La población de la antigua URSS se arrepiente de haber abandonado el comunismo

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Un estudio de hace dos años del Pew Research Center corroboró que la mayoría de la población de la antigua URSS añora el comunismo y se arrepiente de haberlo abandonado por el capitalismo y la democracia burguesa.
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Dos décadas después del colapso de la Unión Soviética, los rusos, ucranianos y lituanos están descontentos con el rumbo de sus países y desilusionados con el estado de su política. El entusiasmo por la democracia y el capitalismo ha disminuido considerablemente en los últimos 20 años, y la mayoría cree que los cambios experimentados desde 1991 han tenido un impacto negativo, según revela un estudio elaborado por el Pew Research Center.

A diferencia del optimismo registrado en la primavera de 1991, cuando una sólida mayoría en las entonces tres repúblicas soviéticas aprobaba pasar a una democracia con varios partidos, hoy el panorama es sombrío. Ahora, sólo el 35% de los ucranianos, el 50% de los rusos y el 52% de los lituanos aprueban el cambio a un sistema multipartidista. Hace dos décadas, ese apoyo llegaba al 72%, 61% y 75%, respectivamente.

Asimismo, creen menos en la democracia como vía que pueda resolver los problemas de sus países. Cuando se les preguntó si debían confiar en una forma democrática de gobierno o en un líder con mano fuerte para solucionar sus problemas nacionales, sólo tres de cada 10 rusos y ucranianos optó por la democracia, un descenso considerable desde 1991. Si bien en Lituania un 52% se manifestó por esta última alternativa, este índice representa una disminución de 27 puntos porcentuales desde el nivel registrado hace dos décadas.

De la misma forma como se han deteriorado los puntos de vista sobre la democracia, las actitudes hacia el capitalismo también se han visto afectadas en el mismo período. En 1991, el 76% de los lituanos aprobaba el cambio a una economía de mercado, índice que ahora sólo llega al 45%. Entre los ucranianos, el respaldo cayó de 52% a 34% en la actualidad. Mientras, hoy el 42% de los rusos apoya el enfoque de libre mercado, una caída de 12 puntos porcentuales respecto a una medición igual realizada hace 20 años.

Nacionalismo ruso

Además, el estudio del Pew Research Center reveló que una amplia mayoría en estos países tiene la percepción de que los mayores beneficiados por los cambios experimentados en los últimos 20 años han sido las elites políticas y empresariales. En Ucrania, por ejemplo, el 95% de los consultados piensa que los políticos se han beneficiado mucho o bastante de los cambios desde 1991, mientras que el 76% dice lo mismo acerca de los hombres de negocios. Sin embargo, sólo el 11% cree que la gente común ha ganado con este cambio.

En tanto, 20 años después del colapso de la Unión Soviética, casi la mitad de los rusos (48%) considera que es natural para su país tener un "imperio", mientras que sólo el 33% está en desacuerdo con esta idea. Por el contrario, en 1991, durante los meses finales de la URSS, un número significativamente menor (37%) pensaba que era natural que Rusia tuviera un imperio, mientras que el 43% no estuvo de acuerdo con esa postura.

Un añadido que no aparece en la noticia original pero sí en el estudio del Pew Research Center: "Half of Russians also agree with the statement “it is a great misfortune that the Soviet Union no longer exists;” 36% disagree. This is a slight decline from 2009, when 58% agreed and 38% disagreed. Russians ages 50 and older tend to express more nostalgia for the Soviet era than do those under 50".

Fuente: http://diario.latercera.com/2011/12/16/ ... acia.shtml
el problema no fue la caída de la URSS (Que también), el problema ha sido que no se puede pasar de un sistema comunista a uno capitalista de la noche a la mañana.
Hombre, normal. Los que estaban medio-jodidos con la URSS siguen igual o peor con las mafias y el capitalismo salvaje. Pero al menos antes tenían ciertos mínimos garantizados. Se pensaban que de la noche a la mañana iban a ser todos de clases media-alta, con cochazo y tele gigante. Y va a ser que no.

Y hombre, también es normal tener morriña de cuando eras una super-potencia. La tienen los fachas aquí del imperio de Felipe II y han pasado tropecientos años, con que los rusos que lo tienen mucho más reciente...
El capitalismo de estado es lo que abandonaron.
Económicamente con el capitalismo no les ha ido nada bien...

Imagen

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En muchos de estos países el PIB ya ha alcanzado o casi ha alcanzado el nivel que tenía a finales de los 80, el problema es la distribución de la riqueza.


Además de aparecer las clases sociales a lo bruto, ahora unas cuantas manos acaparan lo que antes era de todos, que suelen ser los ex políticos que desmontaron el socialismo o amiguetes del entorno, quedándose lo que antes eran las empresas estatales por 4 perras. Y por no hablar de la falta de prestaciones sociales, que no hablo de ayuda desorbitadas, hablo de sanidad y educación.
Ellos no abandonaron nada. Fueron las clases dirigentes que querían hacer negocios las que tumbaron elmcomunismo.
Claro ahora con el capitalismo para tener algo hay que trabajar, y el comunismo no
Viendo lo que hay ahora en varios de esos países no me extraña, Rusia ha cambiado poco en varios temas, y en los que ha cambiado seguramente buena parte es para peor, de monopolio estatal a monopolios privados de facto, y ya partiendo de que muchas casas, productos y servicios eran una mierda y que no es que sea tan fácil hacer negocios por la intervención estatal...


Vaya, mucho les falta a los rusos para tener un capitalismo liberal, bastante más que a España, que ya es decir.
Antes tenías 4 ladrones mandando y todo el mundo tenía, como mínimo, un plato para comer.

Ahora tienen 20 ladrones entre mandando y oposición y el plato para comer muchos ya no saben donde lo dejaron.
Silent Bob escribió:Antes tenías 4 ladrones mandando y todo el mundo tenía, como mínimo, un plato para comer.

Ahora tienen 20 ladrones entre mandando y oposición y el plato para comer muchos ya no saben donde lo dejaron.


Bueno la tampoco eran 4 jajaja, mangar mangaban incluso más creo yo, lo que pasa es que si que es verdad que a nadie le faltaba para comer o subsistir, o a casi nadie. Tampoco lo se seguro.
En palabras de Tony Judt, antes el pueblo hacía como que trabajaba y el estado hacía como que les pagaba.

Ahora directamente trabajas y cobras para subsistir. Ventajas del capitalismo: Para que uno tenga piscina en el jardín otros 100 duermen en el suelo.
angelillo732 escribió:
Silent Bob escribió:Antes tenías 4 ladrones mandando y todo el mundo tenía, como mínimo, un plato para comer.

Ahora tienen 20 ladrones entre mandando y oposición y el plato para comer muchos ya no saben donde lo dejaron.


Bueno la tampoco eran 4 jajaja, mangar mangaban incluso más creo yo, lo que pasa es que si que es verdad que a nadie le faltaba para comer o subsistir, o a casi nadie. Tampoco lo se seguro.

Era para poner una simple proporción. Antes mangoneaban los que mandaban y estos estaban "solos". Ahora están cada país con los suyos (con lo que se multiplican ya solo por eso) y además hay gobierno, oposición y demás grupos que no pintan nada... Vamos, que hay mas y mas variados...

No quería poner 4 como si fueran "4 gatos", es simplemente el primer número que me ha salido [angelito]
Da igual comunismo o capitalismo si el sistema esta corrupto, si no que vayan a ver si a los ciudadanos de Korea del Norte les va mucho mejor o si a los Chinos les va mucho peor.
CaronteGF escribió:En palabras de Tony Judt, antes el pueblo hacía como que trabajaba y el estado hacía como que les pagaba.

Me encanta esa definición XD.
Gurlukovich escribió:
CaronteGF escribió:En palabras de Tony Judt, antes el pueblo hacía como que trabajaba y el estado hacía como que les pagaba.

Me encanta esa definición XD.


Pues si te apañas en inglés este vídeo de Reagan contando chistes soviéticos no tiene desperdicio :P

http://www.youtube.com/watch?v=mN3z3eSVG7A
Tienen un partido comunista al que votar.

Vaya ganas de inmolarse tienen algunos
redscare escribió:
Gurlukovich escribió:
CaronteGF escribió:En palabras de Tony Judt, antes el pueblo hacía como que trabajaba y el estado hacía como que les pagaba.

Me encanta esa definición XD.


Pues si te apañas en inglés este vídeo de Reagan contando chistes soviéticos no tiene desperdicio :P

http://www.youtube.com/watch?v=mN3z3eSVG7A


LOL que cabron xD la verdad que la politica economica de Reagan la odio... pero por lo demas el tio tenia un carisma que se lo pisaba
masymas escribió:Claro ahora con el capitalismo para tener algo hay que trabajar, y el comunismo no


Tu de lo que es el comunismo y lo que hacian en Rusia con los que no tenian ni oficio ni beneficio ni idea no?
Ninpondo escribió:
masymas escribió:Claro ahora con el capitalismo para tener algo hay que trabajar, y el comunismo no


Tu de lo que es el comunismo y lo que hacian en Rusia con los que no tenian ni oficio ni beneficio ni idea no?


¿Qué esperas? La mayoría de EOL conoce el comunismo por las célebres frases de Churchill y personajes similares.
gangster19 escribió:LOL que cabron xD la verdad que la politica economica de Reagan la odio... pero por lo demas el tio tenia un carisma que se lo pisaba


Algunos son pura propaganda, pero el del fontanero es muy bueno [+risas]


pitering escribió:Pues lo mismo era por esto:
http://es.scribd.com/mobile/doc/55403469

Que nooo. URSS mala horrible. Comunismo caca. Capitalismo FTW!!

Que en la URSS tuviesen educación gratuita hasta la universidad mientras que hoy por hoy un estadounidense medio se gasta $100.000 y se tira endeudado años hasta pagar el crédito es tergiversar la realidad [+risas]
redscare escribió:
gangster19 escribió:LOL que cabron xD la verdad que la politica economica de Reagan la odio... pero por lo demas el tio tenia un carisma que se lo pisaba


Algunos son pura propaganda, pero el del fontanero es muy bueno [+risas]


pitering escribió:Pues lo mismo era por esto:
http://es.scribd.com/mobile/doc/55403469

Que nooo. URSS mala horrible. Comunismo caca. Capitalismo FTW!!

Que en la URSS tuviesen educación gratuita hasta la universidad mientras que hoy por hoy un estadounidense medio se gasta $100.000 y se tira endeudado años hasta pagar el crédito es tergiversar la realidad [+risas]


Ya bueno, eso esta bien. Pero también está bien que no decidan por tí que tienes que ser mecánico xq eso se te da bien y no lo demás cuando en realidad tu quieres...yo que sé, vivir de pintar cuadros.
Haran escribió:
redscare escribió:
gangster19 escribió:LOL que cabron xD la verdad que la politica economica de Reagan la odio... pero por lo demas el tio tenia un carisma que se lo pisaba


Algunos son pura propaganda, pero el del fontanero es muy bueno [+risas]


pitering escribió:Pues lo mismo era por esto:
http://es.scribd.com/mobile/doc/55403469

Que nooo. URSS mala horrible. Comunismo caca. Capitalismo FTW!!

