El otro día estube viendo el GP de Adelaida de 1993 (ganó Senna, con Prost y Hill detrás, y Schumi abandonando por rotura) y vi ciertas similitudes/diferencias con los GP de ahora.
La carrera en si, fue un paseo de semana santa, como ahora.
McLaren, ya no llevaba el motor Honda, y estaba "de bajón". De hecho Senna cambió su asiento por el de Prost al año siguiente (aunque sólo por tres GP, lamentablemente), aunque también estaba de bajón ese equipo, al conseguir Bennetton el motor Renault de Williams.
Adelantamientos, pocos. Pero si vi a Hill intentando adelantar a su "jefe" y cagarla, como hizo tantas veces después con Shumi.
Shumi aparcó el coche en la línea de meta, y ahí se quedó el resto de la carrera. Flipante que no solo no lo sacaran si no que después otro piloto aparcó detrás de él
En nuestros días, el abandono de Shumi hubiera significado SC. Incluso, tras un accidente en la salida, un coche se queda cruzado a la salida de la chicane, y sólo sacaron banderas amarillas. Curioso de ver a los comisarios correr a resguardarse en el muro con la llegada de los coches de nuevo
Realmente, no me pareció algo tan diferente a la F1 de hoy día, la verdad. La recordaba mejor, pero igual me tocó una carrera basura (la hicieron por ser la última de Prost), pero entre el trenecito, y los comentarios de Villadelprat (dormiría a una oveja), se me hizo eterna. Eso si, vi a Senna muy, muy triste en las declaraciones. Daba la sensación de estar a punto de llorar.
Lo que si que es cierto es que con los años, sólo vemos que se busque cualquier punto para limitar los coches. Y algunos cambios me parecieron bien, como los de la aerodinámica de mil millones de aleroncitos (Pedro de la Rosa decía que si te caías encima de un coche, te matabas directamente
), porque creaban tales turbulencias que no se podía adelantar, pero estos cambios de ahora, de flujo de carburante y demás chorradas, no son buenos para nadie. Los pilotos ya no compiten, tratan de llevar el coche a casa y no chocarlo entre bostezo y bostezo.
Se necesitan unos cuantos cambios, pero... tampoco nos volvamos locos.
Un saludo.