Juego de la semana - THE HOUSE OF THE DEADUna obra de arte. No se me ocurre otra forma de describir este juego. Al menos, en la recreativa original.
Y es que, de entre todos los juegos de pistola que se han hecho, no creo que haya mucha gente que discuta que la serie The House of the Dead es seguramente la más memorable. Sega supo coger un género que estaba extinguiéndose, igual de repetitivo que 1o años antes y sin un panorama demasiado alentador de cara a las nuevas generaciones de consolas y recreativas, y renovarlo magistralmente.
Para mí, la primera entrega de esta serie sigue siendo posiblemente la mejor de todas, aunque THOTD 4 Special es demasiado espectacular como para no ponerlo a la misma altura. The House of the Dead aparece en el 96 en recreativas y constituye uno de los mayores éxitos de programación para placas Model2, de la mano del equipo AM3 de Sega, que se enorgullecieron de haber sido capaces de desarrollar semejante maravilla para una placa cuya vida útil tocaba a su fin. De hecho, cuando a día de hoy me encuentro con esta recreativa, me sigue sorprendiendo lo trabajado que está todo, lo fluido de las animaciones, lo pulidas que están las texturas... y es precisamente en esto último donde falla la versión de Saturn.
Los australianos Tantalus fueron los encargados de la conversión y lo hicieron con bastante acierto, como en su día con Wipeout o Manx TT, pero uno no puede evitar pensar que esas texturas tan pobres podrían haber estado más trabajadas. ¿Tal vez con un par de meses más de programación? ¿Un cartucho de RAM? De cualquier forma, el resultado es el que es y, afortunadamente, es lo único en lo que esta conversión flaquea, si bien es cierto que cuenta con algunos extras para compensarlo.
En primer lugar, y aparte del obvio modo Arcade, en la pantalla de título nos encontramos con los modos Saturn y Boss. El principal atractivo del modo Saturn es poder elegir personaje. En principio, los protagonistas son nuestros amigos G y Rogan (que seguirán apareciendo de un modo u otro a lo largo de la saga), pero también podemos jugar con versiones "más maduras" de los mismos (el agente G con barba y gafas), como otros agentes del AMS (el cuerpo secreto de investigación de sucesos paranormales al que pertenecen los protas) e incluso como uno de los científicos... o como la propia Sophie, la prometida de Rogan a la que intentamos rescatar del Chariot en el primer capítulo. En principio la cosa no se diferencia mucho del Arcade, pero debemos elegir cuidadosamente el personaje según juguemos solos o con amigos ya que cada uno tiene unas características distinas: más o menos vidas, más o menos balas, más o menos potencia de arma o tiempo de recarga...
El modo Boss, como el nombre indica, consiste simplemente en enfrentarse a los jefes sin tener que recorrer los niveles enteros. No es un gran atractivo para el jugador que busca un reto, pero como extra nunca sobra.
Pero bueno, vamos a ver, ¿qué aporta realmente este juego al género? Para empezar, hay una historia que se revelará bastante interesante a lo largo de la serie. Aparte de eso, como ya sabemos, se acabó disparar a matones genéricos en una ciudad genérica. El Dr. Curien está llevando a cabo unas misteriosas investigaciones (sí, "misteriosas", porque no os lo voy a contar todo aquí) en su enorme mansión gracias a la colaboración de varios científicos... pero algo pasa y estos científicos no vuelven. Entre ellos está la prometida de Rogan, Sophie. Los agentes G y Rogan reciben instrucciones claras: entrar en la mansión Curien, rescatar a los científicos y pararle los pies al doctor... si es que aún es posible.
