Creo que nadie ha valorado mi reflexión sobre la necesidad de guardar "silencio what'sáppico".
Niguna persona por enamorada que esté soporta la presión de una comunicación constante, vigilante, intrusiva, en su vida.
¿Dónde estás ahora? ¿Qué haces? ¿A dónde vas? ¿Por qué?... se vuelve insufrible.
Con el tiempo uno se va enfadando, enfadando, y un buen día, explota, y revienta, pero la verdadera razón del enfado es no haber sabido defender su espacio de privacidad. Porque la injerencia en tu vida puede llegar a extremos increíbles, como tener que justificar si un día te vas a tomar café con unos amigos, por ejemplo.
Más que una pareja, puede parecer que estás saliendo con un sargento autoritario que tiene que revisar y autorizar tus actividades, como si fueras un niño pequeño que necesita tutela. Pero somos adultos, ¿o no?
Cada uno necesita su tiempo de privacidad para mantener su salud mental.
Ya sin llegar a una relación de pareja, ¿A quién no le pasa de vez en cuando, que un amig@ intenta controlarte, te llama o te mensajea a cualquier hora, exigiendo contestación inmediata? Imagina eso a todas horas y con tu pareja.
Basta entrar en un chat, y antes de 3 minutos, si no contestas inmediatamente, la persona con la que estás hablando ya te amenaza con dejarte tirado. Exige inmediatez y disponibilidad absoluta. Suena a esclavitud.
Dejas de ver a tu pareja como el ser amado, y pasas a verlo como el/la pelmaz@ de turno que no te deja ni ir al baño sin dar explicaciones.
Silencio what'sáppico