No pueden competir en potencia, pero sí en ergonomía o facilidad de uso. Yo tengo un mando ipega de estos telescópicos desde hace meses y he jugado a la friolera de...1 juego.
Cuando lo acoplas al smartphone, acaba siendo un mamotreto más ancho que una Nintendo Switch Lite. Además, suelen tapar la salida de auriculares, obligándote a tener que usar bluetooth si necesitas jugar sin molestar.
A esto hay que sumar que normalmente estos mandos añaden un retardo más o menos detectable según el tipo de juego o la percepción personal del usuario.
Además, la calidad de los controles de un mando ipega no es muy alta. En mi opinión es inferior a la de la mayoría de consolas chinas.
Encima, tienes que tener en cuenta la batería de dos aparatos, el móvil y el mando.
Al final son muchas cosas que, al menos desde mi punto de vista (pero por supuesto respeto el punto de vista contrario, faltaría más), hacen que no me resulte cómodo ni práctico jugar de esta manera, y que prefiera una máquina todo en uno aunque sea menos potente.
Mi smartphone puede mover hasta GameCube y sin embargo, como digo, no me atrae jugar en absoluto, por los motivos ya explicados.
Yo también prefiero otros sistemas operativos para jugar, pero también es cierto que si quieres jugar a ciertos sistemas, a día de hoy, solo hay consolas portátiles con Windows o Android que te lo permitan. Como mucho ahora con la Raspberry 4.
Eso no quita que esta Retroid 2 se ha quedado corta de potencia y de hecho me ha dejado muy desilusionado, pensando que iba a ser más potente de lo que es. Yo en realidad, aunque me gustaría poder emular sistemas como Gamecube, 3DS, o Wii (o ya puestos PS2), me confirmaría con una consola con la potencia de la GPD XD+ pero una forma horizontal y un android más moderno.