EA no se cansa de decirlo: tras la gran edición de 2009 ahora lo que han hecho ha sido pulir errores. Ah, cosas de la historia. Antes era PES quien sólo tenía que hacer cuatro ajustes mientras los de FIFA se mataban a incorporar, cada año, novedades esperpénticas.
FIFA 09, que era (es) un gran juego, estaremos de acuerdo, tenía varios fallos que necesitaban ser corregidos sí o sí.
Para empezar los porteros, que salían de forma catastrófica y tenían un comportamiento absolutamente incomprensible. En la beta que pudimos jugar en profundidad vimos que, definitivamente, es algo que se solucionará. Tienen muchos más reflejos, no salen como primos y ya no se dejan colar globos a la primera de cambio. Añaden realismo y, por tanto, espectacularidad. Por primera vez grité cuando pensaba que estaba a punto de marcar un gol y el calvo del Valdés me sacó una mano de oro. La sensación de realismo e impredictibilidad que me dio fue extremadamente positiva.
Otra punto negativísimo de FIFA 09, para mí el más grave, y con diferencia, eran los chutes. La física del balón es pobre: se desplaza leeeeentamente, los disparos son flojitos y casi nunca tienes en el cuerpo esa electricidad de cara a puerta que sí que proporciona PES. Pues, gloria, el balón se desplaza un 50% más rápido y los tiros parece que sí que serán todo lo contundentes que deben.
Además de solventar esos dos aspectos EA incorpora novedades muy atractivas y, sobre todo, bien pensadas.
La primera y más importante es el “regate 360”. Ese punto es tan importante que es lo que puede decidir que un usuario se incline por FIFA 10 en vez de por el PES 2010. A primera vista no se nota. En la presentación nos lo contaban, y pensábamos “malditos, no nos vendáis más humo con nombres rimbombantes”. Pero, diablos, cuando lo comparas con los otros juegos te das cuenta de que marca la diferencia. El jugador ahora puede moverse en 360 grados, nada de seguir diagonales. La libertad de movimiento con el balón es total y eso afecta de forma directa y definitiva a la inmersión y a que puedas jugar como quieras.
Si a eso le sumamos el nuevo regate (que se ejecuta con el gatillo izquierdo) la cosa ya se pone bonita. Ese regate nos deja mover el balón como queramos con el stick. Nos lo podemos cambiar de pie, dar un pasito atrás, romper la cintura del rival… es tan potente que dudo que no acabe por ser demasiado potente. Pero, al fin y al cabo, es estupendo.
La cosa no acaba ahí: tenemos los típicos del stick izquierdo y tenemos una especie de control pisando el balón. Se puede regatear también de otras formas, que todavía no hemos explorado en profundidad, y eso hace que me pregunte si no son demasiadas. Esperemos a tener una versión definitiva para juzgar pero, en principio, la variedad y la versatilidad se agradecen.
Finalmente, y no menos importante, está la defensa. Señores, se ha eliminado el botón de quitar el balón delicadamente (el A o X, vamos). Ahora el balón se quita o a segada limpia o, simplemente, acercándonos al rival y anticipándonos, haciendo valer nuestro físico. Decisión acertadísisisima, ésta. Porque, además, el cuerpo a cuerpo es espectacular, muy logrado, e influye la constitución y habilidades de cada jugador.
Importante es también el posicionamiento defensivo. Siempre nos ponían el mismo ejemplo: si Terry va a rematar un córner Essien se quedará en el medio del campo cubriendo su posición. Eso evitará los típicos coladores en los que el delantero se va solo, corriendo, desde la frontal de su área y acaba marcando gol.
Aunque a primera vista FIFA 10 parece muy similar a FIFA 09 —porque gráficamente cambiará poco— nos encontraremos con un juego mucho más maduro. Un producto por el que, sin duda, merecerá la pena pagar. Si queréis mi veredicto, de momento FIFA sigue estando un pasito por encima de PES. Pero todavía es demasiado pronto como para asegurarlo.
Por cierto, nos ha llegado el rumor de que el Bernabéu estará disponible, y de forma gratuita, a través de un contenido descargable que se lanzará cuando el juego ya esté a la venta. Avisados estáis.