Quintiliano escribió:Bueno, de entrada, propongo algunas ideas. Ya aviso que son muy subjetivas:
1ª) Desde el punto de vista generacional, considerando al conjunto de ambas familias (la del padre y la de madre) como un "Clan", no creo que sea buena idea ponerle el nombre de algún antepasado, porque esto convierte al niño en una especie de "doble" de esa persona fallecida o viva cuyo nombre ha heredado. Desde luego no se le debería poner el nombre de un antepasado o familiar directo al que le haya ido "mal" en la vida. Y, como excepción, se puede valorar el nombre de un antepasado o un familiar directo al que sí le fue muy bien en la vida.
A la hora de aceptar un nombre que ya estuviera en la familia, no es bueno elegir el de una persona que sufrió una tragedia personal. Por ejemplo: si en la familia de la madre, o del padre, hace muchos años, murió en la infancia un niño que se llamó Alfonsito, no sería buena idea ponerle ese nombre.
La idea que defiendo es que el niño es una persona única y tiene derecho a tener una identidad también única. Por eso, ponerle un nombre de un antepasado fallecido, con todo el respeto, y aunque sirva para honrar la memoria de esa persona (el abuelo, el padre, el tío, etc) no me parece adecuado. Pero ya aviso, es una opinión muy personal.
2º) Con todo el respeto para el mundo anglosajón, vivimos en España, y tenemos nuestra propia identidad cultural y nuestra lengua. No le pondría un nombre inglés, alemán, ni ningún nombre extranjero. Sí se puede valorar un nombre propio de la cultura regional (un nombre gallego, vasco, catalán, aragonés, etc)
3º) Tampoco le pondría un nombre que suscite duda sobre su sexo. Por ejemplo en el siglo XIX era habitual encontrar hombres que se llamaban "Concepción".
4ª) Antes de elegir un nombre definitivo puedes consultar esta aplicación informática del INE para contrastar lo extendido que está:
Frecuencia de nombres en EspañaPor ejemplo, he buscado Eufrasio:
Nombre: EUFRASIO Número de personas:
HOMBRES: 756 (edad media: 62,2 años)
Salu2