Durante el año, las estaciones cambian dependiendo de la cantidad de luz solar que llega a la Tierra mientras gira alrededor del Sol.
Las estaciones ocurren a medida que la Tierra, que tiene una inclinación sobre su eje, da una vuelta alrededor del Sol cada año. Es verano en el hemisferio que está inclinado hacia el Sol e invierno en el hemisferio que está inclinado lejos del Sol. A medida que la Tierra viaja alrededor del Sol, el hemisferio que está inclinado cerca o lejos del Sol cambia.
El hemisferio que está inclinado hacia el Sol es más caliente porque la luz solar viaja más directamente hacia la superficie de la Tierra y menor cantidad de luz se esparce por la atmósfera. Esto significa que cuando es verano en el hemisferio norte, es invierno en el hemisferio sur. El hemisferio que está inclinado hacia el Sol tiene días más largos y noches más cortas. Por eso es que durante el verano los días son más largos que durante el invierno.
En general, durante verano e invierno, las temperaturas bajan a medida que nos alejamos del ecuador. En el ecuador no hay estaciones porque todos los días los rayos del Sol arrivan, aproximadamente, en el mismo ángulo. Todos los días del año el ecuador recibe unas 12 horas de luz solar. Los polos se mantienen fríos porque nunca están inclinados en dirección a la trayectoria de los rayos del Sol. La luz debe viajar a través de tanta atmósfera que gran parte se esparce antes de llegar a la superficie de la Tierra. A mediados del invierno, cuando un polo está inclinado lejos del Sol, no hay luz diurna en el polo. El Sol nunca sale. Sin embargo, durante el verano, ¡un polo recibe luz solar todo el tiempo y no hay noche!.
De verdad que sí.