Que en la URSS tuviesen educación gratuita hasta la universidad mientras que hoy por hoy un estadounidense medio se gasta $100.000 y se tira endeudado años hasta pagar el crédito es tergiversar la realidad [+risas]


Ya bueno, eso esta bien. Pero también está bien que no decidan por tí que tienes que ser mecánico xq eso se te da bien y no lo demás cuando en realidad tu quieres...yo que sé, vivir de pintar cuadros.

Ah no sabía que ahora allí uno termina currando en lo que ha estudiado , de todas formas eso que dices, si te dan acceso a la universidad no creo que sea para luego ponerte de mecánico , y digo yo si eran tan dictadores como que se encargan de alfabetizar a los obreros y campesinos, si a las personas se las manejan bien cuando son analfabetas.
Molonator69 escribió:Tienen un partido comunista al que votar.

Vaya ganas de inmolarse tienen algunos

No, tienen un partido al que votar, que es el de Putin, los demás son de ornamentación.
redscare escribió:
pitering escribió:Pues lo mismo era por esto:
http://es.scribd.com/mobile/doc/55403469

Que nooo. URSS mala horrible. Comunismo caca. Capitalismo FTW!!

Que en la URSS tuviesen educación gratuita hasta la universidad mientras que hoy por hoy un estadounidense medio se gasta $100.000 y se tira endeudado años hasta pagar el crédito es tergiversar la realidad [+risas]

Hombre, un panfleto que en la primera página afirma que Stalin no era un dictador, cuando el propio Jruchov denunció sus excesos...


Hay una forma mejor que controlar analfabetos, y es directamente manipular su educación para crear adeptos.
*la URSS no era comunista, era Socialista.

Stalin fue un presidente más de la URSS
rukario23 escribió:Stalin fue un presidente más de la URSS

XD XD XD

Y Hitler una hermanita de la caridad.
rukario23 escribió:*la URSS no era comunista, era Socialista.

Stalin fue un presidente más de la URSS


Y Stalin no mató a nadie, fue un mago.
Quiero decir, el "parlamento" es quien decidía todo lo que pasaba.
Gurlukovich escribió:No, tienen un partido al que votar, que es el de Putin, los demás son de ornamentación.


Exacto, es bien conocido el continuo "pucherazo" que se hace en las elecciones en Rusia.
El propio Medvedev se le escapó que amañaron las elecciones del 96 a favor de Putin cuando ganó el partido comunista con Ziuganov al frente [1] y en las últimas elecciones ver que el partido de Putin obtuvo un 99,759% de los votos en Chechenia [2] (si, en Chechenia! zona más que conflictiva por los independentistas...) pues no hace más que confirmarlo.


[1] http://content.time.com/time/world/arti ... gonewsedit
[2] http://goo.gl/xl6hY6 (en la lista hay que buscar "Чеченская республика")

El resultado "oficia"l de las elecciones del 96 se encuentra aquí: https://en.wikipedia.org/wiki/Russian_p ... tion,_1996
Limpiar la corrupción de la antigua URSS no es nada facil y menos teniendo en cuenta que los elites "comunistas" de la época son ahora los elites capitalistas.
rukario23 escribió:Quiero decir, el "parlamento" es quien decidía todo lo que pasaba.


No. Era Stalin exclusivamente. Solo tienes que ver quién tomaba las decisiones del ejército en la Segunda Guerra Mundial.

Y antes de eso Stalin se encargó de ir aniquilando políticamente (y socialmente) a todos sus rivales dentro del partido.

Además, si por parlamento te refieres al partido, eso no era democrático.

Greyfx escribió:Limpiar la corrupción de la antigua URSS no es nada facil y menos teniendo en cuenta que los elites "comunistas" de la época son ahora los elites capitalistas.


No creo que todo venga del comunismo. Luego quizá me sorprenda con la realidad, pero yo no lo creo.
KorteX escribió:
Gurlukovich escribió:No, tienen un partido al que votar, que es el de Putin, los demás son de ornamentación.


Exacto, es bien conocido el continuo "pucherazo" que se hace en las elecciones en Rusia.
El propio Medvedev se le escapó que amañaron las elecciones del 96 a favor de Putin cuando ganó el partido comunista con Ziuganov al frente [1] y en las últimas elecciones ver que el partido de Putin obtuvo un 99,759% de los votos en Chechenia [2] (si, en Chechenia! zona más que conflictiva por los independentistas...) pues no hace más que confirmarlo.


[1] http://content.time.com/time/world/arti ... gonewsedit
[2] http://goo.gl/xl6hY6 (en la lista hay que buscar "Чеченская республика")

El resultado "oficia"l de las elecciones del 96 se encuentra aquí: https://en.wikipedia.org/wiki/Russian_p ... tion,_1996

Si no voy muy equivocado aquí se está hablando de gente de los países actualmente independientes que anhelan la URSS, no la Rusia actual.

Vamos, de Ucraina y Bielorusia no se, pero Estonia, Letonia y Lituania si les dices "estado actual, URSS o Rusia" fijo que acaban con "50%, 50%, 0%" o algo no muy alejado de eso. Luego los que ya entran en la zona asiatica ni idea, supongo que preferirían ser pakistaníes o chinos directamente. ein?
Silent Bob escribió:
KorteX escribió:
Gurlukovich escribió:No, tienen un partido al que votar, que es el de Putin, los demás son de ornamentación.


Exacto, es bien conocido el continuo "pucherazo" que se hace en las elecciones en Rusia.
El propio Medvedev se le escapó que amañaron las elecciones del 96 a favor de Putin cuando ganó el partido comunista con Ziuganov al frente [1] y en las últimas elecciones ver que el partido de Putin obtuvo un 99,759% de los votos en Chechenia [2] (si, en Chechenia! zona más que conflictiva por los independentistas...) pues no hace más que confirmarlo.


[1] http://content.time.com/time/world/arti ... gonewsedit
[2] http://goo.gl/xl6hY6 (en la lista hay que buscar "Чеченская республика")

El resultado "oficia"l de las elecciones del 96 se encuentra aquí: https://en.wikipedia.org/wiki/Russian_p ... tion,_1996

Si no voy muy equivocado aquí se está hablando de gente de los países actualmente independientes que anhelan la URSS, no la Rusia actual.

Vamos, de Ucraina y Bielorusia no se, pero Estonia, Letonia y Lituania si les dices "estado actual, URSS o Rusia" fijo que acaban con "50%, 50%, 0%" o algo no muy alejado de eso. Luego los que ya entran en la zona asiatica ni idea, supongo que preferirían ser pakistaníes o chinos directamente. ein?


Ucrania y Bielorusia no creo. Ucrania se que fue de los más castigados y Bielorusia me suena que también recibió lo suyo.
pitering escribió: y digo yo si eran tan dictadores como que se encargan de alfabetizar a los obreros y campesinos, si a las personas se las manejan bien cuando son analfabetas.


Un campesino te abre la cabeza en una revolución; una persona alfabetizada te escribe en twitter lo mal gobernante que eres.
Tiempos viejos fueron mejores... o no.
Flamígero escribió:
pitering escribió: y digo yo si eran tan dictadores como que se encargan de alfabetizar a los obreros y campesinos, si a las personas se las manejan bien cuando son analfabetas.


Un campesino te abre la cabeza en una revolución; una persona alfabetizada te escribe en twitter lo mal gobernante que eres.


EPIC
Flamígero escribió:
pitering escribió: y digo yo si eran tan dictadores como que se encargan de alfabetizar a los obreros y campesinos, si a las personas se las manejan bien cuando son analfabetas.


Un campesino te abre la cabeza en una revolución; una persona alfabetizada te escribe en twitter lo mal gobernante que eres.


Eso es ahora que estamos apollardaos. Antes el que sabía leer te abría la cabeza y luego leía Das Kapital sobre tu cadaver [carcajad]

No, ya en serio, todas las revoluciones han tenido siempre un grupo culto a la cabeza que ha puesto en palabras el sentir del pueblo (o les ha manipulado, si prefieres la versión cínica anti-comunista :P), consiguiendo así que estallase la situación.
redscare escribió:
Flamígero escribió:
pitering escribió: y digo yo si eran tan dictadores como que se encargan de alfabetizar a los obreros y campesinos, si a las personas se las manejan bien cuando son analfabetas.


Un campesino te abre la cabeza en una revolución; una persona alfabetizada te escribe en twitter lo mal gobernante que eres.


Eso es ahora que estamos apollardaos. Antes el que sabía leer te abría la cabeza y luego leía Das Kapital sobre tu cadaver [carcajad]

No, ya en serio, todas las revoluciones han tenido siempre un grupo culto a la cabeza que ha puesto en palabras el sentir del pueblo (o les ha manipulado, si prefieres la versión cínica anti-comunista :P), consiguiendo así que estallase la situación.


Básicamente. Desde la revolución francesa a la bolchevique siempre hubo una élite líder que era aburguesada y letrada y que apoyaba, organizaba e instigaba esas revoluciones, describiendo como dices el "sentir del pueblo" y ejerciendo en muchos casos de caudillos de dichos movimientos. Los campesinos eran la carne de cañón, los que salen en las fotos y retratos eran esos líderes.


Salu2!
rukario23 escribió:Quiero decir, el "parlamento" es quien decidía todo lo que pasaba.

Igualito que España, todo se aprobaba en las cortes, luego Franco no era un dictador, era un presidente más de la historia de España. O un regente. O lo que sea.

Y además hacia pantanos, y se podía ir por la calle por la noche. Y no había pelirrojos. Santo varón. XD

Lo que llegan a defender algunos.
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Los pueblos occidentales, que no ha hecho nada bueno por el mundo, han tenido que ensuciar la imagen de Stalin vertiendo sobre él las más infames mentiras.

LA VERDAD SOBRE STALIN (Wilf Dixon)

Gracias por darme la oportunidad de hacer justicia a la memoria histórica en varios asuntos relacionados con Stalin. Mi conferencia lleva por titulo "La verdad sobre Stalin". Ciertamente éste es un título imponente, pero no obstante necesario frente a las mentiras predominantes que pasan por juicios históricos objetivos, las mentiras que tienen sus fuentes en el grupo de expertos anticomunistas de la Universidad de Harvard y en la propaganda nazi. Las fuentes que actúan en base a la estrategia consistente en "arroja bastante fango e invéntate genocidios, porque siempre quedará algo". Sin embargo, una evaluación histórica de Stalin no puede hacerse aisladamente de la revolución rusa y de las tareas del poder soviético en el establecimiento y construcción del primer estado socialista. No voy a defender la contribución de Stalin únicamente apelando a la imparcialidad de los que buscan la verdad de los hechos, aunque los hechos de los que trataré son el testimonio de los logros de Stalin, sino como un comunista que usa la perspectiva marxista-leninista internacional para describir y explicar el papel del individuo en los grandes movimientos y acontecimientos históricos.

El marxismo nos enseña que desde la desaparición de las formas comunistas primitivas de sociedad y la aparición de las clases —el dueño de esclavos y el esclavo, el señor feudal y el siervo o campesino, el capitalista y el trabajador—, la historia del esfuerzo y del progreso humano ha sido la historia de la lucha de clases. Las condiciones sociales del ser humano determinan su consciencia, y las ideas llevan la impronta de los intereses de una clase particular. Las ideas de la clase dirigente son las ideas predominantes. La clase dirigente de cualquier época busca dar molde al mundo en apoyo de sus intereses y de su visión de la realidad. Vivimos en la época del imperialismo y de la revolución social. Pero la revolución social aún no ha tenido éxito en el foco de poder de la burguesía, que reside principalmente en Europa, América, Japón, y que ahora ha sido restaurado en Rusia. Por tanto, no es sorprendente que la postura predominante sobre Stalin y aun sobre Lenin, ahora que la Unión Soviética se ha derrumbado, sea el odio más amargo de la burguesía imperialista y de su ejército bien pagado y aleccionado de escritorzuelos.

