Nunca la he celebrado, a excepción de éstos últimos años que por ciertas amistades me obligan a salir.
Eso de ir disfrazado no va conmigo, pero la fiesta en si no me importa, mientras no me toquen los huevos los críos llamando a la puerta todo el rato, yo feliz.
Aunque es verdad que le tengo algo de asco a la fiesta cuando hace 2 años, de vuelta a casa el 1 de noviembre a eso de las 2 de la mañana me encontré que mi coche, que estaba aparcado en la calle (no tengo garaje), le habían reventado un cristal y tenía la guantera removida.
Por suerte no se llevaron nada (porque yo el coche lo dejo seco, me llevo los papeles y el reproductor extraible siempre), pero lo del cristal roto dolió.