Mucho se ha hablado de la próxima generación, pero a día de hoy aún no hemos visto ningún
gameplay con cara y ojos de un juego destinado a PlayStation 5 y/o Xbox Series X. Posiblemente la situación cambiará en las próximas semanas, pero hasta entonces nos podemos hacer una idea de lo que veremos mediante las palabras de Phil Spencer, máximo responsable de Xbox, que avanza un cambio tan sustancial como no habíamos visto desde mediados de los 90 cuando pasamos del 2D al 3D. Las consecuencias de ese salto fueron revolucionarias.
“En mi opinión, la sensación de jugar en la próxima generación supondrá el cambio más drástico desde el salto de 2D a 3D [...]”, dice Phil Spencer mediante su
cuenta de Twitter. El mensaje del directivo viene motivado por la pregunta de otro usuario de la red social interesado en saber qué tecnologías permitirán los grandes avances en Xbox Series X. En este sentido Spencer nombra la mejora del procesador, la DLI, el ancho de banda de la memoria, el uso del SSD como medio de almacenamiento y el
raytracing.
En su mensaje Spencer afirma que “el
raytracing en consola será genial” y revela que está “muy centrado” en el trabajo que el equipo está haciendo con la Dynamic Latency Input (DLI). Esta tecnología presente en Xbox Series X permite a los desarrolladores sincronizar con mayor precisión la entrada del jugador (mando) con la simulación del juego y el bucle de renderizado. Esto se traduce en una introducción de información más actualizada que tiene como objetivo reducir la latencia.
Microsoft afirma que los mandos de las anteriores Xbox tienen un retraso de 8 ms para la entrada analágica como los sticks y gatillos. Gracias a la DLI la información que se envía se actualiza mucho más rápido y “llega a la consola justo antes de que el juego la necesite”, afirma la compañía. Eso significa que, si todo funciona como debería y promete, ya no se podrá culpar al mando si una acción no se ejecuta en el momento de pulsar el botón.
En la latencia influyen muchas otras tecnologías de las que Xbox Series X también sacará partido. Entre ellas tenemos el uso de
HDMI 2.1 (con el respectivo cable de alta velocidad incluido con la consola), la frecuencia de actualización variable (VRR) y el modo automático de baja latencia (ALLM) de los televisores. En cuanto al SSD, el de
Xbox Series X mueve datos sin comprimir a 2,4 GB/s (y al doble si son comprimidos), mientras que sus 16 GB de GDDR6 están divididos en dos anchos de banda: 10 GB a 560 GB/s y 6 GB a 336 GB/s.
Hace unos días Phil Spencer usó Twitter
para avanzar que “el siguiente paso” es mostrar los juegos y no deberemos esperar mucho para verlo. Los rumores dicen que en mayo es el mes elegido para la presentación en sociedad de
Xbox Series X y PlayStation 5.
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