Me he animado a realizar un super análisis del España vs Estados Unidos. Esta redacción no se trata sólo de un análisis del partido en sí, sino de todo lo que hubo previamente a el mismo, de donde ha venido la selección española y porque ha crecido y progresado tanto en los últimos años. Pienso que no se puede quedar simplemente uno con un análisis del encuentro en sí, sino que también se debe analizar de donde vienen para haber llegado a donde han llegado, para poner en más valor esta eliminatoria. Por ello quería compartir con vosotros este escrito, el cual he redactado con el mayor detalle posible para describir este momento histórico. Espero que a pesar de su extensión, sea de vuestro interés.
Análisis España vs Estados Unidos
El camino para llegar a Octavos no había sido fácil y el mismo no se remontaba al inicio del torneo, no se remontaba a las semanas previas preparatorias al mismo, ni siquiera se remontaba a la fase de clasificación para el mundial, no, se remontaba mucho más atrás en el tiempo, se remontaba a un lejano mes de Junio de 2015...
La selección española había conseguido por primera vez en su historia clasificar a un mundial. La alegría y el jolgorio se extendieron por el mundo del fútbol ante tamaño éxito y triunfo. Pero la alegría de las integrantes de tan histórico momento sólo duró lo que tardaron en celebrar tal hito en el césped de la República Checa un 17 de Septiembre de 2014...
Pronto lo que se había convertido en en un sueño hecho realidad, en una oportunidad histórica para que España demostrara su talento y calidad al mundo, se tornó en un desastre de dimensiones colosales que se iría gestando en los meses venideros y que destruiría tan bella oportunidad de brillar. Los despropósitos se acumulaban en un un gigantesco castillo de naipes de cara al mundial: la selección apenas dispuso de partidos preparatorios para afrontar su primera cita mundialista, no participaron en la copa Algarve, torneo que utilizan las potencias del panorama internacional como evento preparatorio para el mundial, apenas dispusieron de cinco días para aclimatarse en los campos de Canadá y por último, el cuerpo técnico al mando de Ignacio Quereda, no había investigado a las rivales de España, siendo las propias jugadoras quienes ante la desidia del mal llamado entrenador, tuvieron que buscar material de archivo para investigar a sus rivales e intentar prepararse por su cuenta.
El enorme castillo de naipes construido a base de calamidades y despropósitos, empezó a tambalearse contra Costa Rica, selección que empató contra España 1-1, empezó a desmoronarse contra Brasil y finalmente se derrumbó contra Corea del Sur al caer por 2-1 y quedar eliminadas en fase de grupos. El desastre que se llevaba gestando durante meses, se había consumado al fin.
La indignación era máxima, tanto fuera como dentro del entorno de la selección. Las jugadoras habían visto como su oportunidad de debutar en un mundial había sido destruida por un inepto y acomodado entrenador que se había preocupado más de cobrar puntualmente su cheque de rigor, que de preparar a sus jugadoras para el mundial. Pero las jugadoras se negaron a consentir que esta situación se siguiera perpetuando, que tanto talento y esfuerzo se desperdiciara por la falta de compromiso del cuerpo técnico. Y entonces, allá por Junio de 2015, con la eliminación en caliente, las jugadoras dieron un paso al frente y ofrecieron un comunicado donde se atrevieron a denunciar todas las irregularidades de la federación. Ya lo habían intentado a finales de los 90, pero aquellas que había levantado la voz fueron apartadas por Ignacio Quereda, silenciadas para preservar su poder y privilegios, un poder y privilegios que llevaba ejerciendo de manera despótica durante 27 años, aunque durante dicho periodo jamás había logrado progreso alguno que le revalidara en el cargo. Pero esta vez la prensa estaba de su lado, el fútbol femenino había adquirido mayor notoriedad gracias al escaparate del mundial y sabían que con la eliminación reciente, esta vez dispondrían de los focos necesarios para denunciar su penosa situación, de asegurarse que esta vez su mensaje no fuera ocultado como en el pasado. Era entonces o nunca.
Y en un acto de unión, fé y compromiso, todas en bloque se unieron en un frente común: un fútbol femenino de calidad, un fútbol femenino profesional, un fútbol femenino competente.