Estos comentarios introductorios son esenciales para hacer una evaluación significativa de Stalin.

PRIMEROS AÑOS.

Josif Vissarionovich Dzhugashvili, conocido en la historia como Josif Stalin, nació el 21 de diciembre de 1879 en la antigua ciudad georgiana de Gori. Su familia era de origen campesino, aunque su padre era zapatero. Sus padres eran incultos, y su madre Ekaterina, contra los deseos del padre, escatimó gastos y ahorró dinero para que Josif estudiara en el seminario y se ganara la vida como sacerdote. Pero esto no iba a ser posible. El fermento revolucionario de la época influyó profundamente en Stalin. Tras una etapa como estudiante modelo, fue expulsado del seminario por propagar el marxismo, el 27 de mayo de 1899. Desde entonces se dedicó de lleno a sus actividades como revolucionario profesional, dándose a sí mismo el nombre de Koba, que significa "Implacable".

Se unió al Partido Socialdemócrata Obrero Ruso y estableció por vez primera contacto con Lenin mediante correspondencia en 1903, mientras aquél se hallaba en el exilio. Reconoció en Lenin a un hombre de carácter insólito, y más adelante apoyó de manera decidida a los bolcheviques frente a los mencheviques. Stalin, como más tarde sería conocido, sufrió varios períodos de encarcelamiento y el exilio en Siberia, donde llegó a ser conocido como alguien que no era muy sociable con otros exiliados. Prefería ir a pescar y mezclarse con los aldeanos. Los biógrafos tienden a especular que esto se debía a que la mayor parte de los otros exiliados políticos eran intelectuales y evitaban a Stalin, o que él se sentía incómodo o receloso en su compañía. Stalin era una persona muy pragmática y con los pies en el suelo, e indudablemente prefería la compañía de los trabajadores y campesinos a la de los intelectuales. En 1912 Stalin se unió al Comité Central, pero después de una intensificación de la actividad policial para dar con el paradero de los dirigentes bolcheviques fue detenido en febrero de 1913, y tras pasar un período en la prisión de San Petersburgo fue exiliado a Monastyrskoe en la Siberia profunda, dentro del Círculo Polar Ártico. La fuga era imposible, lo que obligó a Stalin a centrarse en la lucha por la supervivencia.

Después de la Revolución de Febrero se declaró una amnistía para todos los presos políticos y Stalin volvió a Petrogrado, donde inmediatamente se implicó de lleno en los acontecimientos revolucionarios de la época. Aunque relativamente desconocido, asumió una responsabilidad creciente en la labor de alcanzar y consolidar el poder soviético, asumiendo el mando de las unidades del Ejército Rojo que se formó en la guerra civil de 1918-20. Esta conferencia no versa en particular sobre los hechos de la Revolución Bolchevique. Por hoy es suficiente recordar que la Revolución de Octubre rusa es quizás el acontecimiento más significativo del siglo XX hasta la fecha, el acontecimiento que dio lugar a una nueva época de revolución y emancipación social.

La Revolución de Octubre fue desde su inicio un faro de esperanza y liberación para los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. Por primera vez en la historia escrita, las masas tomaron las riendas del poder estatal y a través del poder de los Soviets se convirtieron en los amos de su propio destino. Lenin fue el arquitecto del Partido, capaz de alcanzar el objetivo de conducir a las masas a esta gran victoria, y fue también Lenin quien dirigió el Partido y el Estado soviético en su nacimiento, cuando luchaba por su misma existencia. Pero Lenin, que en 1918 quedó seriamente debilitado por un intento de asesinato, sufrió una serie de graves derrames cerebrales que finalmente acabaron con su vida en 1924. Fue entonces responsabilidad de Stalin dirigir el Partido Comunista de la Unión Soviética durante los años sumamente difíciles de construcción del socialismo, destruyendo el poder de la Alemania nazi y transformando una sexta parte de la superficie del mundo en una superpotencia mundial capaz de desafiar al imperialismo estadounidense.

Durante aproximadamente 30 años, Stalin fue el líder reconocido de la Unión Soviética y del Movimiento Comunista Internacional. A través de la Komintern, Stalin, al igual que Lenin, ayudó a la formación y desarrollo de partidos comunistas en todo el mundo. Recibía y daba asesoramiento a los líderes de los partidos comunistas, mientras insistía en la responsabilidad que tenían los comunistas para usar sus cerebros y solucionar los problemas relacionados con el liderazgo de la lucha de los trabajadores, principalmente mediante sus propios esfuerzos. El movimiento obrero en Europa y América se hizo enormemente más poderoso gracias al prestigio creciente de la Unión Soviética y del Movimiento Comunista Internacional. La formación de partidos comunistas en las naciones oprimidas del Lejano y Medio Oriente, África y Sudamérica, hizo que la lucha por la independencia nacional de las colonias se hiciera más poderosa y capaz de lograr la victoria frente a la dominación imperialista. Las concesiones hechas por la clase capitalista a la clase obrera (la asistencia médica gratuita, el seguro social, la legislación laboral) desde luego fueron vendidas como ventajas del capitalismo. Pero en realidad fueron el resultado de la poderosa lucha internacional de los trabajadores y de la fuerza del campo socialista tras la derrota de la Alemania nazi, la formación de las democracias populares en Europa Oriental y la liberación de China en 1949. La contribución de Stalin se halla indeleblemente escrita en este período de la historia de la lucha de los pueblos oprimidos y de los trabajadores. Por eso Stalin se ha convertido en el blanco de tanto veneno por parte de las clases reaccionarias.

La comprensión de la historia de la Unión Soviética requiere el estudio y análisis de una enorme cantidad de detalles. La conferencia de hoy, en la hora que tengo disponible, sólo puede rozar la superficie. Pero hay una serie de etapas que la mayoría de nosotros reconocerá como importantes, aunque sólo sea porque provocan la mayor parte de la controversia. ¿Cuáles son?

1) Colectivización —la eliminación de los kulaks como clase.

2) La Oposición se convierte en un instrumento en manos de la reacción, el imperialismo y el fascismo.

3) Stalin y la guerra contra el cerco capitalista y la agresión fascista.

COLECTIVIZACIÓN

La colectivización fue central para el primer plan quinquenal puesto en práctica en 1929. Fue central para el programa de industrialización de la Unión Soviética y sin ella no había solución posible al atraso de la economía. En 1928 el número de granjas colectivas se había elevado de 14.830 a 33.258, lo que suponía un incremento de 194.200 a 416.700 propiedades campesinas colectivizadas. Pero esta tasa de crecimiento era inaceptable. A medida que el invierno de 1928-29 se acercaba, la amenaza del hambre se hizo seria.

La resistencia de los Kulaks (campesinos ricos) constituyó una grave amenaza para el plan quinquenal y para la propia construcción del socialismo. El 27 de diciembre de 1929, Stalin proclamó: "hemos pasado de una política de limitación de las tendencias de explotación de los Kulaks a una política de liquidación de los kulaks como clase". Los Kulaks destruían el grano y el ganado antes de permitir que fuera puesto bajo la autoridad de las granjas colectivas. Se tomaron medidas indudablemente severas, que incluían la confiscación de la propiedad y la deportación a Siberia y las regiones árticas. Éste fue un período de intensa lucha de clases que, una vez en marcha, tuvo que ser completado en el tiempo más corto posible para restaurar y ampliar la producción en el campo. No había ninguna escapatoria para la resistencia de los Kulaks, y la campaña para completar la colectivización de toda la producción del grano alcanzó su punto culminante en el otoño de 1932. En octubre de 1929, el 4.1 por ciento de las propiedades campesinas habían sido colectivizadas. En marzo de 1930, el número era superior al 50 por ciento, y en julio de 1934 representaba el 71.4 por ciento de las tierras de labranza y de las propiedades campesinas. Stalin hizo un alto en el proceso de colectivización en marzo de 1930, cuando publicó en el Pravda su famoso artículo "El Vértigo del Éxito", en el que criticaba el celo excesivo de los funcionarios del partido y reclamaba un paréntesis en el fuerte proceso de agrupamiento de campesinos y de ganadería en las granjas colectivas. Criticó las distorsiones en la línea del partido y exigió el mayor cuidado en el trato a los campesinos, y declaró que en particular debía cesar el tratamiento de miles de campesinos pobres y medios como kulaks. Esto causó un retraso en el número de colectivizaciones pero la campaña siguió adelante, de modo que, a mediados de 1931, el 52.7 por ciento de las propiedades campesinas habían sido colectivizadas. Aproximadamente 4 años más tarde el número se había elevado al 90.5 por ciento.

La colectivización era la piedra angular del primer plan quinquenal y de la propia construcción del socialismo. Pero la resistencia salvaje de los kulaks creó problemas enormes. Sólo en los primeros meses de 1930, 14 millones de cabezas de ganado fueron sacrificadas, y de los 34 millones de caballos existentes en la Rusia soviética de 1929 se sacrificaron 18 millones. Este sabotaje hizo de la industrialización de la agricultura una necesidad desesperada para prevenir el hambre. Pero ésta no podía prevenirse totalmente, y en realidad surgió antes de la campaña de colectivización. El invierno de 1932-33 fue un período de hambre terrible, pero fue seguido por una cosecha récord en 1933, que siguió mejorando en los años siguientes.

La colectivización era esencial para la industrialización socialista de la Unión Soviética. Pero era también esencial para liberar la mentalidad del campesinado del atraso de la economía rural existente. La formación de las colectividades, mientras todavía existía una relación mercantil con el estado, hizo que los campesinos se asociasen y minó el aislamiento individual de los campesinos, creando ocasiones para desarrollar la conciencia social. Éste es precisamente el efecto que tuvo la colectivización, y una vez que se vio que las colectividades mejoraban las condiciones de vida de los campesinos, éstos las defendieron como suyas. La vida cultural en el campo se amplió con la creación de cines y centros culturales para fomentar todo tipo de actividades colectivas.

Fue Lenin quien creó el lema de que el socialismo era la electrificación más el poder de los Soviets. La electrificación, igual que la industria, generalmente se hallaba en un estado sumamente atrasado en la Rusia Zarista. La industria a gran escala es inconcebible sin la energía que la ponga en movimiento. Lo que se llamó el Plan Goelro, consistente en la construcción de 30 nuevas centrales eléctricas con una capacidad total de 1.5 millones de kilovatios, fue puesto en marcha por Lenin para ser completado en diez años. En una serie de proyectos quinquenales iniciados por Stalin, estas propuestas fueron ampliadas enormemente.



