Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, aboga por una industria del videojuego sin exclusivas en consolas, pero afirma que este mundo no es posible por culpa de Sony, que como actor dominante ha definido el mercado haciendo uso de ellas. Nadella ha expresado este deseo durante su testimonio en el sonado juicio que enfrenta a Microsoft y la FTC.
Cuando hablaba sobre la idea de que Microsoft se pueda centrar en entregar software en tantas plataformas como sea posible, a Nadella se le preguntó por las exclusivas de Xbox y esta fue su respuesta: “Si dependiera de mí, me encantaría acabar con todas las exclusivas en consolas, pero esto no me corresponde debido a que en consolas somos un actor con una baja cuota de mercado. El actor dominante [Sony] ha definido el mercado usando exclusivas, así que este es el mundo en el que vivimos. No me gusta nada este mundo”.
Una vez más, un directivo de Microsoft presenta a la compañía como la perdedora en el enfrentamiento contra Sony y Nintendo. Se trata de una estrategia que la tecnológica, que pasa por ser una de las empresas más poderosas del mundo, ha usado desde que anunció el acuerdo para comprar Activision Blizzard. En Europa funcionó, pero de momento la FTC en Estados Unidos y la CMA en el Reino Unido mantienen el bloqueo a la operación.
Las palabras de Nadella llegan un día después de que Jim Ryan, director ejecutivo de Sony Interactive Entertainment y máximo responsable de PlayStation, dijera que las exclusivas de Xbox como Starfield no eran anticompetitivas. Ryan también comentó que a los editores
no les gusta Game Pass debido a que destruye el valor de los juegos, así que en su opinión es importante que Sony invierta fuertemente en el desarrollo y publicación de juegos
first-party para competir con el servicio de suscripción. Asimismo, Ryan opina que a Microsoft no le conviene que los juegos de Activision estén disponibles en múltiples plataformas.
No se espera que en ningún escenario Sony abandone las exclusivas. De hecho, está haciendo lo contrario. Por un lado, ha invertido una generosa cantidad de dinero en ampliar la nómina de equipos de PlayStation Studios, incluyendo la adquisición de
Bungie por 3.600 millones de dólares, y por otro tiene acuerdos de exclusividad que afectan a títulos tan relevantes como Final Fantasy XVI. Microsoft ha seguido un camino similar, pero ha usado mucho más dinero para ampliar Xbox Game Studios. La compañía abonó
7.500 millones de dólares por Bethesda Softworks y está dispuesta a pagar
68.700 millones de dólares por Activision Blizzard.
Fuente: The Verge