El castillo de naipes había caído y las cartas habían sido reveladas, esta vez Ignacio Quereda no tenía donde esconderse, no podía acallar las críticas, no podía volver a silenciar las voces discordantes. Entre esas 23 futbolistas se encontraba el espíritu de aquellas que lucharon por un fútbol mejor y que perecieron en el intento, su lucha, su sacrificio, su entrega, había sentado precedente para luchar de nuevo por un futuro más brillante. Finalmente Ignacio Quereda cayó, ni siquiera su amistad con Villar le pudo salvar, esta vez el escándalo, la corrupción era demasiado evidente como para esconderla y ocultarla debajo de la alfombra.
Ignacio se fue como llegó: sin honor, sin dignidad, sin respeto, por la puerta de atrás, sin hacer demasiado ruido, para no levantar más tempestades. Después de muchos años, había llegado al fin la primera verdadera victoria del fútbol femenino español.
Habían ganado la primera batalla, pero no la guerra, quedaba por ver quien sería el sustituto de Ignacio Quereda. Hubo miedo, hubo dudas, hubo temores, pero pasara lo que pasara, era imposible ir a peor. Después de un tiempo de incertidumbre e incógnita, se acabó revelando el misterio: Jorge Vilda, técnico de categorías inferiores de la selección femenina, era el designado para el nuevo proyecto a cargo de la selección absoluta. Las jugadoras respiraron tranquilas y aliviadas.
Jorge Vilda había trabajado con buena parte de las integrantes mundialistas en categorías inferiores y sabían que su método de trabajo era serio, profesional y comprometido. El juego de toque era su religión, muy trabajado en categorías inferiores y que le había permitido a la selección sub 19 obtener el subcampeonato de Europa. Parecía que el sol al fin empezaba a brillar.
Nada más llegar, lo primero que hizo fue encargarse de las malas hierbas, ya que no todo en el conjunto español eran brotes verdes. Entre sus primeras decisiones estuvieron apartar a Veronica Boquete y Ainhona. Su rendimiento había sido francamente decepcionante y la primera sobre todo, se había convertido en una vaca sagrada que hacía peligrar la estabilidad del grupo. Sin querer perder su posición ni aceptar un rol secundario, Boquete se fue por la puerta de atrás para no volver.
Hecha la necesaria limpieza, empezó el verdadero trabajo de Jorge Vilda: perfeccionar el estilo de toque de España. Las bases estaban ahí, la calidad estaba ahí, el talento estaba ahí, pero al igual que los diamantes hay que pulirlos para lograr que sean más brillantes y bellos, al talento hay que darle el mismo tratamiento.
Los frutos de tan dedicado esfuerzo y trabajo se apreciaron en la copa Algarve de 2017, donde España se alzó con el trofeo enfrentándose a varias de las mejores selecciones del mundo, obteniendo el primer título oficial de la selección absoluta.
Pero ahí no quedó el resultado del trabajo llevado a cabo por el nuevo técnico, sino que además consiguió una clasificación perfecta para el mundial de 2019, siendo la única selección europea en obtener pleno de victorias. Ni Alemania, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda lo habían conseguido, sólo España, una clasificación brillante que había obtenido con autoridad, jugando bien al fútbol y compitiendo a la perfección.
Por segunda vez en su historia, España obtenía el billete a la cita mundialista, pero esta vez con la intención de llegar lejos, de hacer historia.
Los comienzos nunca son fáciles y España pasó apuros contra Sudáfrica en el primer partido. Los fantasmas del pasado asomaban y la selección estaba bloqueada, incapaz de desplegar su mejor fútbol. Pero cuando la adversidad parecía que se había tornado en tragedia, un penalti llegado del cielo abrió las aguas cual Moisés. España ganó, con polémica, sin convencer, pero aquella victoria había supuesto algo más que tres puntos: al fin España se había liberado. Esa victoria eliminó los complejos, los miedos, los temores de la selección y liberadas de tan pesada carga, las jugadoras empezaron a jugar a lo que sabían. Tanto Alemania como China sufrieron el juego español y pasaron apuros, sólo la fortuna privó a España de no obtener el primer puesto.
El buen juego, el compromiso, la entrega, el coraje y la lucha de las jugadoras al mando de Jorge Vilda había valido un pase histórico a Octavos. Pero mientras ellas lo celebraban, se asomaba el gigante americano, una Estados Unidos que llegaba con la vitola de favorita. Rápidamente el pesimismo se extendió: "España no tiene nada que hacer", "nos van a humillar", "van a destruir psicológicamente a las jugadoras, de esta no se recuperan". Los negativos presagios se extendieron como la pólvora, distorsionados fruto de la escandalosa goleada sufrida por Tailandia, que sobredimensionó el nivel real de unas americanas que según algunos, eran poco menos que invencibles.