En 1937, la URSS era ya el tercer productor de energía del mundo. La industria se desarrolló a un ritmo impresionante. La utilización de tractores y maquinaria agrícola estaba en el centro de la campaña de colectivización. Ya en 1927 los niveles de producción habían alcanzado los niveles de antes de la guerra. A finales del último año del primer plan quinquenal, la industria a gran escala experimentó un notable aumento del 113 por ciento. Uno de los rasgos de este desarrollo, que demostraría ser crucial en la guerra de resistencia contra la Alemania nazi, fue el desarrollo de nuevas industrias para asegurar una más adecuada distribución de la industria por todo el país. Se reconoció que la concentración de la industria en la Rusia europea hacía vulnerable a la URSS en caso de un ataque desde el oeste. Ian Grey, en su biografía Stalin: Man of History [Stalin: Hombre de la Historia], escribió: "La redistribución de la industria condujo al desarrollo de una segunda industria siderúrgica y del carbón en la zona del Ural-Kuznetsk. Magnitogorsk, el centro de una nueva región industrial de los Urales, comenzó en 1931 como una colección de barracones que albergaban a los trabajadores encargados de construir los hornos y los trenes de laminado; ocho años más tarde era una ciudad de 146.000 habitantes. Kuznetsk en Siberia, conocida en 1932 como Stalinsk, y Karagandá en Karakhstan, se convirtieron en grandes ciudades industriales en el mismo breve período" (Pagina 253).

La colectivización, la electrificación y la industrialización se desarrollaron a un ritmo acelerado. En 1937, la industria de construcción de maquinaria soviética era la primera de Europa y la segunda en la producción mundial. En la metalurgia, la URSS alcanzó el segundo puesto de Europa y el tercer lugar del mundo. La industria química soviética ocupó el primer lugar de Europa y el segundo del mundo.

Mucho se habla hoy de que la Unión Soviética no tenía ningún respeto por el medio ambiente. Esto no era así en tiempos de Stalin. El calor generado en la producción de energía se empleaba para calentar las casas de los trabajadores en las ciudades nuevas que aparecían junto a los nuevos complejos industriales. Las energías alternativas —el agua y la energía eólica— también fueron utilizadas.

Junto a esta producción industrial intensiva, existía la necesidad de erradicar totalmente el analfabetismo y de conseguir una clase obrera culta y técnicamente competente. En 1929 había todavía aproximadamente un 51 % de analfabetos entre los 5 y los 50 años. En 1939 se habían reducido al 18.8 por ciento. En marzo de 1931, aproximadamente 5.000 especialistas extranjeros fueron empleados en la industria soviética. Cientos de ingenieros y estudiantes soviéticos recibieron instrucción en el extranjero, en particular en los Estados Unidos (lo cual no resultó del todo satisfactorio). En 1933, aproximadamente 200.000 estudiantes estaban matriculados en las escuelas técnicas superiores y unos 900.000 estudiantes asistían a escuelas técnicas secundarias. Las escuelas fabriles y los cursos de especialistas instruían a un millón de trabajadores cada año.

La urgencia y el ritmo de construcción indudablemente requirieron una cantidad enorme de esfuerzos y sacrificios. Pero en 1933 Hitler se convirtió en Canciller de Alemania, y el partido Nazi comenzó su campaña de guerra: no había ninguna duda de la amenaza que el joven estado socialista soviético afrontaba tras poco más de una década de construcción pacífica. Los enormes sacrificios del primer plan quinquenal daban su fruto y las condiciones de vida mejoraban, mientras la Depresión hacía presa de Occidente.

En este tiempo crítico para la Unión Soviética, la Oposición, que había esperado que Stalin y el Partido no lograsen colectivizar la agricultura, aumentó sus actividades subversivas. En cada etapa se había demostrado su postura errónea y tenía muy poco apoyo entre las masas. Para alcanzar sus objetivos recurrió ahora al terrorismo.

EL ASESINATO DE SERGEI KIROV

El 1 de diciembre de 1934 Sergei Kirov, mientras trabajaba en el Instituto Smolny, fue asesinado por Leonid Nikolaev, un miembro del Partido que había sido funcionario del Comisariado de Inspección en Leningrado, pero que había sido degradado desde la abolición del mismo. Sus protestas le valieron ser expulsado del Partido. Era asimismo un incompetente y había estado implicado en diversas actividades irregulares. Pero fue admitido de nuevo dos meses más tarde, tras prometer que acataría la disciplina del Partido. Con toda claridad no se había reconciliado con el Partido, y terminaría recurriendo al terrorismo para lograr su venganza. Era un elemento descontento que fácilmente se prestó a trabajar para la Oposición.

Kirov era el jefe del Soviet de Leningrado. En la dirección del Partido se le consideraba el sucesor más probable de Stalin. Su asesinato, por lo tanto, no podía ser visto únicamente como un acto de venganza. Fue principalmente un acto de terror político. El atentado contra la vida de Lenin en 1918 había sido realizado por un Social-Revolucionario y no por un miembro del Partido. Kirov fue asesinado por un miembro del Partido. Stalin se tomó este asunto muy en serio, y él mismo se encargó de dirigir la investigación de las actividades de la Oposición. Zinoviev fue acusado de estar directamente implicado en el complot contra Kirov. Pero en este momento no podía demostrarse aún su culpabilidad. La Oposición, mientras estaba ocupada en reclutar a saboteadores y planear asesinatos, negaba enérgicamente su participación alegando que el terrorismo individual es incompatible con el marxismo. Zinoviev, sin embargo, aceptó que sus actividades habían contribuido a incitar actos de terrorismo. Fue condenado a 10 años.

En este punto, me gustaría señalar algunos aspectos de las lecciones históricas que los marxistas-leninistas extraen de la continuación de la lucha de clases en la etapa del socialismo. El socialismo no es el objetivo final del marxismo-leninismo. Marx, en El Manifiesto Comunista, señala que el socialismo es el período de la dictadura revolucionaria del proletariado en el que la clase obrera, como clase dirigente, busca amoldar el mundo a su propia perspectiva proletaria. Para hacer esto, el proletariado necesita su propio estado —un estado que en última instancia debe desaparecer, ya que el proletariado no tiene ninguna necesidad de mantener un poder opresivo sobre sí mismo. Sin embargo, el estado soviético era muy poderoso, lo que no podía ser de otro modo a consecuencia del cerco capitalista de la Unión Soviética. Pero la continuación de la lucha de clases también tiene lugar dentro del estado proletario y sobre todo dentro del Partido dirigente, que es la avanzadilla de su clase —el proletariado. Siendo éste el caso, puesto que siempre habrá necesidad de lucha y controversia dentro del partido de la clase obrera, debe reconocerse que esta controversia también reflejará la lucha de clases en la sociedad y que los desposeídos y los nuevos elementos burgueses procurarán ganar poder para defender sus intereses dentro del Partido. Cuando los miembros de la Oposición recurrieron al sabotaje y el terror, al no poder ganar apoyos dentro del Partido, se convirtieron en instrumentos, quizás sin ser conscientes algunos de ellos, en manos de los que intentaban derrocar al Poder soviético.

El asesinato de Kirov marcó el principio de un cambio cualitativo en el método de lucha de los opositores dentro del Partido. La oposición del bloque Trotsky-Zinoviev, al no lograr el apoyo dentro del Partido, esperaba el fracaso del primer plan quinquenal para derrocar a Stalin. Cuando esta esperanza se vio decepcionada, no vieron otra opción que recurrir al terrorismo. Los Procesos del grupo terrorista trotskista-zinovievista celebrados en Moscú del 19 al 24 de agosto de 1936 demostraron con claridad lo anterior. Los historiadores burgueses pueden mofarse de estos juicios y calificarlos de farsas, pero los periodistas y los comentaristas de la época quedaron impresionados por el hecho de que las admisiones de los acusados eran genuinas. Reflejaban una realidad: que en la sociedad socialista el Partido, para continuar al lado de las masas, debe purgarse de elementos putrefactos, desmoralizados y burgueses. Tras el asesinato de Kirov se llevaron a cabo tales purgas, y es también un reflejo de la continua lucha de clases que algunos buenos comunistas fueran acusados injustamente y expulsados del Partido. Pero es inevitable la necesidad de tales purgas en la etapa del socialismo, para prevenir la restauración capitalista y la degeneración de la dirección de la clase obrera.

Quizás el individuo más siniestro de la Oposición, que ostentó el poderoso cargo de Vicepresidente de la Policía de Seguridad —la OGPU—, era Henry G. Yagoda. Sistemáticamente protegía de la investigación a los miembros de la oposición, y era renombrado por su preferencia por el uso del envenenamiento y de los "tratamientos" médicos para quitar de en medio a los miembros leales y de confianza del Gobierno soviético. Fue responsable del asesinato del presidente de la OGPU Vyacheslav R. Menzhinsky, utilizando su poder para intimidar a un tal doctor Leo Levin de modo que consiguiera la adhesión de un físico leal, el Dr. Kazakov, a la conspiración médica contra Menzhinsky. Menzhinsky sufría de angina de pecho y asma, y debido a la administración de tratamientos incorrectos, su corazón se debilitó y su muerte fue apresurada. Murió en mayo de 1934, 6 meses antes del asesinato de Kirov y después de que Yagoda hubiera asumido su cargo.

De hecho el asesino de Kirov, Leonid Nikolayev, fue detenido por agentes de la OGPU sólo unas semanas antes del asesinato de Kirov. Se le encontraron un arma y una carta con la ruta que Kirov seguía a diario. Yagoda ordenó su liberación.

Yagoda fue responsable del asesinato de Máximo Gorki y de su hijo. Máximo Gorki era leal a Stalin y al Partido, y sus escritos eran muy respetados internacionalmente. Por esta razón se convirtió en un objetivo para los miembros de la Oposición, que temieron que Gorki les denunciara en sus escritos. Los motivos de la Oposición eran venales y bajos. Estaban en alianza directa e indirecta con los enemigos del poder de la clase obrera en la Unión Soviética y en el extranjero. Yagoda declaró durante su juicio que sus acciones tenían como objetivo ayudar a que la oposición alcanzara el poder, y no contribuir a su propio engrandecimiento personal. Incluso confesó a su secretario y cómplice, Pavel Bulanov, que consideraba al Mein Kampf "un libro que merece la pena" y que le impresionaba el hecho de que Hitler hubiera llegado a la cima empezando como un simple "sargento mayor". Yagoda había comenzado su carrera como sargento mayor en el ejército ruso.

La purga de estos elementos que se habían infiltrado en el Partido y en el estado era no sólo una necesidad, sino asimismo una prioridad en el ambiente de tormenta que se avecinaba con la amenaza internacional de la Alemania nazi y de las potencias del Eje, una amenaza terrible que la Unión Soviética debía afrontar ahora. Trotsky tenía una posición totalmente elaborada acerca de que el terrorismo por sí solo no derribaría al Gobierno soviético. Los partidarios del terrorismo, la actividad desviacionista y el sabotaje tuvieron que aliarse con los que estaban dispuestos a ir a la guerra contra la Unión Soviética. Esto significaba la alianza con las potencias militares del Eje —en particular Alemania y Japón. Esta alianza se consideró como un asunto de necesidad histórica para derribar a Stalin y colocar a la oposición en el poder. Incluso tuvieron lugar conversaciones secretas entre miembros de la Oposición rusa y representantes de Alemania y Japón.

