Hoy me siento muy muy clásico, así que me he atrevido con el comentario de este juego, que para muchos es el más auténtico y más mítico de los que existen para Spectrum. Además cuenta con el añadido de que fue programado en nuestro país por el genial (y tristemente desaparecido) Paco Menéndez junto a Juan Delcán.
Más allá de estos datos, está claro que "La Abadía del Crimen" supuso un esfuerzo titánico para Opera Soft. Era un juego detalladísimo para su época, llevo de habitaciones, con enormes mapeados y personajes variados. Prueba de ello son los mapas del juego, de los cuales os voy a dejar el de la planta principal de la abadía. Podeis ver su enorme extensión.
Aparte de ese mapa, existe un laberinto al que accedemos casi al final del juego que es también de un enorme tamaño, aí como el de la biblioteca, que es en sí otro laberinto debido a su enorme extensión. Notar que en el laberinto, teníamos el handicap de que nos iluminábamos con una vela, por lo que sólo podíamos ver un círculo a nuestro alrededor, quedando todo el resto de la pantalla en total oscuridad. Era realmente dificil no perderse ahí!!
EL JUEGO EN SÍ
Bueno, supongo que muchos sabeis que este juego está totalmente inspirado en la novela de Umberto Eco "El Nombre de la Rosa", novela de la cual también hay una película con Sean Connery como protagonista
El caso es que nada más empezar el juego veremos un texto escrito en un pergamino que nos va poniendo en antecedentes : un monje ha sido asesinado en una abadía y seremos nosotros junto a nuestro joven ayudante los que tenemos que tratar de resolver el misterio del asesinato.
El texto exacto que aparece al inicio del juego es el siguiente :
Ya al final de mi vida de pecador, mientras espero el momento de perderme en el abismo sin fondo de la divinidad desierta y silenciosa; en esta celda de mi querido monasterio de Melk, donde aún me retiene mi cuerpo pesado y enfermo, me dispongo a dejar constancia en este pergamino de los hechos asombrosos y terribles que me fue dado presenciar en mi juventud.
El Señor me concede la gracia de dar fiel testimonio de los acontecimientos que se produjeron en la abadía cuyo nombre incluso conviene ahora cubrir con un piadoso manto de silencio; hacia finales de 1327, cuando mi padre decidió que acompañara a fray Guillermo de Occam, sabio franciscano que estaba apunto de iniciar una misión en el desempeño de la cual tocaría muchas ciudades famosas y abadías antiquísimas. Así fue como me convertí al mismo tiempo en su amanuense y discípulo; y no tuve que arrepentirme, porque con el fui testigo de acontecimientos dignos de ser registrados, para memoria de los que vengan después.
Así, mientras con los días iba conociendo mejor a mi maestro, llegamos a las faldas del monte donde se levantaba la abadía. Y ya es hora de que, como nosotros entonces, a ella se acerque mi relato, y ojalá mi mano no tiemble cuando me dispongo a narrar lo que sucedió después...
Una vez metidos en la historia, veremos como se va desarrollando la vida en la abadía; pero no sólo eso, si no que tendremos que acatar las normas de la abadía, ya que de no hacerlo, seremos expulsado de inmediato, suponiendo el fin de la partida. Tendremos que ir a rezar a la capilla, comer, dormir en nuestros aposentos... y todo esto a ciertas horas del día (Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas, Completas y Noche)
Pronto nos daremos cuenta de que la vida en la abadía no es todo lo pacífica y tranquila de lo que debería ser, y una serie de hechos nos demostrarán que los monjes no son tan "santos" como se supone.
RECUERDOS...
Pufff... me acuerdo que era un juego que ví comentado en una MicroHobby de hace muuucho tiempo, y en la que venían los mapas del juego. Realmente me maravillaba de lo que habían hecho en ese juego, para mí era como algo real y tangible, no un videojuego. Por desgracia, nunca llegué a comprarmelo hasta que...
MicroHobby lo regaló con la revista en su última época unos años después! Y claro, entonces fue cuando me empecé a viciar como un loco a esta aventura.
Joer, era una pasada recorrer las estancias de la habadía mientra veías al resto de monjes hacer sus tareas y quehaceres cotidianos (cocinar, rezar, leer...)
Nunca llegué a pasarme el juego porque su dificultad era muy muy alta y porque apenas tendría 12 años por aquel entonces y tampoco estaba muy preparado para afrontar una aventura tan dificil. De todos modos, recuerdo muy bien las horas de alucinamiento con "La Abadía del Crimen". Un 10 para este juego, por favor!!
EL REMAKE!!
Pues sí, tanto éxito tuve el juego y tan mítico es que hay una persona que está haciendo un remake para PC hoy en día y en el que lleva enfrascado varios años. Llevo siguiendo sus pasos desde hace ya muuuchos meses y sé que está sudando tinta con muchos aspectos del remake. El trabajo va lento, muy lento; pero cada pequeño paso adelante es una gran victoria, ya que el hombre lo está haciendo por amor al arte.