Se presagiaba un encuentro duro, donde la humillación estaba a la vuelta de la esquina. Los dos equipos estaban en el terreno de juego, a la espera del pitido inicial que diera comienzo a la presumible masacre. Y entonces, en ese mismo instante donde los labios de la árbitra profirieron el soplido que se transformó en un estruendoso pitido, comenzó un partido de leyenda.
España, en contra de lo que muchos esperaban y pensaban, tomó la iniciativa desde el primer instante. Rápidamente las jugadoras empezaron a tocar desde el saque de medio, buscando con decisión la portería de Estados Unidos. No había ido de paseo, no estaban para hacer turismo, no estaban como meras espectadoras, sino como uno de los 16 mejores equipos del mundo y como tal, iban a buscar la victoria.
España empezó a asolar la portería estadounidense ante la perplejidad de unas americanas que no esperaban una respuesta tan atrevida de inicio. Quisieron poner fin a dicha resistencia, pero se encontraron una presión asfixiante capitaneada por una tal Lucía García que acosaba sin piedad a una Dunn que parecía una novata a su lado, incapaz de sacarla en jugada, anulada por completo. Losada, Virginia y Patri establecieron una enorme trinchera en el medio campo, donde establecieron un campo de minas a través del cual las americanas avanzaban con torpeza y dificultad, ya que las jugadoras españolas con gran tesón y atrevimiento, las atosigaban con una presión infernal.
A pesar del prometedor planteamiento de España. a pesar de estar anulando a las americanas, el primer gol cayó de lado estadounidense, logrando en el primer acercamiento al área española obtener un injusto penalti donde se pudo apreciar como Mapi León retiraba la pierna para evitar el contacto con la atacante americana, pero que a pesar de ello la estadounidense con gran teatralidad se tiró al suelo como si le hubiera partido la pierna por la mitad. La colegiada húngara ni siquiera tuvo la decencia de consultar el VAR para revisar tan polémica jugada. Rapinoe asumió galones y Paños le aguantó el duelo de miradas, aunque para la desgracia de la meta, la americana consiguió finalmente engañarla, ejecutando un potente y colocado disparo a la esquina derecha, mientras Paños se había tirado a la contraria. 0-1 a favor de USA.
Muchos aprovecharon para vaticinar la goleada: "esto sólo es el comienzo". Cierto, sólo era el comienzo y España no estaba dispuesta a irse tan fácilmente para casa. El duro golpe no afectó en absoluto anímica y mentalmente a unas españolas que nada más volver a sacar de medio, se lanzaron al ataque, volviendo a sustentarse en la posesión como medio y el toque como objetivo. España volvía a rondar el área americana y las estadounidenses se sentían inseguras y atemorizadas ante el despliegue de un juego que no podían frenar. Naeher, agobiada, decidió pasarla rápidamente a una defensa cercana en el minuto 9. Pero ese pase se tornó fatal cuando una incombustible Lucía García aparecía de la nada para robar el esférico y cederlo de inmediato en la frontal a Jenni Hermoso, quien con gran sangre fría, se acomodó y disparo por arriba, haciendo inútil el intento de Neaher de enmendar su error. 1-1, un sonoro rugido sonó en las gradas coloreadas de rojo, mientras en aquellas blancas la perplejidad impedía articular movimiento y sonido alguno. No sólo España había empatado, sino que había conseguido lo que nadie había logrado hasta ese momento: perforar la meta de Estados Unidos. Y lo peor de todo, al fin el mundo se percató de algo evidente: las americanas eran humanas, eran vulnerables.
Estaban heridas, estaban enfadadas, estaban indignadas, ¿cómo se atrevía ese equipo con tanto atrevimiento a plantarles cara? Como si de un depredador herido se tratase, las americanas tiraron de orgullo y se lanzaron al ataque, intentando cazar a su presa, devorarla, desangrarla, hacerla sufrir.
Estados Unidos apretó el acelerador y trató de avasallar a la españolas a través de su físico y de su velocidad. Buscaron de manera constante el desmarque a través de las bandas donde tanto Heath como Rapinoe superaban a Marta Corredera y Leila, las cuales no podían frenar a las estadounidenses en sus internadas. Reflejo de esto fueron estas ocasiones:
Minuto 12: Rose efectúa un pase al hueco a Rapinoe en la banda izquierda, la cual avanza en velocidad superando a Marta Corredera, llegando a internarse en el área donde sólo la mano de Paños evitó que el balón entrara por el palo derecho.
