Como culé la marcha de Cristiano me produce sentimientos y pensamientos encontrados. Por un lado es un alivio, ya que como rival es un competidor pertinaz y un goleador voraz. Un tipo, como se suele decir, con estrella, pero no por ello, falto de talento. Pero por otra parte su marcha evita que el Madrid padezca su inexorable decadencia y que pueda formar un equipo aun más sólido, solidario y competitivo si aprovechan lo que tienen (que es mucho) y lo sazonan con sabias incorporaciones.
Personalmente veo a Cristiano como un competidor nato, un tipo hecho a sí mismo, y eso es un gran mérito. Hecho a sí mismo como deportista y futbolista. Alguien que ha sabido aprovechar un talento innato y que con una ambición desmedida pero no censurable, ha conseguido llegar a lo más alto en el fútbol. Ha tenido una evolución impresionante, de un "Quaresma 2.0" a un Muller contemporaneo. De ser un jugador filigranero y poco eficaz, reñido mortalmente con el gol, a un portento físico con una capacidad goleadora a la altura de los mejores rompe redes de la historia. No recuerdo un cambio tan drástico en un futbolista.
Diría que sus años de plenitud, donde ha desplegado mejor todo su potencial, fueron sus 2 últimos años en el Manchester y los 3 primeros en el Madrid. En esos tiempos estaba físicamente pletórico; potente, fino, rápido, eléctrico...añadiendo una buena capacidad de desborde y sobre todo su aprendida condición de goleador infatigable. En estos últimos 3 o 4 años se fue centrando más en su labor goleadora, por mucho que desde la pizarra comenzara siempre en el ala izquierda del ataque. Por eso su mayor querencia por un compañero de ataque como Benzemá, un delantero "9 y medio" que le ha cedido siempre el protagonismo goleador y que ha sabido explotar sus condiciones, aun viendo su resentida su propia cuenta goleadora. Una sociedad que le ha dado mucho al Madrid pero que nunca ha encontrado una tercera punta del tridente estable (Bale es un solista irregular que nunca encajó en la banda pero que ha dado el do de pecho en escenarios grandes).
Una cuestión difícil de dilucidar es hasta qué punto su protagonismo en ataque ha beneficiado o perjudicado al equipo. Cierto es que, mirando sus estadísticas, no es un rematador especialmente certero y eficaz en comparación con otros killer. Que muchas veces, buscando el gol, ha roto muchas jugadas que pudieran haber acabado de manera más fructífera. Pero no menos cierto es que su martilleo pertinaz, su constante asedio al área contraria, ha supuesto un auténtico efecto intimidador en las defensas contrarias. Sus apariciones en al área son letales, incomparables hoy en el mundo, aun a su edad. Su juego aéreo es directamente letal y su versatilidad con las dos piernas a la hora de percutir lo convierten en temible. En definitiva, tiene todo lo necesario que debe tener un killer.
Sin duda no a cualquier jugador se le permite "gastar tantas balas". Su crédito se lo ganó, no obstante. Sin embargo el debate no cesó en gran medida por lo complicado de cuantificar en términos positivos o negativos ese desempeño "egoísta" pero letal en el terreno de juego.
En cuanto a su comparación con Messi; pienso que ha sido más mediática que real. El argentino es un jugador, un atacante total, cosa que Cristiano no ha sido, y menos en los últimos tiempos. Un debate más centrado en resultado y goles que en un análisis serio e impacial de las características de ambos jugadores. No hay, tampoco, que minusvalorar a Cristiano por ser menos jugador que Messi. Por eso mismo es que el debate, desde el punto de vista futbolístico, no le hacía nada bien al portugués, que, por otra parte, tiene una visión bastante distorsionada de sí mismo en su afán de ser el mejor (ahí ya entramos en debates psicológicos y demás).
En definitivo y volviendo a mi punto de vista culé; Cristiano ha sido un azote goleador, una figura que desde luego no ha pasado desapercibida, ni dentro ni fuera del campo. Personaje que despierta pasiones, amores y odios a partes iguales o desiguales. Yo me quedo con el Cristiano voraz y ambicioso, con el tipo que quiso llegar a ser el mejor aunque la naturaleza no lo haya dotado para ello. Esfuerzo y tenacidad que le han valido a él y a su equipo no pocos títulos.