Daros cuenta de que ha cogido el código fuente de PC y lo está traduciendo instrucción a instrucción a código Win32. Lo más dificil está superado, pero cada día surgen nuevos problemas (la música, la nueva iluminación, la migración a Windows porque en un principio iba a ser para MS-DOS, las instrucciones VGA ya que el original era en CGA 4 colores...).
El autor de esta obra de arte contemporánea se llama Antonio Giner González y podeis visitar su página
http://abadiadelcrimen.com/ en el que hay muchas capturas e incluso una demo jugable del remake!
Os insto a que os paseis por el libro de visitas de su web y le deis apoyo moral, pues es lo único que este hombre necesita!
ENTREVISTA A JUAN DELCÁN
Visitando webs sobre el juego, he encontrado un texto muy entrañable de Juan Delcán hablando sobre su amigo y compañero a la hora de realizar esta obra de arte. Os lo pongo tal cual, no necesita más explicación (texto sacado de
http://soft.mundivia.es/mpazos/abadia/index.html )
Paco decidió romper con el mundo de los videojuegos en el año 1986, pero antes de hacerlo se propuso hacer un juego que rompiera todos los moldes establecidos. Paco y yo habíamos sido amigos desde los diez años, pero nunca habíamos trabajado juntos, así que cuando me lo propuso me pregunté si nos llevaríamos tan bien trabajando, como lo hacíamos fuera del trabajo.
Paco y yo siempre nos hemos peleado mucho, a veces terminábamos a golpes, más de una vez, de niños, tuve que ir a su casa a pedirle perdón por haberle dado un puñetazo (obligado por mi madre). Tenía mis dudas de si nos llevaríamos bien trabajando en un proyecto tan complicado, largo y laborioso como un videojuego. Yo además estaba estudiando tercero de Arquitectura, donde no tienes mucho tiempo libre en las manos, sobretodo cuando uno no es un genio, como Paco Menéndez, y tiene que estudiar duramente para pasar curso todos los años.
Por añadidura Paco y yo hemos sido siempre muy competitivos, siempre que íbamos juntos a esquiar, escalar, jugar al básquet o hacer el gamberro, nos retábamos para ver quién lo hacía mejor, o quién saltaba más lejos, o quién se atrevía a trepar al segundo piso de un edificio.
A pesar de todos mis temores acepté, y nos pusimos manos a la obra. Yo no tenía mucha experiencia, realmente no tenía ninguna, en el mundo de los videojuegos. Todo lo que había hecho hasta entonces eran pantallas de presentación para la empresa Zigurat.
Nos llevó un año producir "La Abadía del Crimen". La oficina era mi
habitación dormitorio en La Ciudad de los Periodistas, una habitación muy pequeña sin ventanas. Paco se encargo de toda la programación y el concepto lo hicimos entre los dos, aunque Paco llevaba la voz cantante. Él decidió el tema basado en parte en el Libro de Umberto Eco "El Nombre de la Rosa" del que era fanático.
Trabajar con Paco fue una de las mejores experiencias profesionales que he tenido nunca. Creo que es lo mas cerca que he estado de un genio. El tenía una manera muy particular de programar, no lo hacia delante del ordenador, sino que se paseaba de un lado para otro dando vueltas con las manos entrecruzadas en la espalda pensando, se podía pasar así una hora, a veces más, y de repente se le iluminaban los ojos y se sentaba delante del ordenador y de corrido escribía las líneas a una velocidad tal que parecía poseído, con los brazos extendidos y su cara lejos de la pantalla, era como ver a alguien tocar el piano, su cabeza ya no pensaba sino que se limitaba a ejecutar lo ya decidido.
A los veinte minutos de escribir lo probaba, y corregía uno o dos errores, a veces ninguno, y ya está. Yo no he visto nunca algo así.
A veces se atascaba y era frustrante verle así ya que yo no podía ayudarle, aunque él se esforzaba en hacerme entender y eso a veces le hacía abrir los ojos de la solución.
Yo creé todos los gráficos usando un programa que Paco creó especialmente para mi. Entonces no había Photoshop ni nada por el estilo. El programa era brillante, creo un sistema de módulos de bellísima lógica que hizo mi trabajo muy fácil.
Pero la característica que más valoro de Paco es su capacidad de entusiasmo, cuando le brillaban los ojos no había nada que pudiera pararle, para bien o para mal. Era enormemente determinado en todo lo que hacía y su entusiasmo era contagioso, te daba la sensación que cada día estabas haciendo algo que iba a hacer historia, pensaba a lo grande.
Yo pienso en eso con frecuencia y trato de arañar entusiasmo de mis recuerdos con Paco. Y me ayuda.
Juan Delcan, 14-5-2002