Minuto 16: Nuevo pase en profundidad por la banda derecha, donde Heath avanza en velocidad sin ser capaz Leila de detenerla, efectuando un centro al área donde una atacante ya tenía la caña preparada, sin embargo en el último instante una providencial Irene Paños tapa el disparo, despejando rápidamente Vicky Losada el rechace para evitar problemas.
USA estaba haciendo daño, estaba generando peligro y sometiendo a España a través de su físico. Parecía cuestión de tiempo que de seguir así, volvieran a ponerse por delante. Pero España consciente de que no podía permitir que se les escapara el encuentro, con gran determinación volvieron a buscar el protagonismo a través del dominio de la pelota, de la posesión, para mediante el juego de toque buscar de nuevo el área americana. Las estadounidenses no quisieron permitir el cambio en los roles, pero con gran templaza y sangre fría, Mapi León en defensa se zafaba de cada atacante que le llegaba, recortándola sin miramientos y dejándola clavas en el césped mientras avanzaba conduciendo la pelota. Alex Morgan estuvo completamente desquiciada al no poder inmutar a la defensa española.
España volvía no sólo a recuperar la iniciativa, sino el dominio. Las españolas se acercaban cada vez con más peligro al área, sólo faltaba una finalización certera a las jugadas. Ejemplo de ello fue un saque de banda (derecha) en el minuto 39 que recibió Marta Corredera, quien con gran clase recortó a su par y se sacó un centro de la manga que no fue rematado por apenas un centímetro. Un minuto después en la banda contraria se produjo otro centro dirigido a la cabeza de Lucía García, quien tuvo que se taponada por dos defensas pare evitar su remate.
USA intentaba frenar a las españolas, pero no podía, en primer lugar porque a pesar de su presión no eran capaces de disputarles el esférico y en segundo lugar porque cuando lo recuperaban (por ejemplo fruto de un despeje), Lucía García aparecía como un huracán para arrasar con todo lo que tuviera en frente. Su incesante presión desesperaba a veteranas como Dunn, a la cual le entraban sudores fríos cada vez que la veía aparecer de frente corriendo como una exhalación. Lucía hacía gala de una entrega, lucha, sacrificio, veteranía, aplomo y físico que de haber llevado un apellido americano, sería considerada como top mundial.
De esta manera finalizó la primera parte, retirándose a los vestuarios una Estados Unidos acongojada, temerosa, insegura, por primera vez en mucho tiempo sentían miedo y España lo sabía... Sólo habían conseguido ser superiores durante un cuarto de hora, entre el minuto 10 y el 25...
La segunda mitad comenzó con el mismo guión, una España protagonista a la que USA le costaba discutir la posesión. Nuevamente España se acercaba con peligro al área de Naeher e indignadas y orgullosas, las estadounidenses volvieron a optar por la misma estrategia que en la primera parte: avasallar fisicamente a las españolas y superarlas en velocidad. Pero ante su perplejidad y asombro, sucedió algo insólito: esta vez no eran capaces de superar a Leila y Marta Corredera. Marta Corredera se había ido al descanso con el objetivo de frenar a Rapinoe y en lo que se convirtió en un duelo legendario, la lateral española hizo acopio de todas sus fuerzas, de todo su coraje, de toda su voluntad para frenar a la americana. Y por increíble que pareciera, Marta empezó a igualar la zancada de la americana, quien perpleja comprobaba como ya no podía desbordarla, de alguna manera que no atisbaba a comprender ni asimilar, Corredera estaba siendo capaz de sacar fuerzas de lo más recóndito de su ser y plantarle cara a una leyenda como ella. Por su parte Leila hizo lo mismo con Heath.
El plan de USA estaba fracasando y España quiso aprovechar su frustración para hacer daño. Siendo protagonista una vez más Lucía García, recibió un balón en banda izquierda en el minuto 62. El miedo imperante en la zaga americana hizo que atrajera las miradas, la atención de las defensoras, quienes intentaron cortarla mientras gritaban desesperadas por ayuda. Con gran tranquilidad y aplomo, la vasca se giró y puso un balón al hueco que recibió Patri Guijarro en el área, la cual había aparecido de la nada. La español avanzó y sin pensárselo mucho, cruzó la pelota, enviándola desviada por poco hacia el palo derecho.
