skar78 escribió:@filthy_casul +1
Aunque en estos últimos años he aprendido a jugar y disfrutar los sandbox (según cuales), juegos como Assassins Creed 3 (que estoy ahora con él) me recuerdan porqué los odiaba en el pasado. Caminatas obligatorias insulsas y eternas por un entorno, sí muy bonito, pero sin más aliciente que perderte en un simulador de paseos.
No es divertido tener machacado el botón "correr" durante el 80% del juego. Para eso hace que corra siempre y configura un botón para andar despacio.
Después llenar el mapa de coleccionables ingentes (plumas, páginas, atalayas...). Elementos que en lo personal ya me dan igual y se que están ahí para otro tipo de jugadores que disfrutan con ello pero no soy yo uno de ellos.
Pero lo que más me molesta son las misiones secundarias mal hechas y de relleno. Porque haces las primeras y, al menos yo, si son de recadero coñazo, ya no hago ninguna más. Eso provoca que a veces te pierdas secundarias que sí pueden ser divertidas pero ni las descubres.
Me parece apabullante ver un mapeado gigantesco lleno de mil iconos y descubrir después que ninguna actividad está desarrollada con un mínimo de profundidad. Creo que están confundiendo cantidad (de mapa, misiones, coleccionables...) con calidad.
Yo hace tiempo que ya aprendí a no frustrarme con los sandbox por pasar de ese cofre o ese coleccionable que brilla a apenas unos metros de mi posición. Voy a lo que me divierte de una forma desalmadamente directa. Si el juego está bien hecho con secundarias a la altura, coleccionables que aportan a la historia, no me cuesta desviarme. Aunque me sigue fastidiando cuando un juego elimina viajes rápidos y me obliga a jugar a su manera, cuando esa manera es un coñazo.