Adolf Hitler, arengando a miles de tropas en el Congreso del Partido Nazi de Nuremberg el 12 de septiembre de 1936, proclamó públicamente su intención de invadir la Unión Soviética. El 25 de noviembre de 1936, los Ministros de Asuntos Exteriores de Alemania y Japón firmaron el Pacto Anti-Comintern. Pero ya en la primavera y el verano de 1936, las autoridades soviéticas habían sorprendido a espías nazis, saboteadores y terroristas en una serie de incursiones por todo el país. Paso a paso, la quinta columna antisoviética de Trotsky fue destapada y destruida en los meses siguientes. Trotsky había predicho una guerra contra la Rusia soviética en 1937. Como la conspiración fue destapada ante el mundo entero en los Procesos celebrados contra el grupo terrorista trotskista-zinovievista, así como en los juicios subsiguientes, Trotsky únicamente pudo lanzar sus broncos improperios contra Stalin y la Unión Soviética. Surgieron entonces comités para defender a Trotsky, cuya plataforma de propaganda debía presentar a Trotsky como un mártir injustamente acusado. Pero pronto se reveló que dichos comités estaban compuestos por elementos antisoviéticos y fascistas que coordinaban la propaganda con el fin de desviar la atención lejos de la amenaza de guerra contra la Unión Soviética.

En 1941, tras la invasión nazi de la URSS, Joseph E. Davies, ex-Embajador americano en la Unión Soviética, escribió: "Todos estos juicios, purgas y liquidaciones, que parecieron tan violentos en aquel tiempo y sobresaltaron al mundo, ahora se revelan con bastante claridad como parte de un esfuerzo vigoroso y decidido del gobierno de Stalin para protegerse... En 1941 no había ya ningún quintacolumnista en Rusia" ( The Big Conspitacy [La Gran Conspiración], pag. 326).

LA OPOSICIÓN SE CONVIERTE EN UN INSTRUMENTO EN MANOS DE LA REACCIÓN, EL IMPERIALISMO Y EL FASCISMO

Trotsky y el odio virulento del trotskismo hacia Stalin nunca se basaron en un conjunto de principios sólidos. Trotsky era arrogante y presuntuoso. Trotsky se consideraba a sí mismo como el igual de Lenin, y posteriormente como su sucesor. Se unió a los bolcheviques sólo después de que su propio grupo fracasara en el intento de dirigir la revolución y desplazar a Lenin y los bolcheviques. No mostró más que desprecio y prejuicio de clase hacia Stalin, a quien consideraba un georgiano inculto. En cuanto a la pretensión de Trotsky de ser el sucesor de Lenin, no fue aceptada en ningún momento por los compañeros de partido, bolcheviques, que eran demasiado conscientes de las divergencias fundamentales entre Lenin y Trotsky sobre cuestiones de principio. Trotsky se unió a los bolcheviques en agosto de 1917, sólo dos meses antes de la Revolución Bolchevique de Octubre.

Tras 14 años de oposición a Lenin y a los bolcheviques, Trotsky todavía se consideraba como el sucesor natural de Lenin. En Brest-Litovsk, Trotsky había sido enviado por Lenin como Comisario de Asuntos Exteriores con instrucciones categóricas de firmar la paz con Alemania. Pero Trotsky se negó a firmar la declaración: ni paz ni guerra. Dijo a los alemanes que el ejército ruso no podía luchar más y seguiría siendo desmovilizado, pero que no firmaría la paz. Después de la Revolución Bolchevique los británicos enviaron a un agente para establecer relaciones con funcionarios soviéticos, pero sin reconocimiento oficial. Este agente especial del Gabinete Británico de Guerra era R. Bruce Lockhart, que escribió en sus memorias —tituladas The British Agent [El Agente Británico]— que el Ministerio de Asuntos Exteriores británico estaba muy interesado en las "disensiones entre Lenin y Trotsky —disensiones en las cuales nuestro Gobierno tenía puestas muchas esperanzas". Lockhart estableció contacto personal con Trotsky en cuanto éste volvió de Brest-Litovsk. Trotsky le concedió una entrevista de dos horas en su oficina privada de Smolny. Según las memorias de Lockhart, aquella misma noche registró en su diario sus impresiones personales sobre Trotsky:

"Me parece un hombre que de buen grado moriría luchando por Rusia, con la única condición de que haya un público bastante amplio para contemplarlo" (citado en The Big Conspiracy [La Gran Conspiración], p. 31).

Inmediatamente después de la Revolución de Octubre, cuando la gente anhelaba la paz y cuando la revolución necesitaba un plazo para organizar el Ejército Rojo, Trotsky jugó irresponsablemente a aventurerismos izquierdistas con los imperialistas alemanes, amenazándoles con la guerra y la revolución en vez de firmar una paz con Alemania, que exigía una serie de demandas territoriales a Rusia. El resultado fue que se firmó en Brest-Litovsk una paz todavía más áspera, que implicaba aún mayores sacrificios territoriales en beneficio de Alemania. El hecho era que la revolución en Alemania no había madurado, y los trotskistas, al jugar con frases "izquierdistas" para asustar a los imperialistas alemanes, que conocían muy bien el débil estado en que se encontraba el joven poder soviético, por poco causaron el completo fracaso de la revolución rusa.

Tampoco el odio de Trotsky hacia Stalin, como algunos afirman, estaba basado en su supuesto talante democrático frente a los métodos de mando centralistas de Stalin, supuestamente dictatoriales. Trotsky era un exponente fanático de la política del comunismo de guerra. Ian Grey, en su libro Stalin: Man of History[Stalin: Hombre de la Historia], escribe sobre Trotsky:

"Trotsky insistía en que el trabajo estuviera sujeto a la misma disciplina estricta impuesta en el Ejército Rojo. Totalmente autoritario en su perspectiva y sin el menor entendimiento ni comprensión de las necesidades y emociones humanas, empezó a imponer esta disciplina. El resultado inmediato fue una tormenta airada de protestas y rebeliones...

”Trotsky entró en conflicto frontal con los sindicatos... Había movilizado a los ferroviarios usando la disciplina del ejército. Allí, de nuevo ante la oposición del sindicato, estableció su propia autoridad, el Comité Central del Transporte, conocido como Tsektran. Su tratamiento arbitrario de este sindicato y sus amenazas de hacer lo mismo con los demás sindicatos —sometiéndolos a todos a la disciplina militar— enfurecieron a los sindicalistas miembros del Partido...

“Lenin, apoyado por diez de los diecinueve miembros del Comité Central que incluían a Stalin, Zinoviev y Kamenev, propuso establecer una moderación en el gobierno del partido. La abolición inmediata del odiado Tsektran de Trotsky debía ser el primer paso. Trotsky se opuso virulentamente a esa política "liberal". Fue apoyado por Bujarin, Dzerzhinsky, y los tres miembros entonces responsables de la Secretaría del Partido"(p. 144).

La imagen que los historiadores burgueses oficiales suelen presentar de Trotsky como un revolucionario íntegro, un hombre de principios expulsado y perseguido por Stalin, pertenece al reino de los cuentos de hadas. Trotsky era despiadado. La importancia que pudo haber tenido y la contribución que hizo en las semanas de Octubre se vuelven insignificantes ante el hecho de que cada vez con más intensidad entró en contradicción con el poder soviético y, desde luego, con el liderazgo de Stalin. La ola revolucionaria había disminuido y el poder soviético se enfrentaba con problemas inmensos para establecer los fundamentos y construir el socialismo por vez primera en la historia, o de lo contrario capitular ante el imperialismo y la reacción blanca rusa. Trotsky había perdido fuerza dentro del Partido. Éste era para él toda su vida y desesperadamente intentó recuperarlo. Se preparó para emplear medidas despiadadas y exigirlas de otros, tal como había estado dispuesto a utilizar los mismos métodos de los oficiales zaristas con el fin de mantener la disciplina en la Guerra Civil —si era necesario ejecutando a uno de cada diez soldados para hacer cumplir la disciplina.

Trotsky siguió oponiéndose a Lenin y a los bolcheviques tras su ingreso en el Partido en agosto. Trajo consigo a muchos elementos anticomunistas que entraron a formar parte de la Oposición. Sin embargo, durante la Revolución de Octubre era importante la unión de tantas personas como fuera posible, y Trotsky era visto como un agitador habilidoso. Su entrada en el Partido tuvo lugar con una espectacularidad tal que satisfizo su personalidad y sus ansias de grandeza. Lenin observó sardónicamente que era como llegar a un acuerdo con una gran potencia. Después de su fracaso en Brest-Litovsk, fue relevado del cargo de Comisario de Asuntos Exteriores y se le concedió el de Comisario de Guerra. Contaba con poderes de mando muy elevados sobre los comandantes bolcheviques, quienes obligaron al Comité Central a intervenir para evitar que Trotsky fusilara a todos los que consideraba que rompían la disciplina militar.

A menudo el comisario de guerra Trotsky es elogiado por su capacidad de liderazgo durante la Guerra Civil. Sin embargo, en el verano de 1919 Trotsky afirmó que Kolchak ya no era una amenaza en el este, y propuso utilizar todas las fuerzas del Ejército Rojo en la campaña contra Denikin en el sur. Stalin advirtió que esto daría a Kolchak un gran respiro, así como la oportunidad de reorganizarse y equiparse para una nueva ofensiva. El Comité Central rechazó el plan de Trotsky y éste no tomó parte alguna en la campaña del este, que condujo a la derrota de Kolchak. Lo mismo ocurrió con su plan de dirigir una campaña contra Denikin a través de las estepas del Don, una región casi sin caminos e infestada de bandas de cosacos contrarrevolucionarios. Stalin rechazó el plan de Trotsky y propuso avanzar a través de la cuenca del Donetz, con su densa red de ferrocarriles, buenas provisiones de carbón y una población de clase obrera que simpatizaba con la causa bolchevique. El plan de Stalin fue aceptado por el Comité Central. Trotsky fue retirado del Frente Sur y se le ordenó no interferir con las operaciones que condujeron a la derrota de Denikin.

En 1921, en el X Congreso, el Comité Central, encabezado por Lenin, proscribió todas las facciones dentro del Partido por poner en peligro el liderazgo revolucionario. Lenin esperaba que todos los miembros del Partido apoyaran las decisiones de la mayoría sobre la pena de expulsión. Trotsky, cuyas actividades faccionalistas suponían la oposición abierta a la mayoría de las decisiones, fue advertido expresamente. El poder se le escapaba a Trotsky de las manos. La oposición siempre había estado implicada en actividades abiertas y secretas contra el Poder de los soviets. Pero en 1921-22, el General Hans von Seeckt mantuvo contactos con un líder trotskista, Nicolai Krestinsky, a la sazón embajador soviético en Alemania, a quien ofreció financiación para la camarilla de Trotsky. Esta oferta le fue comunicada a Trotsky, que se mostró de acuerdo. Krestinsky pidió 250.000 marcos de oro a Seeckt, que acordó concederlos a cambio de importantes secretos militares y visados para los espías alemanes que operaban dentro de la Unión Soviética. La coincidencia de intereses entre la Oposición y el imperialismo alemán en su odio hacia el bolchevismo y el poder soviético eran una realidad. Sin duda hay quienes intentarán justificar tal colaboración, comparándola con la que permitió a Lenin obtener un coche sellado para volver a la Rusia revolucionaria en 1917. Pero lo que hizo Lenin aseguró la victoria de la revolución bolchevique. Lo que hizo Trotsky iba dirigido contra ella. Cualquier sencillo trabajador o campesino soviético era capaz de ver la diferencia.