Ya no tenían miedo las americanas, no, ahora tenían auténtico pánico.No estaba siendo capaces de intimidar a las españolas, no estaban siendo capaces de avasallarlas, no estaban siendo capaces siquiera de sobrepasarlas en aquello en lo que más destacaban y que era su principal arma, su principal recurso: el físico.
Desesperadas, intentaron inquietar a Paños desde lejos, como en un saque de banda (derecha) en el minuto 64 donde sin pensárselo Mewis, en cuanto tuvo oportunidad armó el disparo y el tiro se marchó desviado por poco hacia el palo izquierdo de la meta de Paños.
Se palpaba la desesperación ene la ambiente, no encontraban manera de sobrepasar a las españolas y se acercaban de manera inexorable a la prorroga. Pero entonces, como regalo caído del cielo, por si un penalti polémico había sido poco premio, cayó un segundo, en una jugada donde Torrecilla buscó despejar el esférico, pero ante la presencia inminente de Lavelle retiró la pierna, produciendose al retirarla un contacto nimio, insignificante, donde le rozó la media de la pierna derecha, pero en una actuación digna de Hollywood, la americana propinó un salto con el que aterrizó teatralmente en el suelo. Aunque esta vez la árbitra revisó la jugada en el VAR, ratificó su decisión. Rapinoe asumió nuevamente galones y ejecutó la pena máxima, que esta vez si adivinó Paños tirándose abajo a la esquina derecha, pero nuevamente el tiro fue tan bien colocado que su estirada no pudo evitar el tanto en el 75.
Intentó USA aprovechar el golpe para con un chut desde la banda izquierda amedrentar a España en el 78, pero la españolas rápidamente recuperaron la compostura y fueron con todo en busca del empate. Estados Unidos volvía a pasar apuros para frenar a la españolas y en una imagen que recorrerá al mundo entero y que permanecerá en lo más profundo de sus mentes durante mucho tiempo, tuvieron que encerrarse atrás en defensa para resistir el 1-2. Por primera vez en mucho tiempo sentían lo que padecían sus rivales, experimentaban lo que habían sentido sus enemigos: la gran y todopoderosa Estados Unidos tenía que encerrarse para resguardar el resultado. Que irónico, ¿no?
Los intentos de contraataques de las americanas fueron cortados sin miramientos por unas imperiales Irene Parades y Mapi León que se mostraban más robustas que cualquier muro construido por el ser humano. La impotencia estaba a flor de piel y en el descuento se produjo desde el medio campo un centro a la olla que no cazó por un centímetro Irene Paredes, que hacía también las labores de delantera centra. Estados Unidos resoplaba mientras en banda derecha poco después aparecía la pesadilla de las americanas, Lucía García, quien consiguió entrar en el área y efectuar un pase que fue cortado en el último instante evitando un remate claro que podía haber supuesto la igualada.
Sin tiempo para más, España no pudo empatar y las americanas por fin pudieron respirar aliviadas. Rapinoe rápidamente fue a pedirle la camiseta a Marta Corredera, para tener un recuerdo de aquella heroína que le había hecho frente y había podido contenerla.
Sin excusas y con la cabeza muy alta, España se despidió del mundial. Lo fácil hubiera sido criticar los polémicos penaltis, pero ni Jenni Hermoso ni Jorge Vilda quisieron sustentarse en los mismos, quisieron transmitir otro discurso: el de la entrega, el del sacrificio, el de como habían sometido a las campeonas del mundo, de como habían demostrado al mundo entero que España había llegado para quedarse, que sería una selección a tener en cuenta en el futuro. Esto sólo acababa de comenzar y en el futuro buscarían mayores cotas. No se trataba de un adiós, sino de un hasta luego.
Por fin, después de tantos años de sacrificios, lucha y entrega, España lo había conseguido, había asombrado al mundo entero, había luchado de tú a tú contra la campeona del mundo, sin miedos, sin complejos, jugando bien y sometiéndola. El gran triunfo había llegado al fútbol español, un triunfo del que sentirse orgullosos, el triunfo de la perseverancia y la entrega. Las jugadoras no se dejaron nada y demostraron que pueden enfrentarse a cualquiera. No habrán pasado de ronda, pero para mí y para muchos, son las campeonas junto con Australia. Enhorabuena y a seguir luchado con orgullo y tenacidad por seguir haciendo grande el fútbol femenino, el techo está donde os lo pongáis vosotras.
¡Saludos!
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