Fernando Alonso llegó para quedarse. El carácter en carrera del piloto español, tan agresivo como audaz, conecta plenamente con el gusto de la afición española, enganchada ahora como nunca a la Fórmula 1.
España no es generosa a la hora de ensalzar héroes. La afición es capaz de vibrar más con alguien que le levante de su asiento por el espectáculo que ofrece antes que con un deportista que consiga títulos. Es lo que sucedió, por ejemplo, con el ciclista Pedro Delgado, todo un ídolo por una forma de comportarse en competición.
A sus 22 años, Alonso conecta con esa tradición de héroes forjados desde el espectáculo que ofrecen. Es muy carismático, con un carácter muy cordial, profundamente educado y, sobre todo, posee un estilo al volante que conecta plenamente con el carácter latino, capaz de anteponer la pasión del espectáculo a la razón de los éxitos.
Conscientes del filón publicitario que es Alonso en estos momentos, las cadenas españolas de televisión se lanzaron a la caza de los derechos de transmisión y fue "Telecinco" la que ganó la carrera, por delante incluso de Televisión Española, la cadena pública.
La emisora privada compró los derechos por dos años y explotará exhaustivamente la imagen del campeón español. Retransmitirá todas las carreras y, según anunció la pasada semana en la presentación del compromiso, la Fórmula 1 ocupará gran parte de la atención de su programación, desplazando incluso a los informativos cuando una carrera coincida en horario.
"La cobertura no empezará y acabará los fines de semana. Se va a extender en el tiempo y se van a integrar en los informativos estando al mismo nivel que el fútbol", aseguró Antonio Lobato, jefe de deportes de la cadena.
Tampoco desaprovechó la ocasión Telefónica, la empresa de telecomunicaciones más importante de España, que la semana pasada se convirtió en patrocinador oficial del piloto y de su equipo, Renault.
Alonso es pura imagen, un tipo accesible, alguien visto como el vecino de la puerta de enfrente. La afición le tiene como un héroe de la calle, muy alejado de otras estrellas del deporte español como el futbolista Raúl o como el baloncestista de la NBA Pau Gasol, figuras a quienes los amantes del deporte ven como gente de otro planeta, hombres absolutamente inaccesibles.
"Alonso es como la imagen que se ve en televisión. Ni siquiera le ha cambiado la fama. Por ejemplo, sigue jugando al fútbol-sala con sus amigos los fines de semana. Y cuando se pone al volante de su coche, es puro espectáculo, un competidor sin límites", indica José Vicente García, presidente del Club Fernando Alonso, de Oviedo, quien mantiene contacto semanal con el piloto.
Alonso es un ídolo sin comparación alguna con ningún otro en su tierra natal del norte de España, donde se han llegado a llenar auditorios de más de 1.000 personas para seguir alguna de sus carreras a través de una gran pantalla de televisión.
El club de seguidores de Oviedo prepara un despliegue especial durante todo el año y prevé desplazamientos de 2.000 aficionados a varios grandes premios, todos vestidos con la misma camiseta en apoyo del joven piloto.
"El gran peligro es que este país deposita expectativas exageradas para sus ídolos. Quienes no conocen el mundo de la Fórmula 1 quizás no estén preparados para los fracasos, quizás no conozcan la complicación de mantenerse cada semana en la elite. Pero Alonso es un chico con la cabeza muy bien formada y sabe lo que hay. Es un gran campeón", añade García.
España consigue ampliar así su horizonte de ídolos deportivos, más allá de los títulos que consigan. Tiene héroes para el fútbol, para el baloncesto, para el atletismo, para el tenis, para el motociclismo... Le faltaba alguien en la Fórmula 1 y ya lo ha encontrado. Da la impresión de que Alonso será héroe para muchos años.