Nuevo análisis, sustituyendo al de Panzer Dragoon II que fue el segundo de este hilo, pero que estaba comentado muy por encima. Así que analizamos más en profundidad el primero de ellos, y ya volveremos sobre el segundo en otro momento
Juego de la semana - PANZER DRAGOONEn aquellos oscuros días post-lanzamiento de la Saturn, poco podía hacer Sega para mostrar las capacidades de su nueva máquina salvo seguir intentando vender sus conversiones de
Virtua Fighter y
Daytona. Las prisas por adelantarse a la que se acabaría erigiendo como vencedora de la guerra de los 32
bits, la primera Playstation de Sony, la habían llevado a sacar al mercado una consola que gozaba de escasos títulos de lanzamiento, un auténtico error de libro en esto de comercializar máquinas de entretenimiento doméstico. Sólo un equipo dentro de la propia Sega consiguió llamar suficientemente la atención del público con un juego tan original como divertido, un extraño
shooter con un diseño artístico exquisitamente cuidado. El equipo era
Team Andromeda y el juego era, por supuesto, Panzer Dragoon.
Aunque diseñado desde el principio como un juego para el ámbito doméstico, la sensación que invade al jugador en cuanto comienza a jugar es totalmente de
arcade, con una dificultad considerable, pero corto y de fácil manejo. Comparado a menudo con el clásico
After Burner, la mecánica de Panzer Dragoon no es muy distinta: un “
shooter sobre raíles” en el que prácticamente sólo controlamos nuestro movimiento dentro de una ruta preestablecida y gozamos de un arma de uso ilimitado pero escasa potencia (ametralladora en After Burner, pistola en Panzer Dragoon) y de otra de mayor poder destructivo pero que requiere fijar la mira en uno o más objetivos (misiles en After Burner, láser en Panzer Dragoon). Sin embargo, lo realmente innovador en el género es la posibilidad de girarnos 360º para apuntar a los enemigos, que pueden venir desde cualquier dirección. Para ello, utilizaremos los botones laterales de nuestro mando, con los que giraremos 90º a izquierda o derecha cada vez. Y para saber en qué dirección girar, miraremos el radar en la parte superior derecha de la pantalla, en el que veremos por qué ángulo se acercan los enemigos.
El láser del que disponemos funciona dejando pulsado el botón de disparo, pasando la mira por encima de los distintos enemigos que nos encontremos, y soltando. El rayo saldrá disparado en varias direcciones, tantas como enemigos hayamos conseguido “marcar”. Para las criaturas normales que nos encontramos a lo largo de un escenario, normalmente un disparo de éstos será suficiente para acabar con ellas, pero el jefe de cada nivel necesitará muchos más, como es esperable. Es posible que la mecánica del juego, con el radar y los continuos giros, se haga complicada al principio, pero dado lo corto que es en realidad Panzer Dragoon, esa curva de aprendizaje se convierte en una necesidad. Por otro lado, el verdadero desafío es derribar a los enemigos antes de que nos disparen, porque esquivar sus proyectiles suele ser especialmente difícil. En todo caso, utilizar el láser contra ellos resultará de lo más gratificante, ya que a menudo no sólo caerán o explotarán, sino que se desharán literalmente en pedazos.
Y hablando de enemigos, tanto ellos como los escenarios evidencian la tremenda inspiración en el trabajo del dibujante francés
Moebius, que contribuyó a todo el apartado visual del juego con distintos diseños de criaturas presentes en la historia. Y es que si algo tiene detrás Panzer Dragoon, es trabajo artístico meticuloso y de calidad. En Internet se pueden encontrar docenas de ejemplos del arte conceptual tan particular que caracteriza la serie. El mundo de Panzer Dragoon lo forman inmensos paisajes, desde interminables cavernas a desolados desiertos, plagados de todas esas criaturas y monstruosidades dispuestas a acabar con lo que queda de la humanidad, en una espectacular mezcla de fantasía y ciencia ficción rara vez combinadas con semejante acierto.
La historia de Panzer Dragoon transcurre en algún mundo post-apocalíptico en el que, como no podía ser de otra forma, los seres humanos ya nos lo hemos cargado todo y quedan pocos restos de vida, pocas ciudades, poca vida en general. La mayoría de la trama gira en torno a reliquias y ruinas de esta casi extinta civilización, en especial las Torres, gigantescas estructuras que controlan grandes extensiones de tierra. El esfuerzo de Team Andromeda se revela aún más encomiable cuando nos damos cuenta de que no sólo se diseñaron cientos de dragones-montura, de monstruos terrestres y aéreos, de trajes y armaduras que incluso no llegarían a utilizarse nunca, sino que además inventaron el idioma en el que hablan los personajes. Escucharemos todos los diálogos del juego en lo que se ha acabado llamando “Panzerese” en los círculos videojueguiles, una suerte de fusión entre ruso, griego antiguo y latín.
Mención especial merece la música, que mezcla melodías electrónicas con piezas para orquesta, en una serie de temas musicales que recordarán ligeramente a la película Dune. En efecto, la banda sonora es otro de los puntos fuertes del juego. El ritmo de los tambores tribales que nos acompañan durante nuestro vuelo contribuirá a mantener la tensión a lo largo de toda la aventura. De idéntica calidad disfrutan los efectos sonoros, muy nítidos y numerosos, de entre los que destaca el particular sonido que emite nuestro dragón cuando lo hieren, y que se convirtió rápidamente en un elemento definitorio de la serie. Entre el grito de dolor del dragón (que acabará dándonos auténtica lástima, como si del llanto de un perro se tratara) y el golpe de luz y la momentánea desorientación que experimentaremos cuando nos alcance un golpe enemigo, el juego nos transmite de forma impecable la sensación de impacto y la necesidad de no cometer más errores.
Panzer Dragoon consta de 6 niveles que podríamos calificar de lineales, pero en el modo fácil sólo veremos los 4 primeros. En realidad no son especialmente largos, pero los jefes sí son duros y, si nos matan, empezaremos el nivel desde el principio, y sin contar en ningún momento con objetos que ayuden a recuperar vida. No obstante, al acabar con cada uno de ellos, se nos obsequiará con alguna vida extra en función de los enemigos derribados. Se trata de un juego bastante desafiante en cualquiera de sus niveles de dificultad, siendo tal vez la versión japonesa algo más fácil… pero para nada nos lo terminaremos a la primera.
Comparado con entregas posteriores de la serie Panzer Dragoon, este primer juego puede resultar algo tosco a nivel gráfico, con un
frame rate y una distancia de dibujo relativamente bajos, pero debemos recordar que estamos ante un título de lanzamiento de la consola, y que se trata de aspectos que no minan en absoluto una atmósfera absorbente y una jugabilidad a prueba de bombas.