manicminer1976 escribió:@pepilloelgrillo Una pregunta, ¿Juegas delante de tus hijos? ¿Les resulta raro tu hobby? ¿Consigues seguir con tu hobby sin que ellos se obsesionen demasiado con jugar? Son dudas que tengo para cuando mi nano crezca un poco.
yo 41 años mi niña 7 añitos. si juego delante de ella, desde hace un añito. pero me gustaría rectificar un poco este aspecto. no diría que juego delante de ella. Jugamos los dos juntos. al igual que jugamos a barbies, pin y pon, muñecas, me pinta y me maquilla, vemos pelis infantiles juntos (nunca ponemos la tele a no ser que elijamos una peli para ver) y los videojuegos empiezan a ser una parte de juegos en conjunto. asi que no diría que juego delante de ella, porque no es así. jugamos juntos a juegos en los que ella está capacitada para jugar respecto a su edad. es un hobbie que le gusta al igual que a mi, y nos encanta compartir este espacio. es un juego mas.
Pero es importante hacerle saber, que hay que alternar juegos. u ratito con juguetes, un ratito con la consola, un ratito para ver pelis, un ratito para hacer payasadas, un ratito para pintar...etc.
Cuando estamos con hijos, no sería justo ponernos a jugar a la consola a modo individual. pero tampoco estar viendo la tele y que ellos vayan a lo suyo. yo soy padre separado, y cuando estoy con mi niña, lo aprovecho al cien por cien para y por ella. no olvidemos esto. si estan los niños, se debe compartir el momento con ellos. cuando no estan los niños, igual se puede ir uno un poquito mas tarde a dormir, o levantarse cuando se duerman, o mientras necesitan buscar su propio espacio... entonces si, es nuestro momento.
pero por favor, es muy importante que los niños no se sientan apartados. y repito, esto sirve para los que juegan delante de ellos, sin involucrarlos ni compartirlo, como los que se tiran horas y horas viendo la tele.
saludos
PD a mi niña le encanta ese momento en que estamos sentados, viviendo una aventura fantastica, donde toda fantasía se vuelve real. ese momento compartido, le aporta a nuestro hobbie, la verdadera magia