Bueno, he rejugado estos dias un poco para acordarme y si.
Lo que opinaba en su momento sigue vigente.
LOS PROS:
Las fases son muy variadas, pero menos que en el anterior juego. Al tratarse de una isla tropical, todo es muy temático, mostrando escenarios paradisiacos en todo momento (bueno, a excepción del volcán final que es un poco terrorífico). Aun así, Nintendo se las apañó para darnos variedad dentro de lo posible.
En Mario 64 recolectábamos estrellas, en Mario Sunshine recolectamos soles (que es lo mismo). Hay estrellas desperdigadas por la isla, algunas ocultas, algunas solo puedes cogerlas con los Gadgets y otras te las encuentras por casualidad.
Hay 7 fases y cuentan con 8 estrellas cada una, de las cuales 7 son obligadas en todos los casos para poder alcanzar el volcán de la fase final.
Igual que ocurría en Mario 64, tendremos que visitar muchas veces la misma fase para obtener distintas estrellas. Las misiones son muy variadas, desde pilotar un pulpo amarillo, subir a una montaña rusa, echarte una carrera con alguien (como el pingüino de Mario64) y hasta transportar sandías en un concurso de Isla Delfino. Hay mucha variedad y eso se agradece.
La gran novedad vino principalmente por el sistema ACUAC, el cual permite a Mario realizar varias acciones:
-MANGUERA: En la posición de manguera, Mario puede limpiar las zonas de suciedad y atacar a los enemigos.
-PLANEADOR: Si Mario usa el planeador, podrá flotar en el aire durante unos segundos. Este movimiento viene muy bien para evitar los errores en los saltos (te salva de caerte, ciertamente).
-PROPULSOR: El propulsor te eleva por los aires hasta la absurda altura de… ¿50 metros? Buff… Mario es de goma, yo no usaría semejante cacharro ni loco, pero el caso es que te viene bien para llegar a lugares altos. Pero fiable, lo que se dice fiable no es mucho porque lo difícil es aterrizar donde quieres.
-TURBO REACTOR: Con este reactor, Mario puede correr a la velocidad de Sonic… Durante unos segundos.
PROBLEMA: Pues que a todo el mundo nos gusta un Mario sin un Gadget fijo, esto no es lo mismo que coger una flor para disparar o una cola de mapache durante un rato. De hecho, el ACUAC lo llevas todo el juego (excepto en las misiones en las que el Mario Oscuro te lo quita, momento en el cual te sientes inseguro de no tenerlo).
Los gráficos de este juego tienen una belleza “nintendera”. Rebosan alegría y buen rollo en todo momento (hasta el enfrentamiento final resulta cómico).
Se echa en falta la variedad de Mario 64, donde en cada cuadro que visitabas te transportaba a un mundo completamente nuevo. En Mario Sunshine ciertamente no sales de la Isla Delfino en ningún momento y eso provoca cierta reiteración de palmeras, agua, paisajes bonitos y soleados.
Aun así, Nintendo hizo lo posible incluyendo zonas como el Parque Mamma Mia (un parque de atracciones con Montaña Rusa y Galeon incorporado), el Hotel de Playa Paraíso (y sus paisajes con una puesta de sol preciosa) o el Puerto Espresso (con sus barcos, el mar…).
Sea como sea, el resultado es un poco monotemático si lo comparamos con Mario 64. Pero es que una zona nevada en realidad no pega con el ambiente veraniego del juego. ¿Verdad?
Las animaciones de Mario son perfectas, en esto si mejoró respecto al Mario 64. Ahora Mario hace más gestos, tiene unas animaciones más graciosas cuando se da coscorrones o se resbala, se queda durmiendo cuando llevas un rato sin tocar el mando…
Los habitantes de Isla Delfino también están bien integrados con la acción del juego, si van caminando por la calle y los mojamos con la manguera se sacuden el agua molestos, pero si han pasado por una zona sucia y van manchados podemos limpiarlos y se muestran agradecidos. Si los aplastamos se quejan, como es lógico, pues a nadie le gusta que le salten por encima de la cabeza.
Lo que más impresionaba eran los reflejos, tanto de los cristales como del agua.
En Monte Bianco hay un pequeño lago cerca de un molino donde podemos nadar, y una de las cosas más bellas del juego es ver el reflejo del molino en el agua, con las aspas moviéndose y todo mientras las pequeñas olas deforman la imagen.
Muy impresionante.
Lo mismo que en la Playa Gelato y los grandes espejos, reflejan a Mario, el cielo, nubes y enemigos que hay con una perfección casi inalcanzable en su día.
LOS CONTRAS:
El juego tiene un gravísimo problema con la cámara. Al igual que su antecesor, la cámara se desvía en un intento de seguir al personaje y debemos corregirla manualmente con el analógico C.
El problema viene dado en que muchas ocasiones la cámara gira en el peor momento, mientras damos un salto, mientras peleamos contra un jefe, mientras echamos una carrera con Foresto... Tienes que estar en todo momento deteniendote a corregirla.
Y esto es una constante durante todo el juego, tú vas avanzando y se inclina la cámara, la recolocas, saltas hacia una plataforma y la cámara se desvía durante el salto, la recolocas, saltas a otra plataforma y la cámara se inclina, la recolocas y… ¡Al final te caes!
Las fases acuáticas son desastrosas, mas aun comparándolas con las deliciosas fases acuáticas de Mario 64, donde Mario se movia como pez en el agua. Las fases acuáticas de Mario Sunshine son un infierno, entre la cámara que no hace mas que dar vuelvas y revueltas y que el control no tiene nada que ver con el perfectísimo control del juego anterior se hace imposible coger las malditas monedas rojas. Al final, lo consigues… Pero tras dos horas de enfadarte con el pobre Mario que solo hace lo que le dices y es victima de la cámara igual que tu.
Los bugs que detecté las dos veces anteriores que lo jugué esta vez no los he detectado porque he jugado poco, en mi segunda partida incluso se me bugueaba con los bosses...
MI NOTA: 6.5
Para mi el mejor Mario de Gamecube fue Luigi's Mansion...