Nintendo of America ha anunciado su retirada comercial de Brasil por los altos aranceles impuestos sobre el sector del videojuego. En un comunicado a
Gamasutra, la Gran N explica que el entorno de mercado brasileño actual hace la distribución de consolas "insostenible", aunque no se descarta revisar esta decisión en el futuro.
Nintendo lleva cuatro años trabajando con la firma Gaming do Brasil, subsidiaria de Juegos de Video Latinoamérica, para distribuir sus productos en la región. No obstante, el
hardware producido fuera de Brasil está sometido a una serie de cargas impositivas que multiplican el precio del producto en el mercado local.
A modo de referencia, Wii U se estrenó en Brasil en un pack con dos juegos a partir de 825 dólares (unos 695 euros), mientras que esta misma edición llegó a EE.UU. por 300 dólares (253 euros). Pese al impresionante sobrecoste de Wii U, PS3 y PS4
tienen el
récord en suelo brasileño con un precio que multiplica por cuatro a los de otras regiones, incluso después de que Sony subvencione una parte de los costes.
Dado que Nintendo declara no tener intención de abrir una factoría en Brasil, la firma nipona ha anunciado el cese de operaciones en el país a través de Gaming do Brasil. Sin embargo, Nintendo ha comunicado su compromiso con el resto del continente a través de Juegos de Video Latinoamérica.
"Brasil es un mercado muy importante para Nintendo y el hogar de muchos fans apasionados", escribe Nintendo of America en nota de prensa. "Pero lamentablemente, los desafíos en el entorno de negocio local han convertido a nuestro modelo de distribución actual en insostenible".
"Estos desafíos incluyen altos aranceles de importación que se aplican a nuestro sector y nuestra decisión de no tener una operación de fabricación. Continuaremos monitorizando la evolución del entorno de negocio y evaluaremos la mejor manera de servir a nuestros fans brasileños en el futuro".