Aaron182 escribió:- Lo de las roms. Me hace gracia que critiquéis un servicio con el escudo de: "Es que tengo PC y alternativas para jugar a roms gratis". Eso es piratería, no son alternativas. ¿Para que te compras ropa entonces?, la puedes robar.
Me parece perfecto que se defiendan los derechos de autor y se critique la piratería, pero creía que este tipo de comparaciones y argumentos eran cosa del pasado o de empresas o personas que buscan cualquier justificación, aunque sea falsa, para defenderse. Ya de por sí la piratería en general no es comparable a un robo, porque en el segundo caso con la sustracción se está provocando un perjuicio directo a la parte agravada (el objeto en sí, lo que supone el costo de fabricación más los beneficios de la venta del mismo), mientras que en el primero se produce únicamente un perjuicio indirecto... y que además no tiene por qué producirse: el único perjuicio es el del beneficio de la posible (o no) compra
por parte del usurpador. Si la persona que utiliza ese producto de manera ilícita tenía la intención de pagar por el producto en caso de no haber podido utilizarlo de forma alternativa, entonces sí se habría producido un daño económico. Pero estamos entrando en el terreno de la posibilidad. Por mucho que haya que perseguir la piratería y promover la compra legal, compararlo con un robo es un completo absurdo, y no sé por qué algunos os empeñáis en hacerlo (y por tanto en justificar como lícita la actuación de organismos como la SGAE). Muy diferente es cuando la persona que lo sustrae lo utiliza para lucrarse con esa sustracción. Pero nada, que en pleno 2021 y en un foro de tecnología y videojuegos seguimos comparando echarte una partida al Super Mario en el ordenador con ir a Zara a robar camisetas.
Con el tema de las roms, el asunto me parece muchísimo más cuestionable. Creo que los derechos de autor en los videojuegos tienen una duración tremendamente excesiva para tratarse del medio del que se trata, y me parece abusivo cómo muchas empresas, Nintendo la que más, aprovechan para revender continuamente consola tras consola los mismos videojuegos una y otra vez, sin posibilidad a que alguien que los adquiriera pueda transferirlos, sin ningún tipo de trabajo o esfuerzo, sin el más mínimo costo económico y por unos precios, además, desorbitados. Es aberrante la cantidad de dinero que genera Nintendo de videojuegos viejos que ya fueron exitosos en su momento, proporcionando beneficios que excedían docenas de veces el coste invertido, y que han ido vendiendo a lo largo de los años otras 8 o 9 veces con cada cambio de dispositivo, con la única posibilidad para el antiguo comprador de volver a pagar por un producto por el que ya pagó dos, tres o cinco veces antes.