Es un claro ejemplo de inversión de roles, HP ya no es el hombre del látigo terror de los juniors argentinos, uno de esos juniors, el último que le queda es el que ahora lleva el látigo, HP es un ser desesperado en sus manos, ahora es él el que le lame las botas y le pide creer, es una relación sadomasoquista de manual, pero la sumisa ahora es Héctor que depende totalmente de su ‘último Junior que le tiene totalmente engañado y él está a sus pies chupando cuero de res cordobesa y pidiendo un azote/fecha/demo/partida más.
Esa es la cruda realidad, está inmerso en una relación de bondage tóxico en manos de un Junior que le hace todo el lío. Escríbele a Cristina Fallarás Héctor, igual estás a tiempo de salir en su libro.