Sony ha
comunicado que durante el primer trimestre del nuevo año fiscal que terminó el 31 de junio vendió 2,4 millones de PlayStation 5, 100.000 unidades más que durante el
mismo periodo del año anterior. En total, PS5 ha conseguido despachar 21,7 millones de consolas desde su lanzamiento. Las ventas de hardware se mantienen y están limitadas por el suministro, mientras que el software experimenta un notable descenso cuyo impacto se deja notar en los ingresos de Game & Network Services, es decir, la división de PlayStation.
Durante el primer trimestre entre PS4 y PS5 se despacharon 47,1 millones de juegos, 6,4 millones de los cuales fueron
first-party. Estas cifras se comparan con las del mismo periodo del año anterior, cuando ambas consolas consiguieron colocar 63,6 millones de juegos, incluyendo los 10,5 millones
first-party. Hablamos de un descenso interanual de las ventas de software del 25,5 % del que hay que culpar tanto a los juegos de PlayStation Studios como a los
third-party. Por su parte, el ratio de ventas digitales pasó del 71 % al 79 %
En cuanto a PlayStation Plus, el servicio de suscripción subió hasta los 47,3 millones de clientes, un millón más que hace un año pero 100.000 menos que el trimestre pasado. Respecto a PlayStation Network, registró 102 millones de usuarios mensuales activos, la cifra más baja de los últimos dos años.
Estos números tienen consecuencias para la división Game & Network Services, que reportó unas ventas por valor de 604.100 millones de yenes (4.451 millones de euros), un 11,7 % menos que el año anterior. Sony no solo atribuye esta caída a la bajada del software propio y de terceros, sino que también habla de un descenso en la venta de DLC para juegos
third-party. Además, la compañía no espera que esto sea puntual y ya ha revisado sus previsiones para indicar que avanza un descenso del beneficio anual del 16 % para PlayStation. Aquí también influyen los
3.600 millones que se pagarán por Bungie.
Lo que no ha cambiado son las previsiones de Sony respecto a las ventas de PS5. La compañía mantiene que cerrará el año fiscal, que va del 1 de abril de 2022 al 31 de marzo de 2023, despachando
18 millones de consolas de nueva generación, un 56 % más que en el año anterior. Aun así, no se espera que la demanda quede cubierta.