El tema del V-Sync va un poco por gustos. Tened en cuenta que G-SYNC/FreeSync tienen un rango limitado (por ejemplo 40-144Hz) que depende del monitor. Si vuestra tarjeta está dibujando más frames que la frecuencia máxima monitor (pongamos 150 FPS en un monitor de 144 Hz) y no teneís V-Sync, tendreís tearing, pues estaría fuera del rango del monitor. Para sacar partido a G-SYNC/FreeSync sin V-Sync, lo suyo es que la tasa de fotogramas se mantenga dentro del rango, por eso, lo que yo hago con la AMD es limitar los fotogramas uno/dos frames por debajo de la frecuencia máxima del monitor (esos frames de menos son para asegurarme de que no se salga del rango, pues a veces aún con el limitador "baila" un poco) desde el propio juego (si tiene esa opción) o desde el panel de control de Radeon.
En Nvidia, sin embargo, tenemos dos opciones. La primera, como con una AMD, es limitar la tasa de fotogramas, ya sea en el juego o mediante Nvidia Inspector, Rivatuner Statistics Server o software similar (Nvidia no tiene un limitador de fotogramas en su panel de control). La otra opción es activar la V-Sync Adaptativa en el panel de control de Nvidia. Lo que hace la V-Sync Adaptativa es que la V-Sync sólo se activa cuando la tasa de frames sobrepasa la frecuencia máxima del monitor (vamos, cuando está fuera del rango), si está por debajo, está desactivada, teniendo lo mejor de ambos mundos -y garantizando que nunca hay tearing-.
En mi caso, prefiero limitar los fotogramas, porque así me aseguro que nunca se activa la V-Sync, ya que, aunque sea la V-Sync Adaptativa, si la tasa siempre es la más alta posible (144FPS en un monitor de 144Hz), tendréis la V-Sync activada continuamente, con el input lag correspondiente.