La muerte del Galaxy Note 7 no será rápida ni barata. A inicios de septiembre Samsung paralizó la
distribución y venta del terminal debido a un defecto de origen aún desconocido que los hacía arder y ofrecía la sustitución del teléfono por otro igual. Pero el
pasado lunes la compañía anunciaba que abandonaba la fabricación del terminal y pedía a sus clientes que por seguridad lo apagaran.
Además de eliminar el Note 7 los coreanos deben compensar de alguna forma a sus usuarios y hoy la división española de la compañía ha revelado cómo lo piensa hacer. Samsung España
ha anunciado que está trabajando con los distribuidores y operadores para poner en marcha un programa de sustitución del Note 7 por un Galaxy S7 o S7 Edge, devolviendo la diferencia de precio. Alternativamente, el cliente también podrá solicitar la devolución íntegra del importe del terminal.
Para pedir la sustitución del Galaxy Note 7 o la devolución integra los usuarios deben ponerse en contacto con el operador o distribuidor en el que hayan adquirido el dispositivo. En caso de haber comprado el terminal en Samsung.com o tener cualquier pregunta hay que contactar con el número 900 100 807.
“Pedimos nuestras más sinceras disculpas a todos nuestros consumidores del dispositivo Galaxy Note 7 por no haber cumplido con los altos estándares de calidad que esperaban de Samsung”, dice la compañía en un comunicado. “Les agradecemos su paciencia durante todo este tiempo y, nuevamente, nos disculpamos por las molestias que hayamos podido ocasionarles. Queremos tranquilizar a todos los consumidores de Samsung ya que el Galaxy Note 7 es el único dispositivo afectado".
Pero el entierro del Note 7 no termina con la retirada del terminal. La compañía se ha
comprometido a desechar los más de 2 millones de
smartphones fabricados en un proceso que tiene como objetivo eliminar de forma segura los teléfonos. Posiblemente Greenpeace esté bastante atento al próximo informe de sostenibilidad de Samsung, ya que el reciclaje de algunos elementos del Note 7 (como las llamadas tierras raras) podría ser muy costoso.
Samsung ya ha pronosticado el impacto de esta debacle en sus resultados. Antes de la crisis avanzó unas ganancias para el tercer trimestre de 6.289 millones de euros, que ahora
han bajado un 33% hasta unos beneficios operativos de 4.192 millones de euros. Posiblemente la huella de este incidente se deje notar en los resultados del cuarto trimestre, aunque a largo plazo lo más grave puede ser el daño en la imagen de la compañía.