Aporto una cualidad empática que poseo (si es que sirve de algo): El pasado sábado llevé una botella de 2 litros de botellón, pues bien, me dió una pena terrible dejarla tirada en una esquina. Pensé: "Pobrecita, pudiendo estar calentita y bien en mi casa la dejo aqui a la buena ventura de Dios".Que penica! Y es veridico!
P.D. Y me pasa con más objetos. Quizá sea un sintoma (más) de mi locura, vaya usted a saber...