Desde que salió, Journey siempre me ha llamado la atención, sea por las buenas palabras de críticos y muchos usuarios o sea porque a mi el ambiente del desierto me encanta. Sin embargo, algo me tiraba atrás y es que no sabía exactamente qué era el juego. Incluso cuando salió la demo lo probé un momento y seguía sin entenderlo, además no me iba bien de dinero así que no lo toqué más. Pero ahora para navidades y aprovechando que he cogido otras cosas de la Store, aproveché para pasar 13 euros y pillármelo al fin. Al principio lo mismo, no acababa de entender por qué tanto revuelo, incluso no acababa de entender el "fin" del juego, más allá de llegar a la montaña que se ve al fondo.
Después de haberlo jugado más... ya lo entiendo, es más, me está llegando y mucho.
Jugar a Journey es dejar de lado los convencionalismos. Es ir a la esencia más básica del videojuego, casi rudimentario que es, pero a la vez tan sofisticado. Avanza, camina, contempla, maravíllate... busca soluciones para seguir con tu camino. Debes ir a un sitio pero no sabes bien por qué. Es como en Matrix, no es una elección llegar al final del juego, tú ya has elegido pasártelo cuando lo pones, ahora debes comprender por qué.
De este juego se puede valorar el increíble apartado técnico, la pedazo banda sonora, los sonidos, el ambiente... pero nada lo describe como si lo juegas. No, perdón, como si lo vives. Es como un buen libro o como una poesía. No te puedes limitar a leerlo por encima y querer captar lo esencial, porque aquí nada es esencial o irrelevante. Debes sumergirte en ello y hacer tuyo el viaje.
En resumen: De los mejores 13 euros gastados en mi vida.