie se sobrecarga con armadura, o intenta derribar a los jugadores enemigos. En vez de eso confían en sus habilidades atléticas para alejarse de los problemas, lo que normalmente es suficiente. Hace falta un oponente muy ágil o con mucha suerte para ponerle la mano encima a un Elfo Silvano.
Los equipos del Caos no son famosos por la sutileza o la originalidad de su estilo de juego. Avanzar a la carga hacia el centro del terreno de juego, golpeando e hiriendo a tantos jugadores contrarios como puedan, es su táctica más elaborada. Rara vez, por no decir nunca, se preocupan de pequeños detalles como atrapar el balón y anotar touchdowns. Al menos no mientras sobre el terreno de juego queden todavía jugadores adversarios con vida.