Tras la muerte de Lenin, Trotsky intentó tomar el poder en el Congreso del Partido de 1924. Exigió que él y no Stalin fuese el sucesor de Lenin, y obligó a que el asunto se decidiera por votación. Stalin fue votado unánimemente por 748 delegados bolcheviques para continuar siendo el Secretario General. Incluso Bujarin, Zinoviev y Kamenev se sintieron obligados a votar con la mayoría. La oposición se disolvió, pero volvió a reunirse como Nueva Oposición unos meses más tarde y continuó movilizando a una mezcolanza de oposicionistas, arribistas y guardias blancos en células secretas que comenzaron a aprovisionarse de armas.

A pesar de la prohibición de las facciones y del partidismo, la Oposición encontró muchas oportunidades de continuar su campaña contra la dirección del Partido. En Mi Vida, Trotsky escribe: "Durante el año 1926 la lucha del Partido se desarrolló con intensidad creciente. En el otoño la Oposición salió abiertamente a la palestra en las reuniones de los miembros del Partido". Esto, sin embargo, sólo despertó la hostilidad de los trabajadores, que acallaron a la Oposición. En 1927, cuando la Rusia soviética afrontaba nuevas amenazas de guerra en el oeste, Trotsky públicamente declaró en Moscú:

"Debemos recuperar la táctica de Clemenceau, quien, como es sabido, se sublevó contra el Gobierno francés cuando los alemanes estaban sólo a 80 kilómetros de París".

Stalin denunció las declaraciones de Trotsky como traición y declaró que "se ha formado algo así como un frente unido desde Chamberlain a Trotsky".

Un referéndum de todos los miembros del Partido Bolchevique rechazó a la Oposición por un resultado de 740.000 votos frente a 4.000. De hecho, en ningún momento la Oposición recibió el menor apoyo por parte de la masa de militantes del Partido ni de la clase obrera. Esto no era sorprendente, en realidad. La Oposición estuvo siempre en contra de todos los intentos de construir el socialismo, declarándolo imposible en la "atrasada Rusia". Exigieron que la revolución rusa se convirtiese en un depósito de la revolución mundial para promover revoluciones en otros países. Despojada de su retórica "izquierdista" la Oposición llevó a cabo una lucha salvaje por el poder, en la línea de la dictadura militar que Trotsky había tratado de imponer como comisario de guerra.

El 7 de noviembre de 1927, en el décimo aniversario de la Revolución Bolchevique, durante el desfile anual de masas en la Plaza Roja tuvo lugar una manifestación política contra el Gobierno soviético organizada por la Oposición de Trotsky. Debía señalar una amplia insurrección en toda la nación. Pero esta insurrección popular sólo existía en la imaginación febril de Trotsky. Las autoridades actuaron rápidamente y los trabajadores se volvieron contra los manifestantes, mientras éstos declaraban la toma del poder por parte del nuevo mando concentrado en la Plaza. Siguieron las redadas y detenciones. Uno de los seguidores de Trotsky, el diplomático Joffe, que había sido embajador en Japón, se suicidó. En algunos sitios los trotskistas fueron detenidos dentro de células de antiguos oficiales blancos, terroristas social-revolucionarios y agentes extranjeros. Trotsky fue expulsado del Partido Bolchevique y enviado al exilio en Alma Ata, Siberia. Posteriormente fue deportado a Turquía, en 1929, y terminó sus días en México, donde fue asesinado por uno de sus propios partidarios, que llegó a odiar su extremo egoísmo y vanidad.

STALIN Y LA GUERRA CONTRA EL CERCO CAPITALISTA Y LA AGRESIÓN FASCISTA

Antes del triunfo de los bolcheviques, los marxistas creían que la revolución socialista ocurriría primero en las naciones industrialmente desarrolladas de Europa y América y que se extendería rápidamente, transformando el mundo y llevando el progreso a las naciones atrasadas. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial reveló que los partidos socialistas de Europa habían abandonado la lucha para derrocar al capitalismo, así como la solidaridad de la clase obrera internacional. La II Internacional Socialista se derrumbó cuando sus partidos apoyaron la victoria de su "propia" clase dirigente en la guerra. Sólo Lenin y los bolcheviques denunciaron la guerra como una guerra imperialista y llamaron a los trabajadores a volver sus armas contra la burguesía. El foco de la actividad revolucionaria se trasladó a Rusia. Los bolcheviques fueron capaces de tomar el poder, y las potencias imperialistas beligerantes que participaban en la guerra no pudieron hacer nada para impedirlo. Después del armisticio, un ejército intervencionista de 14 potencias se reunió para apoyar a los ejércitos blancos en una guerra civil que tenía por fin derrocar a los bolcheviques. Fracasaron debido al apoyo del pueblo soviético a su nuevo gobierno, al apoyo y la simpatía internacional hacia el Poder soviético, y a las contradicciones entre los ejércitos imperialistas intervencionistas y los contrarrevolucionarios blancos. La utilización de estas contradicciones para debilitar a los enemigos de la Unión Soviética, por lo tanto, siempre figuraría entre las consideraciones de la política exterior de la Unión Soviética. No podía haber otro camino.

La Oposición trotskista de la época se embarcó en una conspiración para asumir el poder tras la agresión de las potencias del Eje. Trotsky predijo una guerra contra la Unión Soviética en 1937. Deseaba una guerra temprana contra la Rusia soviética, porque creía que llevaría a Stalin y a los bolcheviques a la derrota inevitable. Y podría haber acertado. La condonación a Alemania de las restricciones del tratado de Versalles en 1935, que permitió a Hitler aumentar la máquina de guerra de Alemania, era una señal clara para Stalin de que Gran Bretaña, Francia y América estaban animando a los nazis a atacar a la Rusia soviética. La guerra entre la Unión Soviética y la Alemania nazi podía ser inevitable, dada la gran cantidad de simpatías y apoyos con que contaban los nazis en Occidente, pero no era inevitable una guerra temprana. La política exterior de Stalin pretendía establecer tratados de seguridad colectiva contra el expansionismo alemán y, si esto fallaba, como de hecho ocurrió, explotar las contradicciones entre las potencias imperialistas. No hay ninguna disputa sobre el grado de amenaza a que la Unión Soviética se enfrentaba, y si Stalin hubiera afrontado la guerra en 1937, probablemente con la quinta columna oposicionista todavía en acción, la Unión Soviética habría sufrido pérdidas aún mayores y la guerra habría tomado un curso completamente diferente. Esto podría haber satisfecho los proyectos de Trotsky para la Rusia soviética. Pero Stalin, naturalmente, no hacía caso de ningún consejo de Trotsky sobre lo que era mejor para la Unión Soviética. Tampoco nosotros deberíamos aceptar ningún consejo de los seguidores modernos de Trotsky que piensan que es suficiente vociferar contra el pacto alemán-soviético, sin hacer la menor referencia a la situación que Stalin y la Unión Soviética afrontaban.

Stalin siempre previó que habría una alianza entre Alemania y el Occidente dirigida contra la Unión Soviética. En los años 20 se establecieron buenas relaciones con Alemania. La república de Weimar buscaba mantener buenas relaciones con el Este y con Occidente. En 1932 Rusia adquirió el 30.5 % de las exportaciones de maquinaria alemana. Cientos de técnicos e ingenieros alemanes trabajaban y daban clases en Rusia, y oficiales alemanes entrenaban a las tropas rusas. En 1932, Alemania aportó el 46.5 % del total de las importaciones de Rusia. En 1935, la cifra cayó al 9%, mientras las exportaciones de Gran Bretaña a la Unión Soviética aumentaban. América también incrementó su comercio con la Unión Soviética, en particular después de que Roosevelt subiera al poder. La depresión obligó al capitalismo occidental a aumentar su comercio con la Unión Soviética. Incluso la Alemania nazi procuró maximizar el comercio con la Rusia soviética y logró aumentar su cuota de mercado en un 22.8 % en 1936. Sin embargo, este comercio pronto decayó con la formación de los pactos anti-Comintern entre Alemania, Japón, Berlín y Roma, y la intervención de Alemania al lado de Franco en la guerra civil española.

Los choques con las tropas japonesas en la frontera con Manchuria obligaron a Stalin a actuar con suma cautela para detener la agresión japonesa y evitar las provocaciones en las fronteras orientales y occidentales.

En marzo de 1938, Hitler invadió Austria y se produjo una crisis en los Sudetes alemanes de Checoslovaquia. Stalin propuso entonces que Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética formaran un frente unido para defender Checoslovaquia. Pero Gran Bretaña y Francia seguían una política de apaciguamiento, animando a Alemania a expandirse hacia el este, y esperaban poder cosechar las ventajas de que la Unión Soviética y Alemania se destrozasen mutuamente en un enfrentamiento armado. No compartían en absoluto el antifascismo de Stalin. Hicieron caso omiso de la propuesta de Stalin y, en la importante conferencia de Múnich, entregaron Checoslovaquia a Alemania. Francia incluso dejó de cumplir sus tratados con Checoslovaquia, lo cual horrorizó a Stalin. Cuando Alemania invadió Checoslovaquia, el mundo entero se sintió ultrajado. La tibia condena de Chamberlain produjo un alboroto en el Parlamento. Visiblemente sobresaltado por la hostilidad, exigió que la Unión Soviética y Gran Bretaña conjuntamente diesen garantías a Polonia y Rumania. Estas garantías no ofrecían ninguna seguridad a la Unión Soviética.

Las ulteriores propuestas soviéticas de un pacto británico-francés-soviético de ayuda mutua, que garantizara la independencia de todos los estados a lo largo de la frontera soviética del Báltico al Mar Negro, fueron rechazadas por Chamberlain alegando que esto molestaría a Polonia y Alemania. La cuestión estaba clara. Gran Bretaña y Francia deseaban un pronto ataque de la Alemania nazi contra la Rusia soviética para derribar el socialismo soviético. Litvinov fue destituido como Comisario de Asuntos Exteriores y se nombró a Molotov el 3 de mayo de 1939. En esta situación, Stalin se vio obligado a considerar la firma de la paz con el diablo en 1939, antes que enfrentarse en solitario a una guerra en dos frentes. Hitler estaba deseoso de invadir Polonia y, con este objetivo en mente, Ribbentrop fue enviado a Moscú para negociar un pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética. El 23 de agosto de 1939, Stalin recibió a Ribbentrop y aceptó el texto del acuerdo en una fría y nada amistosa reunión. Los Gobiernos británico y francés quedaron atónitos, y la máquina de propaganda occidental alcanzó un frenesí histérico de calumnias e insultos contra la Unión Soviética. El 1 de septiembre, Hitler invadió Polonia, obligando a Chamberlain a declarar la guerra a Alemania para cumplir los tratados con Polonia.

