No creo que sea un estandarte de los coleccionistas o el modelo en el que fijarse. Su colección es espectacular por tamaño y por esa Sala de Juegos que es del tamaño de un salón recreativo. Como todo, habrá gente que sienta admiración por él y su forma de coleccionar, pero los hay que preferimos las colecciones más personales y reducidas, conseguidas a base de haber mantenido los juegos de nuestra infancia y adolescencia, a los que hemos ido sumando poco a poco las compras en tiendas de segunda mano, foros, videoclubes rastros y, más recientemente, páginas tipo ebay o aplicaciones como Wallapop.
Yo también prefiero el modelo de comprar los juegos de uno en uno y no en megalotes como los que pueden verse en sus vídeos. Creo que se pierde la emoción e ilusión de paladear el juego adquirido como Dios manda: verlo, tocarlo, abrirlo, verse el manual de instrucciones, ponerlo en la consola y jugarlo, aunque solo sea una partidita de una o dos horas para catarlo y comprobar que todo esté bien.
Por otro lado, desconozco su conocimiento del mundo de los videojuegos, algo que los que somos aficionados a esto solemos valorar más que la acumulación. Por eso, aunque esto es solo mi opinión, me gusta escuchar (podcast, youtube, etc.) a otros aficionados que tienen grandes conocimientos y saben de lo que hablan y que, sin importar su tamaño, cuentan con unas colecciones envidiables.
Prefiero colecciones pateadas (me refiero a patearse las calles), antes que las colecciones de billetera. Siempre son más entrañables y guardan multitud de anécdotas que nos han ocurrido a base de buscar y buscar. Pero bueno, también los habrá que admiren a Last Gamer, puesto que, como dijo aquel torero:
"Hay gente pa' to'"