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No pasa por su mejor momento ni institucional, ni económico, ni deportivo. Las cosas hace tiempo que no se hacen bien, después de muchos vaivenes, más promesas que se quedaron en ilusiones y un sinfín de proyectos que no acabaron de consolidar al equipo y al proyecto de club. Siempre viviendo al límite, al día, al instante, en las oficinas, en los despachos del club pasan muchos nervios. El tiempo se les echa encima, ven las astas del toro más cerca que nunca y todos se resisten a coger el desvío al infierno del descenso. Con este panorama parece que el españolismo esté condenado al sufrimiento de manera inminente. Todos esperan movimientos en las altas esferas, el ansiado pacto entre los máximos accionistas y que las familias potentes puedan sentarse con tranquilidad a analizar la complicada situación, sin echarse en cara nada y teniendo como principal objetivo la estabilidad emocional de los aficionados, los verdaderos sufridores de una trama en la que apenas pueden hacer nada, más que animar, dejarse una buena cantidad de euros por estar cerca de sus ídolos.
Pese al panorama, el Espanyol sigue siendo una entidad apetecible, un caramelo que parece dulce. Valorada su cantera a nivel internacional, con un estadio por estrenar y una ciudad cosmopolita y con muchísimo cartel internacional, desde los Emiratos Árabes siguen con atención todo lo que sucede en los entresijos del club. Así, después de varias reuniones mantenidas en alto secreto, ya son varios los contactos que han tenido emisarios con representantes blanquiazules (o con poderes para hacerlo) para ver cómo desembarcar a tiempo en la entidad. Darle nombre o apellidos a Cornellà-El Prat, publicitarse en la camiseta y explotar los recursos que genera el club son bastante apetecibles como para apostar por primera vez en el circo futbolístico de nuestro país.
Por partes. Retrocedamos en el tiempo un año. Por aquel entonces, hubo reuniones con emisarios de Ethidad Airways (compañía de Abu Dhabi, el más grande de los siete emiratos que integran desde 1971 los Emiratos Árabes Unidos). Deseaban los ejecutivos aéreos crear una línea directa entre Barcelona y el país asiático. Negociaron y dialogaron con los políticos, pero no llegaron a un acuerdo y declinaron, evidentemente, el negocio. No recibieron entonces todo el apoyo que esperaban y se desinfló un globo que parecía interesante. Pero hay más.
Antes de las pasadas Navidades volvieron a la carga. Ilusionados con la posibilidad de trabajar pronto en el nuevo estadio, hubo otra serie de contactos, esta vez para el patrocinio del nombre del estadio y de la camiseta. Llegaron dos emisarios (uno francés y otro de Girona), con una propuesta para que el emirato de Abu Dhabi patrocinara las dos armas publicitarias del Espanyol. Las relaciones fueron buenas y decidieron aparcar el tema para el futuro.
El Valencia. Y el futuro se ha convertido en presente. Después de haber realizado varios estudios, desde hace tiempo que los ejecutivos árabes meditan introducirse en nuestro fútbol. La idea inicial era la de apostar por Valencia, una ciudad que le ha ido recortando terreno a Barcelona. El equipo iba como un tiro, la institución está en plena construcción de un estadio que haga olvidar al mítico Mestalla y su presencia en Europa era casi segura. Pero los tiempos han cambiado. Así, tras unos meses a la deriva, comienza a hacerse público el desbarajuste que reina en la entidad ché. Los jugadores no cobran, la construcción del estadio está frenada y el domingo el equipo salió de los puestos europeos para la próxima temporada. Casi nada. Y eso podría haber reabierto el interés por los blanquiazules, los cuales deberán saber jugar muy bien sus cartas y tratar de llegar a un pacto si es que se concreta el asunto.
Hay mucho en juego y la idea está ahí, cosa que no quiere decir que se haga. Será como una partida de ajedrez. A ver cómo se mueven las fichas.
Yo siempre he dicho que si viene un tio y mete pasta ... bienvenido sea, ya que para tener un Lara cualquiera .. mejor no tener nada.
Saludos