@Reakl el problema es que al final, los jefes aflojan mucho. Porque no es ni medio normal (menos en megaten) que vaya derribando jefes que me sacan 10 niveles, y es algo que he hecho desde la zona 3. Eran mas peligrosos los encuentros normales por la aleatoriedad de estos (que te pueden pillar desprevenido) a los propios jefes. Porque al jefe llegas entero siempre por la linea de ley, y aogami advirtiendo "aqui hay un jefe". Puedes ir a fuego y es facil tener un equipo para jefes, pero no para encuentros menores. El objeto que mas he usado durante las zonas 3 y adelante han sido las bombas de humo
Yo, lo que he observado (pensando principalmente en smt3, pero se aplica a otros de la franquicia) es que los combates son como una carrera de coches:
Al principio, tu coche puede ir a 100, y el enemigo a 120. Obviamente tiene ventaja, por lo que tienes que buscar atajos, conducir mejor etc... Para poder ganar. A mitad de juego, puedes ir a 140, y los jefes a 140. Esto se traduce en una lucha equilibrada, donde a menos que generes un fallo gordo, siempre puedes ganar. Y por lo general, al final en los megaten, los rivales van a 250, y tu a 220. Esto significa que siguen siendo mas rápidos que tu, pero tu ya tienes tu coche tuneado a tu gusto y adaptado a lo que venga, por lo que puedes suplir esas injusticias.
En cambio, en smtv al final tu vas a 220, y los rivales a 150. No pueden seguirte el ritmo, porque tu vas muy preparado, mientras que los jefes sueleb luchar solos. Tienen debilidades, tu no, y puedes prepararte para abusar de ellas. Por eso me gusta fionn como jefe, que es el último que considero digno: meter en la zona 2 a un tio con alto ataque físico, y un ataque de daño "brutal" que te hace insta-kill casi en cualquier situación, genera miedo. Ese miedo a que en cualquier momento te funda. A partir de él, eso desaparece. He vencido a metatron en apenas 3 turnos, no llegué a ver su movimiento característico, y estaba muy por debajo de su nivel. 2 caramelos bruñidos, 2 debilitaciones, hassou tobi, magatsuhi de críticos, murakumo... Y ves como la barra de salud se le vacía enseguida. Una decepción