Vaya Clásico más descafeinado por Dios. Sin Messi, sin Cristiano, con dos obtusos como Valverde y Lopetegui en los banquillos, y encima a las 4 de la tarde.
Luego nos extrañamos de que apetezca una vuelta de Mou, pero es que la emoción de esos clásicos se echa de menos, cuando teníamos en España lo mejor de lo mejor.