Es desconcertante cómo los medios de comunicación están desatando una avalancha de críticas contra el Real Madrid por el partido de ayer. Si bien es cierto que el fútbol es un deporte subjetivo, resulta preocupante que haya quienes ni siquiera se toman la molestia de leer las reglas, prefiriendo encender la polémica y fabricar narrativas ficticias para respaldar sus puntos de vista. La prensa, en su afán de generar controversia, ha llegado al extremo de manipular imágenes y tergiversar las jugadas a su conveniencia. En un video salé Joselu con una bandana, en otro Vinicius con el brazo blanco.....
Un ejemplo claro es la alegada mano de Vinicius, obviando que hace algunos años se modificó la norma para permitir la utilización de la parte superior del brazo (deltoides, no codo; quizás sea necesario un repaso de anatomía). Resulta irónico que Xavi, en apariencia, estuviera más pendiente del partido del Real Madrid que del de su propio equipo; una actitud que debería ser sancionada. Mientras tanto, Ancelotti, siendo un caballero, parece optar por el silencio. Sería interesante ver si cambia esta postura y comienza a expresar su descontento de manera más enérgica.
Lo que resulta aún más desalentador es la falta de cobertura mediática sobre el caso Negreira. Un caso real que ha experimentado incluso cambios en las leyes hace dos años para evitar su descenso. Es sorprendente cómo este tema apenas ocupa portadas, y los equipos, con excepción de Sevilla y Real Madrid, guardan un inexplicable silencio.
En este punto, ya no puedo sentir compasión por los equipos más modestos, quienes han contribuido a su propia situación al respaldar a Tebas y al CVC, permaneciendo callados frente a un caso de corrupción evidente. Resulta irónico escuchar a los seguidores del Barcelona hablar de robos y narrativas, cuando su equipo es el único con una causa judicial. Pero así es España, donde parece que toleramos a los delincuentes, les otorgamos premios, los liberamos y evitamos acusarlos, sobre todo si son catalanes.
Lo que más me apena es que, incluso los propios aficionados del Real Madrid, estén cayendo en las mentiras de la prensa y la manipulación, contribuyendo así a la distorsión de la verdad en medio de la vorágine mediática. Es crucial que como aficionados, seamos críticos y busquemos la objetividad, para no ser víctimas de la maquinaria de desinformación que a menudo caracteriza a la cobertura deportiva actual.
Este tipo me cae fatal, pero describe el problema real.
Para el Almería, espero que acaben en tercera divisón.