Seguramente Stalin esperaba que la Unión Soviética pudiera evitar entrar en el conflicto y que los países capitalistas quedaran exhaustos a causa de la guerra, lo que daría lugar a levantamientos y revoluciones en todas partes de Europa. Pero tras la facilidad con que los ejércitos alemanes conquistaron Europa, sobre todo tras el total derrumbe de los ejércitos franceses y la evacuación de los británicos en Dunquerque, Stalin no albergó ya ninguna duda de que la guerra con Alemania era inevitable. Sin embargo, desesperadamente intentó evitar cualquier provocación que precipitara un conflicto temprano, que Stalin pretendía impedir al menos hasta la primavera de 1942. Por lo tanto, fue un gran golpe para la preparación de la Unión Soviética la decisión de Hitler de atacar la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. La ventaja suprema de los agresores era el ataque sorpresa. Pero el tratado de no agresión había dado a Stalin y a la Unión Soviética un tiempo valiosísimo para asegurar sus fronteras. La guerra con Finlandia, cuando este estado pro-nazi se negó a permitir el acceso soviético al Báltico a cambio de un área mayor del territorio soviético, resultó ser una lucha mucho más difícil de lo previsto, que requirió una gran cantidad de tropas soviéticas. Sin embargo, los ejércitos derrotados aprenden mediante las experiencias amargas las razones de su fracaso, y esto no fue menos cierto en el caso del Ejército Rojo. Stalin veía claramente que el Ejército Rojo necesitaba oficiales que entendieran la guerra moderna, y llevó a cabo medidas urgentes para que el Ejército Rojo se organizase y contase con personal capaz de enfrentarse a la terrible amenaza que se cernía sobre la Unión Soviética.

Poco antes del ataque alemán, Molotov se entrevistó con Hitler en una gélida reunión. Después de rechazar la propuesta de compartir el Imperio Británico tras la derrota de Inglaterra, el Comisario soviético de Asuntos Exteriores hizo una embarazosa pregunta sobre la hostilidad de Finlandia hacia la Unión Soviética. Hitler se enfureció por la firme postura de Molotov. La cuenta atrás de la invasión nazi había comenzado.

Tres millones de efectivos alemanes, con miles de tanques apoyados por el más moderno armamento, atacaron a lo largo de una frontera enorme, en lo que fue la mayor batalla terrestre de la historia. En pocas semanas los alemanes habían penetrado profundamente en territorio soviético y se dirigían hacia Moscú. El Ejército Rojo luchó heroicamente, sufriendo pérdidas enormes. El 3 de julio, en una alocución radiofónica al pueblo soviético, Stalin presentó un breve análisis de las razones del éxito inicial de los nazis, pero despejó cualquier duda respecto a la derrota de los alemanes por el Ejército Rojo, y dio instrucciones específicas a la población sobre las medidas a tomar para crear una guerra popular en todos los frentes contra los invasores:

"Las granjas colectivas deben evacuar todo el ganado, y devolver el grano al depósito de las autoridades estatales para su transporte a la retaguardia. Todo lo que sea de valor y no pueda ser retirado, incluyendo los metales no ferruginosos, el grano y el combustible, debe destruirse sin falta.

“En las áreas ocupadas por el enemigo, deben formarse unidades guerrilleras, montadas y a pie, deben organizarse grupos de resistencia para combatir a las tropas enemigas, instigar la guerra de guerrillas por todas partes, volar los puentes y los caminos, dañar las líneas de teléfono y de telégrafo, incendiar los bosques, tiendas, transportes. En las regiones ocupadas las condiciones deben hacerse insoportables para el enemigo y todos sus cómplices. Deben ser perseguidos y aniquilados a cada paso, y todas sus acciones frustradas.

“Esta guerra con la Alemania fascista no puede considerarse una guerra ordinaria. No sólo es una guerra entre dos ejércitos, es también una gran guerra de todo el pueblo soviético contra las fuerzas fascistas alemanas.

“El objetivo de esta guerra nacional en defensa de nuestro país contra los opresores fascistas es no sólo la eliminación del peligro que se cierne sobre nuestro país, sino también ayudar a todos los pueblos europeos que sufren bajo el yugo del fascismo alemán".


Los alemanes llegaron a 15 kilómetros de Moscú antes de que la marea retrocediera y los ejércitos nazis fueran barridos en batallas tan trascendentales como Stalingrado y Kursk. En todas partes Stalin tenía el pleno control, recabando informes regulares de los oficiales del Ejército Rojo. Como todos los comandantes supremos que han tenido éxito, escuchaba todos los informes y ponía su confianza extrema en la lealtad y determinación de los oficiales para derrotar al enemigo. No se tomaba el fracaso a la ligera, y retiraba o degradaba puntualmente a los oficiales que no lograban asumir sus responsabilidades o no podían dar una explicación satisfactoria de sus fracasos. El mando de Stalin fue la dinamo que aseguró que el Ejército Rojo aprovechara cada oportunidad de retomar la ofensiva contra Alemania, y que motivó al Ejército y al pueblo para soportar un sacrificio tan grande con el fin de salvar a la Unión Soviética de la bota militar fascista. Después de la muerte de Stalin, Jruschov, cuya contribución a la guerra anti-fascista no fue excepcional, intentó negar el papel de Stalin como comandante supremo. Sin embargo, Zhukov, que dirigió las batallas que expulsaron a los nazis de Moscú y anteriormente lideró las fuerzas soviéticas en la defensa de Leningrado, no tenía ninguna duda de que la férrea determinación de Stalin fue la que condujo al ejército y al pueblo entero a la victoria.

Stalin dio la bienvenida sin reservas a cada paso emprendido por Gran Bretaña y América para aumentar sus aportaciones a la guerra contra la Alemania de Hitler. En contestación al corresponsal del Moscow Associated Press Henry C. Cassidy, el 13 de noviembre de 1942, Stalin dijo que la campaña aliada en Africa “...representa un hecho excepcional de enorme importancia, que demuestra el creciente poder de las fuerzas armadas de los aliados y la perspectiva de la desintegración de la coalición ítalo-alemana en un futuro próximo". Stalin siguió diciendo que era demasiado pronto para juzgar cuán eficaz sería esta campaña para aliviar la presión sobre la Unión Soviética. Sin embargo, en respuesta a una pregunta bastante peculiar dadas las circunstancias –"¿Qué posibilidad hay de que la potencia ofensiva soviética en el este se una a la de los aliados en el oeste para apresurar la victoria final?"— Stalin contestó de manera un tanto seca, "no cabe la menor duda de que el Ejército Rojo realizará su tarea con honor, como ha estado haciendo en todas partes durante la guerra". Esto era en noviembre de 1942, cuando la Unión Soviética todavía estaba profundamente inmersa en una lucha a vida o muerte para liberar su territorio de los invasores nazis, tras un período en el que los corresponsales occidentales predecían con seguridad la victoria alemana y el derrumbe del Ejército Rojo.

La población mundial celebraba como propia cada victoria soviética. Pero los gobernantes de Gran Bretaña y América, obligados a aliarse con la Unión Soviética, se alarmaron por el éxito militar de ésta. Stalin pedía repetidamente la apertura del segundo frente en Europa. Pero el oeste demostró no ser demasiado eficaz para obligar a las tropas alemanas a retirarse del frente oriental. Los líderes occidentales, indudablemente, estaban ya preocupados por el problema de tratar con una Unión Soviética cuyo prestigio había aumentado enormemente en todo el mundo, y cuya capacidad militar derrotaba a los nazis prácticamente sin ayuda de nadie. El Segundo Frente comenzó realmente con los desembarcos del día "D". América, sin embargo, prestaba una atención considerable a asegurar que su poder, y no el poder soviético, obtuviese la supremacía después de la guerra. Temerosa de que la Unión Soviética lograra ampliar su influencia en el lejano oriente así como en Europa, América provocó la capitulación rápida del Japón dejando caer la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. Stalin procuró mantener unas relaciones amistosas con los aliados sobre la base del respeto mutuo, pero la amenaza de la bomba atómica planeaba sobre la Unión Soviética era evidente para Stalin y para la opinión progresista mundial.

La Unión Soviética perdió a 20 millones de sus mejores luchadores en la guerra contra la Alemania nazi. Como en todas las guerras esta cifra afectó principalmente a la juventud soviética, el futuro de cualquier sociedad. Tal fue la contribución del pueblo soviético a la detención de la más brutal y bárbara de las potencias imperialistas. Tal fue la contribución del pueblo soviético a la extensión del campo del socialismo y a la posibilidad de que los pueblos esclavizados por los imperios coloniales de Gran Bretaña, Francia y América pudieran lograr su independencia nacional. Y esto se alcanzó bajo el liderazgo incontestado por parte de Stalin del movimiento comunista internacional. A pesar de la devastación de la invasión nazi, la Unión Soviética pudo reconstruir su economía y alcanzar a América en el desarrollo de la investigación espacial, tecnológica y científica. Ninguna economía, y menos aún una economía socialista, debería afrontar la amenaza que a continuación se abatió sobre Stalin y el campo socialista: la amenaza de las armas nucleares cayendo sobre las ciudades soviéticas construidas con el sudor de la clase obrera. El monopolio nuclear de América tuvo que romperse, y fue roto de hecho por la Unión Soviética de Stalin.

Las potencias imperialistas temían a Stalin y a la Unión Soviética porque eran la viva demostración de que el socialismo estaba en alza mientras el imperialismo agonizaba. El período de la posguerra fue un tiempo de grandes esperanzas y esfuerzos, que hasta los imperialistas hubieron de tener en cuenta haciendo concesiones a la clase trabajadora. Pero la retórica anticomunista y la propaganda occidental se hicieron cada vez más maliciosas y omnipresentes. Mientras Stalin siguió vivo, sin embargo, la propaganda occidental no pudo eliminar el enorme aprecio y simpatía que existía en todo el mundo hacia Stalin y hacia la Unión Soviética. Cuando Stalin murió en 1953, las revistas y periódicos comunistas, socialistas y progresistas sacaron ediciones completas lamentando la muerte de Stalin y celebrando su vida. Por lo tanto, los imperialistas saludaron con gran júbilo el discurso secreto de Jruschov que atacaba a Stalin en el XX Congreso del PCUS en 1956. Jruschov, que era un payaso en el escenario internacional y que condujo al descrédito al socialismo y a la Unión Soviética, logró lo que los imperialistas nunca pudieron conseguir. Atacando a Stalin, Jruschov no sólo estaba rechazando el supuesto culto a la personalidad. Atacaba los fundamentos ideológicos de la Unión Soviética: el marxismo-leninismo. Señaló al mundo el comienzo de la restauración capitalista en la URSS. Jruschov cayó en 1963, pero el gobierno revisionista que él representaba permaneció en el poder. El socialismo se convirtió en un capitalismo estatal y los órganos del poder soviético se fueron lentamente minando y corrompiendo. Es un testimonio del poder y la resistencia del socialismo construido por Lenin y Stalin el que este proceso les costara casi cuatro décadas tras la muerte de Stalin a los líderes revisionistas Jruschov, Brezhnev y Gorbachov; un proceso que gradualmente desmanteló y finalmente dio lugar al derrumbamiento del estado soviético y devolvió un poder desenfrenado a la burguesía. Podemos ver que la burguesía gobierna de nuevo sobre la miseria, la pobreza, el hambre, el gangsterismo y la dependencia.

Pero la visión de la degeneración burguesa en lugar del socialismo, y del poder de la clase obrera sobre su propio destino, no se han perdido entre los pueblos y gentes del mundo. El nombre y el prestigio de Stalin están siendo restaurados a su auténtico lugar en la historia de la lucha de los trabajadores y de los pueblos oprimidos en pro de la consecución del socialismo y de la emancipación humana.
Vale, paso de leerme ese tocho. Simplemente podemos buscar en Google "la verdad sobre Franco", "la verdad sobre Hitler" y fijo que encontramos una explicación igual de buena. Santo varones, lo hicieron todo por su pueblo y su patria para defendernos de la dictadura de los mercados.
Gurlukovich escribió:
rukario23 escribió:Quiero decir, el "parlamento" es quien decidía todo lo que pasaba.

