El juego se nota que es claramente transición. Transición ortodoxa y canónica, pues hay cosas que tienen un deja vu de la generación actual con detalles aquí y allá que anuncian los cambios. Diría que el mayor salto gráfico está en los planos cinemáticos, presentaciones, bailes. Cuando se ve la pista al completo destaca la luz y el ambiente, o cuando se observa de cerca la cara de algún jugador al reaccionar a alguna jugada o tirar un tiro libre. Es ahí cuando ves cosas diferentes. Durante el partido sientes más que estás en la antigua generación, aunque hay que destacar que los jugadores se notan más sueltos, dinámicos, su tamaño diría que es más grande y la ambientación sonora es espectacular, todo un festival muy inmersivo.
Quizá lo que más destacaría son los tiempos de carga. Siempre han sido muy tediosos en el NBA2k, casi insufribles con tanta parafernalia precarga. Ahora es instantáneo, muy ágil, tanto el terminar y salir de un partido como el montar otro. Casi para mí sería el gran, gran hecho diferencial respecto a juegos previos.
Solo he jugado partidos sueltos offline. En general lo considero disfrutable y hay muchas cosas que explorar. Ahora, el que quiera algo muy novedoso tendrá que esperar al del año que viene, pero aquí hay un juego para echar horas y horas.