Gracias a este planteamiento, como decía, no hay más matones genéricos: ahora tenemos zombis y otras criaturas como enemigos. La principal diferencia que esto aporta al género es que no dejaremos fuera de combate a los enemigos de un solo tiro en cualquier parte del cuerpo, sino que éstos seguirán avanzando hacia nosotros a no ser que nos apresuremos a dispararles suficientes veces o apuntemos bien a la cabeza. Todo esto permitió a los de AM3 mostrar cuerpos mutilados, trozos que saltan por los aires cuando les disparamos (como brazos u ojos) y, en general, no tener que cortarse a la hora de mostrar sangre en un videojuego. Aunque la verdad es que, mientras que en la recreativa original la sangre era roja, en la conversión a Saturn hubo que conformarse con que ésta fuera verde (bueno, si son cadáveres putrefactos posiblemente no fuera mala idea ese cambio de color).
Vídeo introPor supuesto, la estética del juego está más que cuidada (recuerdo que me encantó el simple detalle de que los protas fueran con corbata y gabardina, jeje), pero hay otro aspecto en el que este título se diferenció de sus antecesores y competidores: rutas alternativas. Sí, sí, en Virtua Cop 2 podíamos disparar a un cartel u otro de la carretera para elegir camino y seguramente en otros juegos como Time Crisis había opciones similares (imagino, no lo sé), pero en The House of the Dead ocurre tanto voluntaria como involuntariamente, y me explico. No llegaremos al final de un nivel y elegiremos ruta, sino que, según si hemos conseguido salvar al último científico o no, nos acercaremos a comprobar si sigue vivo y entonces un zombi nos atacará y descubriremos esta otra entrada por debajo de la mansión y blablabla... Si conseguimos salvarlo no iremos por ahí, sino directamente por la puerta principal. De igual forma, cuando llegamos al laboratorio podemos elegir un ascensor u otro durante el propio desarrollo del juego (y no previo tiempo de carga), o activar o no cierta puerta, dependiendo de lo cual deberemos dar un rodeo.
Conseguir salvar a los cientíticos de las garras del zombi malo y feo de turno tiene otras recompensas. A menudo esta doctora agradecida nos dará un kit de primeros auxilios (vamos, que nos subirá una vida) o aquél otro asustado nos dirá que en vez de tirar por las escaleras podemos subir por este pasadizo, ahorrándonos un buen trecho (eh, esa es otra, ya no son transeúntes tontos o rehenes cualesquiera como en Virtua Cop). Además, si conseguimos salvarlos a todos, ¡veremos un final distinto! Aunque debo admitir que yo aún no lo he conseguido xD
Como es obvio, los citados elementos repercuten muy favorablemente en la re-jugabilidad del juego. Tendremos ganas de recorrer todas las rutas alternativas y sin duda será un reto rescatar a todos los científicos. Todo ello unido a la dificultad del juego (mayor que en tantos otros títulos del género) lo convierten, como ya he dicho, en uno de los "gun shooters" más interesantes que se hayan creado.
¡Pero no puedo terminar este análisis sin mencionar lo que para mí hace inolvidable esta primera entrega de la serie! Algo que tampoco es nada frecuente en juegos de este género es que la banda sonora sea tan memorable, tan apropiada, ¡tan espectacular! En muchos casos puede que ni nos demos cuenta, en parte porque tal vez no suena todo lo alta que podría y en parte porque no dejamos de disparar (y, por tanto, de oír nuestros propios disparos), pero el cd está lleno de temas muy muy currados que contribuyen a la ambientación tétrica del juego con sus órganos tenebrosos, y otros con más ritmo para momentos más frenéticos, como los jefes de fase. No son pocas las veces que me he puesto el cd del juego en el equipo de música mientras trabajo. Genial.
Una última curiosidad: todos los jefes de todas las entregas de la serie tienen nombres de cartas del Tarot. Chariot, Fool, Death y Magician (que es el jefe final del 1 y vuelve en el 2 y el 4) son algunos ejemplos
Ah, mientras que la versión PAL completa puede salir algo carilla, la versión japo la podéis encontrar fácilmente por dos duros, y en un juego de este tipo el tema de los herzios es meramente anecdótico. Y es compatible no sólo con la pistola sino con todos los mandos, incluido el analógico y el ratón. Si jugáis con otra cosa que no sea pistola, se verá la mirilla en pantalla como en estas capturas (y si no, no, tranquilos).
¡Un saludo!