Igualito que España, todo se aprobaba en las cortes, luego Franco no era un dictador, era un presidente más de la historia de España. O un regente. O lo que sea.

Y además hacia pantanos, y se podía ir por la calle por la noche. Y no había pelirrojos. Santo varón. XD

Lo que llegan a defender algunos.

Ah esa España democrática donde votas cada 4 años y el partido ganador se pasa por donde le da la gana el programa electoral y en vez de gobernar para el pueblo, gobierna para la banca, el fmi y las oligarquías de siempre, si ya esa democracia...
Pd :aquí otro panfleto sobre Stanlin, esta vez de Mario Sousa http://es.scribd.com/mobile/doc/9818619?width=360
Es lo mismo que "España se arrepiente de haber dejado el Franquismo", además no se si opinan lo mismo algunas partes de la URSS como ucrania y rusia.
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r89pipino escribió:Es lo mismo que "España se arrepiente de haber dejado el Franquismo", además no se si opinan lo mismo algunas partes de la URSS como ucrania y rusia.


¿Tú crees que en España hay un cincuenta por ciento de la población que opina que la caída de la dictadura franquista fue una gran desgracia? Porque ese es el porcentaje de población rusa que opina que la caída de la URSS fue una gran desgracia.
Gurlukovich escribió:Vale, paso de leerme ese tocho. Simplemente podemos buscar en Google "la verdad sobre Franco", "la verdad sobre Hitler" y fijo que encontramos una explicación igual de buena. Santo varones, lo hicieron todo por su pueblo y su patria para defendernos de la dictadura de los mercados.

Es que estos rusos son masoquistas, y 2/3 están con Stanlin, aquí en España cuantos están con franco o en Alemania con Hitler? http://www.abc.es/internacional/2013052 ... 21545.html
Bereton, en ese tocho, ¿dónde se menciona el desprecio de Stalin por su población y los soldados del Ejército Rojo?. ¿Dónde se menciona su volátil carácter?. ¿Dónde se menciona el Holodomor?. ¿Dónde se menciona la limpia de generales del ejército ruso?. ¿La persecución de los judíos en la URSS tras la Segunda Guerra Mundial tampoco se menciona?.
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El mundo desde la cárcel: el reparto de la población reclusa en el planeta
2 respuestas
Es por muchos conocido que Estados Unidos cuenta con la mayor proporción de población reclusa en el mundo. Su número de presos por cada cien mil habitantes es de 716. Tiene un total de 2,29 millones de encarcelados, el equivalente a la población de todo el distrito de Brooklyn, el más poblado de Nueva York.

De hecho, su número de presos es casi el 10 por ciento de la población reclusa mundial, situada en 22,96 millones, según el Centro Internacional para Estudios de Prisiones. Eso, cuando los habitantes de Estados Unidos representan el 4,5 de los de todo el planeta. La cantidad de reclusos en el país ha aumentado un 75% en los últimos 30 años, mientras que su población total ha crecido un 28% en el mismo periodo. ¿Cómo se distribuye la población reclusa en el mundo? Vamos a verlo.



Después de Estados Unidos, los siguientes países con mayor proporción de población encarcelada por 100.000 habitantes son, por este orden, el diminuto estado caribeño de San Cristóbal y las Nieves (701); las Islas Seychelles (641) –¿será por blanqueo de capitales?–; las Islas Vírgenes (539); Ruanda (527); Cuba (510); Anguila, una dependencia caribeña del Reino Unido, (487); Rusia (486); las Islas Vírgenes estadounidenses (460) y Bielorrusia (438). En números absolutos, después de Estados Unidos, China es el siguiente país con mayor población reclusa (1,64 millones), seguida por Rusia (695.000).

La otra cara de la moneda es la ‘Serenísima República de San Marino’, como reza su nombre oficial. De casta le viene al galgo porque en el diminuto enclave sólo hay dos presos encarcelados, según los últimos datos. De hecho, hasta mayo del año pasado, sólo había un prisionero en San Marino. Cumplía condena por violencia doméstica y estaba sólo hasta que llegó un compañero. Sus condiciones, envidiables para el común de los reclusos: menú de restaurante -claramente no sale rentable un servicio de comidas para dos personas-, gimnasio, televisión, biblioteca… No hay problema de hacinamiento en esta cárcel enclavada en un antiguo monasterio de los Capuchinos que se levanta en las faldas del monte que domina la pequeña república.

En la Unión Europea, los países con mayor número de proporción de población reclusa son los bálticos. Lituania (314), Letonia (297) y Estonia (248), por ese orden, son los estados con más presos por cada 100.000 habitantes. En general, los países del este son los que más encarcelados tienen en relación a su población. España es el décimo país con mayor número de reclusos por cada 100.000 habitantes de los 27, con una tasa de 149 concretamente. Está por encima de la media europea, situada en 139, y cuenta con un total de 68.900 presos, lo que le sitúa en el puesto número 22 de los países con mayor población reclusa del mundo –ocupa el puesto 27 en la lista de los más poblados–.

Fuente: http://geografiainfinita.com/2013/05/10 ... l-planeta/

Enjoy your freedom... from jail.
Bereton:

Tras la muerte de Lenin, Trotsky intentó tomar el poder en el Congreso del Partido de 1924. Exigió que él y no Stalin fuese el sucesor de Lenin, y obligó a que el asunto se decidiera por votación. Stalin fue votado unánimemente por 748 delegados bolcheviques para continuar siendo el Secretario General. Incluso Bujarin, Zinoviev y Kamenev se sintieron obligados a votar con la mayoría. La oposición se disolvió, pero volvió a reunirse como Nueva Oposición unos meses más tarde y continuó movilizando a una mezcolanza de oposicionistas, arribistas y guardias blancos en células secretas que comenzaron a aprovisionarse de armas.


En este párrafo y en los que le rodean, ¿por qué no mencionas las cartas de Lenin avisando al partido de la personalidad de Stalin y pidiendo que no fuese nombrado Secretario General?. ¿Dónde mencionas la destrucción política que llevó a cabo Stalin durante varios años de sus enemigos políticos como Trsoky?.
vik_sgc escribió:Bereton, en ese tocho, ¿dónde se menciona el desprecio de Stalin por su población y los soldados del Ejército Rojo?. ¿Dónde se menciona su volátil carácter?. ¿Dónde se menciona el Holodomor?. ¿Dónde se menciona la limpia de generales del ejército ruso?. ¿La persecución de los judíos en la URSS tras la Segunda Guerra Mundial tampoco se menciona?.


Como os mola juntar opiniones con hechos cuando se trata de poner a caldo a la URSS, eh?

Parece que los homologos contemporáneos de Stalin eran hermanitas de la caridad. Y va a ser que no. ¿El desprecio de stalin por su población? Claaaaaaro. Todos los dirigentes se caracterizan por el cariño que le profesan a sus ciudadanos, no te jode. ¿Volatil carácter? ¿Que cojones tiene que ver eso con nada?

Parece que nos olvidamos de cositas como el bombardeo aliado de Dresde o los Campos de Concentración de EEUU para japoneses y alemanes. Por no mencionar todas las dictaduras respaldadas por EEUU por todo el mundo (y los muertos y desaparecidos de cada una).

Stalin no es alguien a quien yo invitaría a mi fiesta de cumpleaños, y no digo que porque el resto fueran unos cabrones se justifique lo que hizo, pero a los personajes históricos hay que ponerles en su contexto. Es como si me dices que que malos los Mayas porque hacían sacrificios humanos. Pues hijo, es lo que se llevaba en aquellos tiempos.

Ni unos eran tan buenos ni los otros tan malos. Eso si, en media eran todos unos hijo putas de mucho cuidado.
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Rusia: Casi la mitad de la población considera positivo el papel del dictador Stalin
img "El 55% de los rusos considera que la muerte de Stalin el 5 de marzo de 1953 trajo consigo el fin de la era del terror"
Casi la mitad de los rusos considera positivo el papel jugado por el dictador soviético, Iósif Stalin, en la vida del país, según una encuesta publicada antes del 60 aniversario de su muerte que se recuerda mañana, martes.

El Centro Levada señala que un 9 % de los rusos opina que el rol de Stalin es, sin lugar a dudas positivo, mientras otro 40 % lo ve como más bien positivo.

Mientras, un 22 % de los encuestados cree que el papel del hombre que dirigió con mano de hierro la URSS durante casi un cuarto de siglo es más bien negativo; un 10 %, sin lugar a dudas negativo, y el restante 19 % no acertó a responder.

Al mismo tiempo, un 55 % de los rusos considera que la muerte de Stalin el 5 de marzo de 1953 trajo consigo el fin de la era del terror y las represiones masivas, y la liberación de las cárceles de millones de personas inocentes.

Y sólo un 18 % ve la muerte del dictador como la pérdida de un gran mandatario y maestro, un 4 % dio otras respuestas y el 23 no llegó a contestar.

En cuanto a la controversia sobre la recuperación del nombre de Stalingrado para la ciudad de Volgogrado, un 55 % se manifestó en contra; un 23 % a favor; un 6 % apostó por el nombre zarista (Tsarítsino), y un 16 % no respondió.

Mientras, Vsévolod Chaplin, portavoz y uno de los principales ideólogos de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), aseguró que tanto el pueblo ruso como la iglesia demostraron que eran más fuertes que la ideología estalinista de "revolución mundial".

Chaplin, quien reconoció que Rusia se divide entre los que creen que el estalinismo fue una época casi ideal y los que piensan que fue un agujero negro que hay que olvidar, subrayó que los crímenes estalinistas "no pueden ser justificados por ningún motivo".

"Estos crímenes deben recibir la valoración debida en nuestro pueblo y debemos hacer todo lo posible para que no se repitan", comentó, citado por las agencias locales.

Al tiempo, agregó, "es evidente que en la época soviética, incluido el gobierno de Stalin, nuestro pueblo realizó gestas fantásticas, se logró un grandiosa victoria y se realizaron grandes progresos en ciencia, tecnología, industria y la economía en general".

El Partido Comunista de Rusia informó hoy a Efe de que su líder, Guennadi Ziugánov, y sus principales dirigentes, acudirán mañana a la Plaza Roja para depositar flores en la tumba de Stalin a los pies de la muralla del Kremlin.

La prensa espera que, como es habitual en las onomásticas de Stalin, los dirigentes comunistas sean acompañados por un buen número de miembros de la formación y nostálgicos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Según los historiadores rusos, las represiones políticas lanzadas por Stalin en los años 30 del siglo XX costaron la vida a entre uno y dos millones de personas.

El presidente ruso, Vladímir Putin, condenó en 2007 las represiones soviéticas y llamó a la población a no olvidar "el exterminio de estamentos enteros, como el clero, el campesinado y los cosacos".

Mientras, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, calificó cuando era presidente de "criminal" al régimen de Stalin y se mostró contrario a su rehabilitación y a los intentos de los comunistas de justificar las represiones.

Fuente: EFE
04/03/2013 10.03 Hs.
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